PoV
Larys
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Tokens
El Patizambo
Larys Strong es tanto PoV como token.
Coordina los recursos desde Desembarco del Rey.
Conspiración de la Ciudadela
La Ciudadela no tiene lugar para la hechicería, la profecía o las velas de cristal, y mucho menos para los dragones. Larys Strong es parte de la conspiración de la Ciudadela.
Recurrimos al Maestre Pelaio de Puerto Gaviota para atraer a Lord Grafton a la causa.
Consejero de Rumores
Larys tiene una red de informantes y de agentes que van desde meros soplones a torturadores de las Celdas Negras. Como miembro del Consejo Privado, además, tiene acceso a información de primera mano sobre lo que acontece tanto en el Reino como en Desembarco del Rey.
El asunto es oficial del Trono de Hierro y se demuestra en la implicación de un miembro del Consejo Privado.
Isembard Arryn
El Halcón Dorado es el líder de la Casa Arryn de Puerto Gaviota y un aspirante a ser Señor del Valle con el apoyo de su patrón: Larys Strong.
Es el enlace de Larys Strong en el Valle y un hombre con recursos suficientes para afianzar cualquier trato con Grafton.
Ejércitos
No
Objetivo
Conseguir el apoyo de Lord Grafton para la causa de Isembard Arryn como aspirante al liderazgo en el Valle.
Misión
Isembard Arryn se reunirá con Lord Grafton y tanteará su apoyo a Nido de Águilas. Será sutil al principio pero si Lord Julius Grafton es tibio, pasará a hablar sin tapujos. Una vez sepa de qué pie cojea Lord Grafton, se actuará de una forma u otra:
- Apoya a Lady Arryn y Nido de Águilas. En este caso se le ofrecerá a la Casa Grafton beneficios muy altos si apoya a Isembard y este logra erigirse como Señor del Valle. No solo eso, sino que también le dice, sin cortarse un pelo, las consecuencias negativas de apoyar a Isembard y es que tiene el apoyo del Trono de Hierro, de la Casa Royce y de las Tres Hermanas. Eso significa que si Grafton no apoya a Isembard para que pueda instalarse en Nido de Águilas, pues entonces Isembard tendrá que asegurarse de que Puerto Gaviota es el mejor sitio para vivir - recordemos que ya tiene mucho poder en Puerto Gaviota - y eso significa que la ciudad no es lo suficientemente grande para dos poderosos señores. Sí, Isembard es un gilipollas y nadie pretende que sea alguien simpático.
- No apoya a Lady Arryn y Nido de Águilas. Este escenario es a priori más cómodo para Isembard. Se le promete que si Isembard llega a ser Señor del Valle, se encargará de que Puerto Gaviota sea el puerto más importante de Poniente por delante de Antigua, Desembarco o Lannisport. Le dirá a Lord Grafton que cuenta con el apoyo de varias Casas que pueden ayudar directamente a este objetivo ya que los Sunderland están a su servicio y eso significa que el resto de barcos que operen por la zona no tendrán facilidades si él no lo decide.
- Ni apoya ni de deja de apoyar. Si es el típico Señor neutral que quiere sacar el máximo beneficio sin mojarse, Isembard lo llamará Petyr Grafton y pedirá perdón por la confusión. Le ofrecerá lo que pida, sin importar qué pide, pero si coge el brazo cuando se le tiende la mano se le advertirá que Isembard esperará de él tanto como le está dando.
Aparte, esto depende también si Lord Grafton es proVerdes o proNegros. Isembard representa a los Verdes por lo que lo mismo se trata no solo de conseguir el apoyo frente a Nido de Águilas sino también frente a quien él considera legítima heredera de Viserys. Aquí Isembard se mostrará más claro: si apoya a Rhaenyra, Isembard dirá que lo comprende y pedirá entonces tregua entre ellos dos. Una tregua que durará hasta que lleguen Sangre y Queso, claro.
Factores a favor: Isembard es un token mejorado. El maestre Pelaio puede hacer ver a Lord Grafton que la causa de Isembard para ser el verdadero Señor del Valle no es descabellada y tiene argumentos sólidos. Fui yo el que encontró la foto de Julius Grafton. Isembard Arryn está basado en Rafael Hernando y este pertenece al partido de las gaviotas.
Factores en contra: Eso es cosa vuestra, no me gusta tirar piedras sobre mi propio tejado.
Localización
Puerto Gaviota.
Roleo
Isembard Arryn, conocido por todos en el Valle como el Halcón Dorado, ajustó la capa sobre sus hombros y se miró una vez más en el espejo. Sus ojos dorados, como su apodo, reflejaban una intensidad calculadora. Sabía que la reunión con Lord Julius Grafton no iba a ser fácil, pero Isembard no era un hombre que rehuyera los desafíos. Se sentía completamente seguro de sí mismo. “La verdad está de mi lado”, se decía una y otra vez. No solo era el hombre más capacitado para asumir el control del Valle, sino que estaba seguro de que podía convencer a cualquiera con la retórica adecuada.
El viento de Puerto Gaviota soplaba con fuerza esa tarde. Los estandartes con el emblema de la Casa Grafton ondeaban en lo alto de la fortaleza. Isembard, montado sobre su corcel blanco, avanzaba por los senderos del puerto con la seguridad de un halcón que ya ha avistado a su presa. Con cada paso, sus seguidores murmuraban sobre la importancia de esa reunión: si Grafton se inclinaba a su favor, no habría duda de que otros lo seguirían.
Pero Isembard sabía que Lord Julius Grafton era un hombre astuto. No sería fácil de impresionar. Sin embargo, el Halcón Dorado tenía algo que otros no: una lengua afilada y la disposición de aplastar a sus enemigos con palabras igual de duras que una espada. “Los leales a Rhaenyra, esos malnacidos que se ocultan tras el manto de la traición, no son más que una panda de corruptos sin honor”, pensó, recordando sus discursos en Puerto Gaviota, en los que ridiculizaba al bando de los Negros y a cualquiera que osara ponerse en su camino.
Cuando finalmente llegó al salón de audiencias de la Casa Grafton, el gran portón de madera se abrió con un chirrido. Isembard cruzó el umbral con la frente en alto, su porte regio. Su capa ondeó detrás de él mientras los ojos de Lord Grafton lo seguían, expectantes.
– Lord Grafton–, dijo Isembard, inclinando la cabeza en un gesto calculado de respeto. Una vez los gestos de cortesía se hubieron terminado y los dos señores se quedaron a solas, el Halcón comenzó con su diatriba. – Sabemos que el Valle ha estado demasiado tiempo en manos de quienes no merecen gobernarlo. Lady Arryn se ha dejado influenciar por esos bastardos de Poniente que solo buscan arrastrarnos a la ruina. Si seguimos por el camino que nos marcan los Negros, no solo perderemos nuestras tierras, sino nuestra dignidad. Hizo una pausa, como siempre, midiendo el impacto de sus palabras.
Lord Julius lo observó en silencio, su mirada fija, su expresión imperturbable. Pero Isembard, acostumbrado a las negociaciones, no cedió.
– Rhaenyra y los suyos–, continuó, con una sonrisa sardónica, –“son una banda de insensatos, liderados por una mujer que ni siquiera puede mantener la paz en su propia corte. Dicen que es la legítima heredera, pero ¿cómo podría gobernar Poniente alguien tan débil? Es como poner al lobo a cuidar de las ovejas”. Las palabras salieron afiladas como cuchillos, y el eco de su discurso resonó en la sala.
Julius Grafton seguía en silencio, pero Isembard no necesitaba una respuesta inmediata. Sabía que plantaba semillas, que cada palabra iba socavando la lealtad que Grafton podría tener hacia Lady Arryn y sus aliados. Isembard era paciente. –"Lo único que les interesa a esos traidores es dividirnos, y si seguimos tolerando las traiciones de esa panda de herejes, los arruinaremos todos juntos.
–El Valle necesita un hombre fuerte, un verdadero halcón que lo guíe–, dijo Isembard, con el aire de quien da por hecho que su victoria es inevitable. –Yo soy ese hombre. Y os digo, Lord Grafton, uníos a mí y os aseguraré no solo tierras y gloria, sino que estaréis del lado correcto de la historia. Los Negros no son más que el último intento de una facción decadente. Se están desmoronando desde dentro, os lo aseguro. Solo falta dar el último golpe.
Grafton lo miró con interés, su expresión por fin suavizándose.
– Habláis con mucha seguridad, Lord Arryn. Pero ¿cómo sabéis que vuestra victoria está tan cerca? Es más, los Negros ayudarán a los nobles que se unan a su causa de forma directa.
Isembard sonrió, confiado. – "Porque he visto la decadencia en sus propios salones. Los que apoyan a los Negros se han acordado de sus causas cuando ha habido dragones para encontrarlas. Con cada día que pasa, sus fuerzas se dispersan, y los Verdes crecemos en poder. No os equivoquéis, mi señor, Rhanerya es una pija ácrata. Y el Halcón Dorado siempre cae en picada cuando la presa está vulnerable.
Hubo un momento de silencio, y luego Grafton asintió, lentamente. No era una confirmación total, pero era suficiente por ahora. Isembard había sembrado la duda, y pronto, cuando llegara el momento, el apoyo del poderoso Grafton sería suyo.
El Halcón Dorado salió de la sala con la misma confianza con la que había entrado. Su misión estaba encaminada. Aún quedaban desafíos por superar, pero para un hombre como él, esas eran meras distracciones en su camino hacia el poder.
Por si os lo preguntáis, sí, Isembard emplea frases de Rafael Hernando.