A las puertas de Puerto Gaviota

Una noche más, los señores del Valle que habían acudido a la llamada de Lord Arryn se reunían en la tienda de mando. La primera vez se habían sorprendido por la sobriedad de la tienda. Ser Harrold Hardyng había obtenido la mano de la heredera de la casa Arryn, una vez los Grafton volvieran a estar bajo la autoridad del rey. Pero en el aspecto más práctico del asunto, tenia en sus jóvenes manos el futuro de la casa. Muchos esperaban que siendo tan joven, el incremento de poder tan magnífico del que acababa de ser objeto se le subiera a la cabeza.

No es que no tuviera detractores ni que fuera el amigo de todo el mundo. Pero los señores más mayores recordaban las guerras pasadas y las penurias, respetaban la seriedad con que Ser Harrold ejercia su nueva autoridad. Ciertamente, Ser Dennys “Galante” o ser Dennys “Palo de escoba” vigilaban cada paso del joven. Claramente, por muy al mando que estuviera el joven, el veterano y respetado caballero mantenía en la senda al joven.

Todos los presentes en las Puertas de la Luna habían disfrutado viéndolo ajustar y estaba muy bien que supiera usar una lanza, pero una lanza rota podía sustituirse. Una vida, solo se podía perder una vez. Y la guerra se llevaría muchas, lamentablemente. Los señores lo sabían. ¿Pero cuántas se llevaría la inexperiencia del joven comandante?

La primera noche en que se reunieron, todos temían un asalto prematuro y la ruina. No pocos se sorprendieron de que Ser Harrold no ordenara sonar los cuernos para iniciar el asalto el primer día. La mayoría se alegraron, aunque los más jóvenes quisieran entregarse a la violencia inmeediata e pos de la gloria. Muchos fueron los que se alegraron de que el joven caballero optara en primer lugar por parlamentar con el señor rebelde. ¿Quizás aún se pudiera resolver todo sin sangre entre hermanos? Muchas oraciones buscaron evitar el conflicto.

Esa noche, Ser Harrold convocó el consejo para transmitirles las noticias sobre la oferta de parlamento con Lord Grafton. Estaban expectantes y llegaron pronto. El joven caballero no dilató más la espera.

-Lord Grafton respondió. Su rebeldía poco tiene que ver con disputas con Lord Arryn. Ha elegido apoyar a Aegon y se ha posicionado por ello contra Aemon, el heredero de nuestro Rey Rhaegar. Nuestro Rey tenía nuestro juramento, eligio a su heredero y respetaremos su elección. No iremos contra la voluntad de nuestro difunto rey y menos cuando su cuerpo sin vida apenas se ha enfriado.

Sabeis que no quiero una gota de sangre del valle manchando la hoja de mi espada, se que nadie lo desea. Pero os voy a pedir que reflexionemos, no vamos a levantar la espada contra nuestros vecinos, vamos a levantar la espada por nuestro difunto rey y por nuestro nuevo rey. Cada hombre elige su camino y el mío lo dicta mi fidelidad a Rgaegar y a Aemon.

Si Lord Grafton está contra mí rey, como afirma en esta carta que podéis leer a voluntad. Lord Grafton es mi enemigo, hasta que se rinda o muera. Lo he jurado y lo cumpliré o moriré en el cumplimiento de mi deber. Es lo que dicta mi conciencia. Es lo que dicta mi honor.

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