El halcón y el muerciélago

El rey había desplegado todo el poderío de Desembarco para agasajar a sus invitados. El Gran Septo de Baelor había amanecido cubierto en sedas y engalanado con los blasones del halcón de la casa Arryn y los nueve murciélagos de la casa Whent.

Allí se había reunido la nobleza del Valle, con Lord Jon Arryn a la cabeza que acompañaba a su sobrino y heredero Ser Elbert con aire altivo. Del otro lado la casa Whent, con Lord Walter Whent y la mayoría de sus hijos (con la sonada excepción de su heredero) que acompañaba a la joven Dana Whent hacia el altar.

El propio Septon supremo ofició la ceremonia y las primeras palabras de felicitación a la nueva pareja fueron el propio rey Aerys que estaba de un humor radiante, pocos podían decir que Aguasdulces acababa de declararse en rebeldía y su nuera había huido de la ciudad escasas lunas atrás.

Tras la ceremonia la multitud se congregó en el gran salón de la Fortaleza Roja donde todos celebraron, bebieron y bailaron mientras más allá de aquellos muros el reino se preparaba para sangrar.

-¡Que vivan los novios! ¡Larga vida al Rey!