Ante el trágico secuestro del infante Lord Lyonel Tyrell por fuerzas desconocidas, nuestro monarca Aegon, el Segundo de su Nombre, decreta:
-Que dicho rapto supone el más lamentable y absolutamente execrable suceso que haya tenido lugar en los Siete Reinos en los últimos cien años.
-Que se conmina a todas las casas de Poniente a aunar esfuerzos para esclarecer a la mayor brevedad el paradero del susodicho, devolverlo a su madre sano y salvo, y dirimir responsabilidades.
-Que cualquiera que sea encontrado directa o indirectamente responsable del citado secuestro, una vez que la señora madre de Lord Lyonel se dé por resarcida, será llevado ante la justicia real y devorado por los dragones reales.
-Que cualquiera que dé cobijo a uno o varios de los responsables, o que sabiendo de la implicación de este o estos calle y no confiese inmediatamente todo lo que sabe al respecto a las autoridades, recibirá doscientos latigazos, en ceremonia pública frente al Septo de Baelor, tras lo cual será arrojado a una celda o devorado por los dragones reales, a elección de la madre de Lord Lyonel.
-Que las familias de todos los implicados en el abominable crimen serán igualmente apresadas y devoradas por los dragones reales, salvo en el caso de mujeres embarazadas y niños imberbes, que serán arrojados a una mazmorra.
Del despacho de Ser Otto Hightower,
Mano del Rey de Aegon, el Segundo de su Nombre