PoV: Petyr Baelish
Tokens:
- Lady Lysa Arryn (Diplomacia - Prestigio): Como Señora del Valle quiero que con su presencia consiga reunir a los vasallos para la toma de decisiones.
Ciudad Puerto Gaviota (Tesoro - Otros): La ciudad de los Grafton es una de las mayores en todo Poniente. Actúa como un nodo de comercio entre Desembarco del Rey, Puerto Blanco y las Ciudades Libres, sobre todo Braavos.
Tan Alto como el Honor (Diplomacia - Fidelidad)
Objetivo: Convencer a los Sunderland de llevar a Petyr Baelish a Braavos.
Misión: Convencer a los Sunderland para ir a Braavos para una misión. Además, allí, se tratará de conseguir un beneficio para ellos (Un barcoluengo en principio)
Mapa y tiempos: Como el primero.
Rol:
El viento aullaba furioso mientras las olas golpeaban con ferocidad contra la madera a la que se aferradaba. Petyr Baelish luchaba desesperadamente por mantenerse a flote en las gélidas aguas del Mar Angosto. El naufragio había sido repentino y brutal, dejándolo a merced del cruel destino. Sin embargo, el destino tenía otros planes para el astuto lord.
Milagrosamente, después de horas interminables en el agua, Petyr fue avistado por pescadores de la Isla Sunderland, quienes, guiados por la compasión, lo rescataron de una muerte segura. Exhausto y empapado hasta los huesos, Baelish fue llevado a la fortaleza de Lord Sunderland para recuperarse del naufragio.
Después de días de cuidados y convalecencia, Petyr Baelish se presentó ante Lord Sunderland en su gran salón, agradecido pero sin perder su astucia. “Mi señor, os debo la vida. Os estaré eternamente agradecido por el acto de bondad que habéis mostrado hacia un desconocido como yo”.
Lord Sunderland, un hombre de rostro curtido pero corazón noble, asintió con solemnidad. “Es nuestro deber ayudar a aquellos que enfrentan la furia del mar. Pero me intriga saber qué os llevó a esas aguas traicioneras, Lord Baelish”.
Petyr inhaló profundamente, cuidando cada palabra. “Mi destino me llevaba a Braavos en una misión urgente en nombre de la Casa Arryn. Sin embargo, el mar tiene sus propios caprichos y desafíos”.
Lord Sunderland arqueó una ceja con curiosidad. “¿Braavos, decís? Es un viaje peligroso y arduo. ¿Cómo puedo ayudaros en este asunto?”
Baelish sonrió con astucia. “Mi señor, tengo la intención de llegar a Braavos y completar mi cometido. Sin embargo, necesito medios confiables para hacerlo. Vuestra casa es conocida por sus hábiles navegantes y barcos resistentes”.
Lord Sunderland asintió lentamente, comprendiendo las implicaciones. “¿Y qué ofrecéis a cambio de nuestra ayuda, Lord Baelish?”
“Una promesa respaldada por la Casa Arryn”, respondió Petyr con firmeza. “Una vez en Braavos, enviaré un barcoluengo, de los mejores de su clase, como muestra de gratitud de la Casa Arryn hacia vuestra generosidad”.
Lord Sunderland consideró la oferta. Un barcoluengo sería un tesoro invaluable para su casa, ampliando su dominio marítimo y fortaleciendo su posición en el Mar Angosto. Además, ayudar a Petyr Baelish también podría rendir frutos políticos en el futuro.
“Está bien, Lord Baelish”, dijo Lord Sunderland finalmente. “Os proporcionaré un barco y un capitán confiable para llevaros a Braavos. Pero recordad vuestra promesa”.
La sonrisa de Petyr Baelish brilló con satisfacción. “Mi señor, sois un hombre de honor. La Casa Arryn cumplirá su promesa. Os agradezco nuevamente por vuestra amabilidad y vuestra confianza”.
Con el acuerdo sellado, Petyr Baelish se preparó para zarpar una vez más hacia Braavos, con la esperanza de completar su misión y asegurar la lealtad de los Sunderland a su causa. Mientras se dirigía hacia el horizonte, la determinación ardía en sus ojos, sabiendo que cada paso lo acercaba un poco más a sus intrigantes objetivos en el Gran Juego de Tronos.