Diplomacia Gardener

Espacio reservado.

De relaciones iniciales con las casas pues tampoco hay mucho que contar, ¿pongo algo así por rellenar o qué?

Carta dirigida a los reyes de Roca Casterly, Harrenhal y Bastión de Tormentas:

Os conmino, majestades, a poner de lado por un momento vuestras diferencias y acudir al torneo que se celebrará próximamente en Antigua, para que en una asamblea formal sancionada por el Septón Supremo y la Ciudadela podamos, nosotros los grandes señores, discutir ciertas noticias recientes y, si se estima necesario, tomar acciones conjuntas para mantener el equilibrio de poder actual en Poniente y arrancar desde la raíz cualquier intento de trastocarlo.

Tambien habrá justas, carne asada, vino abundante y mujeres licenciosas.

Saludos cordiales de Mern del Dominio.

Si vas a mandarles MP’s a jugadores, además de poner aquí las resoluciones, ponnos en copia.

Ok, en adelante os pongo.

A la espera de terminar la conversación con Hightower, lo pongo cuando la tengamos.

Carta de Durrandon (le he dicho que os ponga en copia la proxima vez :P)

A su alteza real Mern IX Gardener

Dada la situación actual, que me impide viajar a Antigua para conversar allí he de recurrir a este medio para haceros mi oferta. Mi hija Argella necesita un marido. Casarla con alguno de vuestros hijos supondría el fin de una enemistad que en nada nos beneficia. Nuestros reinos serían aliados y juntos creceremos mas fuertes como dice vuestro lema. ¿Os place el acuerdo?

Rey Argilac de la Tormenta

Respuesta:

Al Rey Argilac,

Mandadnos, pues, a la Princesa Argella para casarla con mi Edmund, y de regalo de bodas os enviaremos el ejército del Dominio a ayudaros con cualquier problemita que tengáis por ahí. Que algo he oído.

Mern

(Si cuela cuela y si no me la pela. No va a colar, lo de casarla con Edmund al menos, pero bueno.)

“Aegon ha traído un ejército a mis tierras y sus dragones son armas poderosas. Si Aegon toma mi reino será demasiado fuerte para que podáis derrotarlo. Cuando os lleguen estas noticias sabréis más de lo que es capaz. Os pido que enviéis ayuda si no queréis acabar entre las llamas vosotros también. Aegon el Targaryen es una amenaza peligrosa que cada día se hace más fuerte.”
Harren Hoare, rey de los Ríos y de las Islas

//alguien acaba de decirme “dragones” on-rol. ES LA HORA DE LAS BALISTAS!!! MILLONES DE BALISTAS!!! NUESTROS VIROTES OCULTARÁN EL SOL!!! Y NO ES METARROL PORQUE ALGUIEN ME HA DICHO “DRAGONES”!!!

Conversación entre Mern y Addam Hightower, resumen al final.

Condujeron a Ser Addam hasta los aposentos del Rey, donde en una ostentosa sala cubierta de tapices de guerra Mern le esperaba con la corona puesta, los pantalones remangados y los pies metidos en un barreño de agua caliente. Junto a él, Harlan Tyrell estaba sentado sosteniendo unos papeles.

-Addam Hightower. Qué alegría verte, muchacho -dijo poniéndose de pie en el barreño, aunque a instancias de su mayordomo se volvió a sentar antes de resbalarse-. ¿Todo bien por Antigua?

Cuando Ser Addam entró en la sala y vió al Rey no dió tiempo a que éste se levantara cuando su rodilla ya estaba hincada en el suelo - Majestad, Antigua sigue prosperando, la paz y la concordia del reino hacen que siga siendo la capital de Poniente. Mas me temo que hay cierto asunto que dará bastante que hablar en el pueblo. - Mientras se levantaba no pudo dejar de sentirse mal por como estaba dejando aquel cuarto, venía cargado de barro y polvo del camino y aquella sala estaba inmaculada. - Recibimos una misiva de Aegon Targaryen y por lo que se dejaba oír por los caminos Su Majestad también es portador. Como vasallo he venido en persona en nombre de mi padre a ponernos a vuestra disposición. -

Tenía sed, pero no suficientes copas… Y sin la venia del rey sería mejor no abrir la boca.

A Mern se le agrió el gesto cuando Addam mencionó la carta y asintió. Se levantó y empezó a dar paseos descalzo con las manos tras la espalda, llenando de agua las lujosas alfombras y dando una imagen algo absurda, mientras Harlan Tyrell le miraba en silencio y apretaba los labios.

-Ya, el señorito de Valyria se cree que va a venir aquí y nos vamos a arrodillar todos -comentó desdeñoso mientras paseaba-. Hmm. Valiente imbécil. Pero no nos vamos a quedar quietos, no. He estado pensando largo y tendido sobre ello, y me he dado cuenta -Harlan alzó la mirada como pidiendo paciencia a los cielos- de que en el Tridente, por ejemplo, muchos banderizos abrazarían sin reparos la causa de alguien que quiera librarles del yugo Hoare. No es nada descabellado, no señor. Y al decirme eso Harlan he pensado, pues no podemos permitir eso. Nada de que venga aquí ningún extranjero a volver loco Poniente. Que está muy bien como está. Hmm.

Se paró frente a Ser Addam, dando una imagen muy regia de pantorrillas hacia arriba, y le dijo.

-Tenemos que organizar un torneo, Addam. Para eso os he hecho llamar. Un gran torneo en Antigua. E invitar a los grandes reyes a una asamblea. Unámonos, mandemos un ejército contra ese advenedizo, y borrémoslo a él y a su repugnante familia incestuosa del mapa. Pero cuando digo los grandes reyes quiero decir los grandes de verdad, claro. Ni Sharra la Guarra, ni el aburrido de Torrhen con sus arcianos y su ejército de muñecos de nieve… ni por supuesto ningún dorniense. Faltaría más. Harren… bueno. Es poderoso. Imagino que habría que invitarle. A ver si se comporta. Y bueno, tu padre también, claro. Es el anfitrión.

-¿Me permitís una observación, majestad?

-¿Eh? -dijo Mern girándose hacia su mayordomo.

-Ser Addam viene de un largo camino. Deberíamos ofrecerle una copa de vino.

-Ya, claro, claro. Justo a eso iba. Chico, ¿quieres vino?

Harlan chasqueó los dedos y un sirviente entró con una copa a rebosar de tinto aromático.

Aquella idea por loca que pareciera incluso podría llegar a tener sentido… Aunque quizá parecía bastante descabellado reunir un ejército de tal tamaño, al fin y al cabo cuantos millares de hombres podrían reunir los cuatro reinos más poderosos de Poniente?

Aunque las historias que Aegon le había contado… Quizá ni todo Poniente remando a una pudiesen hacer nada ante el poder de tres dragones…

Ante el ofrecimiento de aquel exquisito caldo sus pensamientos desaparecieron - Si Su Majestad me lo permite… - y sin mediar palabra alguna aligeró la copa apenas de un trago. Dejó escapar un sonido sordo de satisfacción y tras hacer un gesto para que el copero la rellenará y no demoró su respuesta al Rey.

-No debo esperar a transmitir el mensaje a mi padre para deciros que será un honor para la Casa Hightower albergar un evento de tal magnitud. Se albergará el mayor torneo que jamás se haya visto en Poniente, a la altura de tales invitados. - Dió un trago a la segunda copa, esta vez de manera más sosegada… Intentando distraer su mirada de la estampa de su señor, como un pasmarote con sus pantalones por las rodillas - Aunque majestad… Como bien dice, en otros reinos hay disputas internas, a quienes debemos invitar? Sería descortés invitar a un monarca y no a los vasallos que se prestaran a acudir a Antigua, por nuestra parte no nos interpondremos en cualquier decisión de tal calibre, mas no permitiremos la incursión de ningún ejército numeroso en nuestras tierras. No podemos dejar que el comercio y la prosperidad del Faro se vean afectados por posibles amenazas externas. -

-Por otro lado, os traigo palabras del Septón Supremo… Quiere que os transmita que los Siete le han hecho ver tiempos convulsos en el futuro y que sería un gesto de confianza en la FE que le concedieseis poderes reales, además de los divinos que ellos mismos ya poseen, a los Hijos del Guerrero y a los Clérigos Humildes para que sean declarados protectores de los caminos del reino. - "otra jugada más del Septón, será este Rey el que se oponga a la Fe? " pensó apurando la segunda copa esperando la respuesta del hombre más importante del Dominio.

-Los vasallos… claro, claro, invitad a todos. Menos a dornienses. Aunque no creo que tu padre vaya a querer invitar a ningún dorniense a su casa. Es como invitar a las ratones a un granero. Lo de los ejércitos y todo eso, pues lo típico, ¿no? Un séquito y eso. Lo que tu padre considere -dijo con un gesto desdeñoso con la mano.

Parecía haber perdido algo de ímpetu; a Mern no le gustaban los detalles. Prefería mandar cosas y que otros se ocuparan de como hacerlo, a ser posible, leyéndole la mente para saber exactamente qué quería. Era una habilidad que Harlan había desarrollado en grado sumo.

Se sentó de nuevo, y miró precisamente a su mayordomo, que le hizo un gesto de difícil interpretación con la cabeza ante el que el rey pareció asentir levemente.

-En cuanto a las palabras de Su Santidad, ehm, pesan mucho en nuestros corazones y les daremos debida consideración. Ya le daremos nuestra respuesta. En persona. Cuando vayamos. Seguro que la encontrará de su agrado -dijo con calculada ambigüedad.

-Todo se hará a vuestro gusto majestad. Vuestro nombre y el del Dominio será ensalzado y todos recordarán este torneo como un punto de inflexión en la historia de Poniente. -

Tras las palabras referidas al Septón asintió, pues no tenía nada más que decir… Bastante le pesaba ya que lo tratase como el chico de los recados.

-Por último majestad, si así convenis, escribiré un mensaje a mi padre para que escuche las nuevas noticias y me hospedaré un par de noches en Altojardín, me gustaría charlar con él príncipe a quien hace tiempo no veo y tratar ciertos asuntos “comerciales” en la ciudad. -

Esperando que el Rey asintiera hizo una pequeña reverencia en modo de respeto y se preparó para salir de la estancia.

tl;dr se organiza el torneo y Mern se queda mosca con una petición un poco fuera de lugar del Septón Supremo.

Cuervo a Bastión de Tormentas:

Mi Reina Argella,

Juro ante los Siete que os llevaré la cabeza de Visenya, de su hermano Aegon y de Balerion el Negro, que yo mismo cortaré en combate singular con los susodichos, y os demostraré así que soy digno de vuestra mano. Sabed que he jurado no volver a beber vino ni catar mujer hasta que cumpla mi promesa a vos, luz de mi vida, de ojos cual manantiales cristalinos.

Príncipe Edmund del Dominio

Me llegan noticias de que Durrandon está en Hayford pasándolas putas y me pide ayuda.

Hablado con Nemo, tienen una conversación un poco bizarra porque Edmund es tonto y acaban acordando que Edmund asedie Harrenhal para que venga Aegon, cosa que a Mallister le parece correcta. Y quedan para almorzar de vez en cuando.

Luego pongo la misión pero vamos, esencialmente se sientan en la puerta xD

Ah por cierto, tanto Mallister como ahora Piper me han dicho que Aegon está en Antigua reuniendo un ejército, cosa que me empiezo a creer muy mucho.

Esto no es exactamente una misión así que lo pongo aquí: por orden del rey se pegan pasquines en la puerta de los septos. Sobre todo en Antigua. Que rezan:

“Aegon de Rocadragón ha huido al sur aterrorizado ante la llegada de mis tropas, que vendrán prontamente en su búsqueda, para cazarlo como los galgos cazan a la liebre. Sabed que cualquiera que le dé cobijo, negocie con él, o una en modo alguno su suerte a la del valyrio, será ejecutado junto a toda su familia. Sus campos serán salados y sus moradas devoradas por el fuego, y todo registro de su nombre será borrado de los anales del Dominio. Así he hablado yo, Mern el Noveno, el Conquistador del Tridente, del linaje de Garth Manoverde, cuya casa ha regido el Dominio desde hace cinco mil años y lo seguirá haciendo durante cinco mil más.”

Si los despegan, se pegan otra vez.

Ah y estoy hablando con Martell, en relación a que se una a mí contra Aegon. Por aquello de que es el único que está por allí en esa zona. Bueno, Julen también pero es Julen. Así que como necesito alguien, algún puto aliado que no esté desconectado o en el quinto coño, pues me quedo con Martell que es Tirso y me fío xDD (no es metarrol, es amigueo). Si acordamos algo aviso.