Algunas lunas atras

-Señores, señores. Unos minutos de silencio por favor. Como sabeis, todos estamos aqui reunidos por un motivo. Durante siglos, quienes han hollado el camido alto, han sufrido los ataques de los hombres de los clanes. Por ejemplo, Ser Dunstan Fairchild aqui presente, perdio a su padre en un ataque de los hombres quemados, quizas recordeis la historia. La hermana de mi esposa fue raptada y jamas se volvio a saber de ella, Ser Oswald, padre de Dunstand, cayo tratando de protegerla. Como el buen Fairchild, muchos hemos perdido, amigos o pariente, algunos ambos y en varias ocasiones.

Durante siglos, los hemos combatido y vencido. Pero son como las alimañas del bosque, dificiles de rastrear, dificiles de cazar. ¿Porque nuestros antepasados han fracasado dando buena cuenta de ellos? Creo que es simple, no pelean a nuestro estilo. Nosotros somos mas fuertes, mas organizados, estamos mejor armados y entrenados. En mil de 1000 batallas en campo abierto, borrariamos sus huestes de la faz de la tierra. Son como los tabanos que incordian a nuestros caballos.

¿Como podriamos nosotros dar con la solucion que generaciones y generaciones de grandiosos y honorables caballeros no han podido? Quiero vuestras ideas, señores. Pero os dire porque Lord Jon y yo pensamos que no pudimos con ellos en el pasado.

Vereis, ellos controlan el terreno. Un terreno que nos obliga a dejar nuestros caballos. Sus hogares estan ocultos en las montañas, son dificiles de localizar y ademas nos observan. Nos vigilan, se anticipan. Nos emboscan y nos atacan cuando su inferioridad numerica y armamentisctica se ve reforzada de forma brutal por un terreno que merma nuestras capacidades. La cuestion es, ellos tienen la iniciativa, ellos eligen cuando y donde pelear. No creo estar descubriendo nada nuevo al decir que eso es lo que debemos cambiar.

Mas aun. Hasta la fecha, hemos intentado muchas cosas y muchas veces. Pero he tratado de investigar en diarios de antiguos señores y parientes y siempre lei lo mismo. Los clanes se defienden de nuestro intento por exterminarlos. Cualquiera de nosotros pelearia como gloton panzaarriba si un agresor tratara de dañar aquello que consideramos nuestro. Supongamos que vamos tras su pista. Que los encontramos y que logramos atraerlos a donde podamos vencerlos de forma significativa. Supongamos que logramos hacer prisioneros. Imagino que estos es posible, de otro modo, no lo plantearia. Llegada esta situacion. ¿Cual seria nuestro siguiente paso? ¿Exterminarlos como nos piden las tripas? Es lo logico, dado lo que hemos vivido con ellos. Yo estoy con quienes desean acabar con quienes tanto dolor nos causan y causaron. Pero esto ya lo hemos intentado y no hemos llegado a nada nuevo.

Lo que digo es que debemos encontrar un nuevo camino. Imaginaos que fuerais capturados y asesinados por ellos. Vuestras familias querrian venganza. Y continuariamos como siempre. Pero imaginaos que os capturasen y os liberasen. ¿Esto no seria algo diferente a lo habitual? ¿No es posible que esto, que es algo que no hemos probado aun, surtiera algun efecto diferente? No pretendo convenceros de esto, solo planteo algo para que penseis en vuestras alternativas al plan de siempre.

Imaginaos. Una batalla en la que derrotemos a sus mas grandes guerreros, porque son salvajes armados con palos. Pero los que los hemos combatido, sabemos que son salvajes pero valientes. Una batalla como nunca se ha visto, algo nuevo y hermoso a su manera. Quebrantemos su espiritu en batalla y cambiemos el curso de la historia despues. Nuestra gesta, sometiendo a los clanes, se cantara durante siglos. Pero mejor que una cancion. El valle crecera, en las montañas no hay mucha tierra de cultivo, pero hay prados donde apacentar ganado. Ahi arriba, esta el futuro. Sobre todo de aquellos caballeros que esten dispuestos a cambiar, a actuar diferente, a apostar por un futuro que nos lleve a un lugar diferente del aquel en que nos encontramos. Un futuro en que cada caballero tenga su propia torre y sus propias tierras donde vivir y cuidar de su familia. Os pido que penseis en un valle sin ataques en el camino alto. No os pido que perdoneis, matadlos, en batalla. Son el enemigo, mientras se enfrenten a nosotros, cuando los forcemos a rendirse. Seran nuestros vasallos.

¿Que pensais señores? ¿Preferis matar hombres, mujeres y niños? ¿O Vencer y someter a grandes guerreros, honrando con vuestra victoria a vuestros antepasados? Yo eligo la victoria. Elijo la gloria del vencedor.-

Asi hablo Ser Denys Arryn, padre de Jasper. Primo lejano de Lord Jon. Castellano de las Puertas de la Luna.

La marcha fue dura. Los clanes de las montañas los hostigaban a cada paso. Las batallas prometidas por Ser Denys no parecian probables, sobre todo cuando arreciaban las andanadas de piedras precedidas por los agudos silbidos de las hondas de piel de cabra.

Ser Denys cada dia parecia mas abatido. El mismo habia ideado el plan, pero… ¿Habia sido buena idea adentrarse entre los clanes? Habian partido de nido de aguilas con las armaduras lustradas, los colores de las sobrevestes y los pendones lucian como nunca, las sonrisas y las bravatas nunca lejos de los labios.

Que necios habian sido al creer que atacar a los clanes iba a ser glorioso… Barro y sangre. Piedras y flechas. Ni siquiera un enemigo al que golpear. Eran como fantasmas, se movian en la niebla y en la noche, como demonios ocultos entre sombras.

Una noche, junto a la hoguera…

-Denys, algo va muy mal. Esta gloriosa aventura me esta pareciendo mas bien ruinosa. Apenas encontramos caza con la que reponer nuestros suministros. Las mulas caen cada vez que nos atacan. Aunque claro, pronto tendremos cotas de malla suficiente para acorazarlas. Ya hemos perdido unos cuantos buenos hombres.- Las palabras de Ser Nestor Royce, daban voz a los pensamientos de cuantos se habian reunido aquella noche en torno al fuego. Alli estaban los caballeros mas audaces del valle, herederos de nada mas y nada menos que la mayor tradicion caballeresca de los siete reinos. Todos ellos valientes, todos ellos temerosos solo de su fracaso, de dejar caer a sus camaradas sin darlo todo por ellos.

Ser Denys Arryn y su hijo Ser Jasper estaban al frente de la marcha. Ser Nestor, Ser Vardis y el joven Lucas Corbray organizando la impedimente y guardando la retaguardia. Los Hunter mandaban la menguada caballeria. Pocos caballos podian con las empinadas pendientes de las montañas de la luna y pocos los montaban como Ser Eustace y Ser Harlan.

Jasper tomo la palabra ante la falta de inicitiva de su padre.

-Ser Nestor. Para hacer tortilla hay que cascar algunos huevos. Muchos hombres buenos han muerto y puede que algunos mas muramos. Pero solo podremos medir el exito o el fracaso de esta aventura cuando termine. ¿Acaso vamos a dejarnos vencer por estas alimañas que ni siquiera dan la cara?

Los Hunter y el joven Corbray corearon al temerario polluelo de halcon. Pero Ser Vardis Egen, mas comedido, quiso intervenir.

-Ser Jasper dice bien. La historia de un suceso se cuenta en funcion del final, no del principio. Pero lo cierto es que no hacemos mas que encajar pequeñas derrotas que estan mellando nuestra moral. Tenemos que golpear, si no, sus pequeños golpes, nos causaran un gran descalabro. Espero equivocarme.

-Camaradas.-Dijo Ser Denys.-Os he traido aqui y os he de sacar de aqui. Os prometi gloria y a ella he de llevaros. Tengo una idea. Los clanes ven lo mismo que estais viendo, solo que se ven a si mismos en el lado ganador. Al alba, os contare mi plan y pronto, cosecharemos la gloria que os he prometido.

Finalmente habian dado con los clanes. Habian caido en la trampa. Se habian confiado y los habian emboscado donde los caballeros del valle se habian dejado emboscar. Tan ufanos se sentian pensando en que los habian acorralado que no notaron la partida de los hermanos Hunter. No percibieron la falta de caballos, solo vieron las mulas y las camillas. Creian que el halcon estaba herido y casi muerto. Pero cuando los clanes atacaron, creyendo que daban el golpe definitivo… lo recibieron. Ser Dennys esperaba el golpe y cual caballero de torneos, dejo que la lanza de su rival se deslizara por su escudo, dejando el golpe sin efecto, mientras que su lanza encontraba el pecho de su contrincante.

Mientras los clanes descendian por la vaguada sorteando rocas y gritando su valor. Los heridos se alzaron de sus camillas. Y los camilleros alzaron los arcos. Las flechas volavan encontrando los pechos de los clanitas. Las habituales hondas no podian trabajar, pues sus guerreros mas audaces estaban ya entrando en distancia de cuerpo a cuerpo. Que ilusos habian sido. Habian atacado tal y como habian sido invitados a hacerlo, pensaba Ser Denys.

Por el rabillo del ojo vio a uno de los hombres mas enormes que jamas habia visto cargando hacia el. Justo al tiempo que lograba desembarazarse de un enemigo, se giro para afrontar la muerte en forma de montaña o montañes, en este caso era practicamente lo mismo. El golpe del montañes no llego, Lucas, el pequeño de los tres hijos de Lord Corbray, se habia colado bajo la guardia del giganton y lo habia eviscerado como quien corta una margarita. Ser Denys casi sonrio al verlo, a pesar de lo sangriento de las escena. Y digo casi, porque instantes despues de su gran victoria, Lucas, exhalo su ultimo suspiro. Tras el giganton venian otros montañeses y uno de ellos, logro golpearlo con su hacha de piedra antes de que extragese la espada de las entrañas del campeon montañes. Lastima, el muchacho prometia. Su familia lo añorara. Era buen chaval. Y majo.

En ese momento entraron en escena los hermanos Hunter, galopando ladera abajo hicieron de martillo, atrapando a los clanitas que aun estaban en pie contra los caballeros del valle, que aun pie a tierra, sabian lo que hacian. En esa carga cayo el bueno de Ser Eustace, el jovial y dicharachero Eustace. Si esa lanza hubiera ido unos milimetros mas a la derecha… Sangre noble haria reverdecer esa colina tras la batalla.

Al final de todo, Ser Denys estaba ante los supervivientes de los clanes. Hombres quemados, Orejas negras, Grajos de Piedra, habia de todo. El pequeño de los Hunter miraba el cadaver de su hermano mayor como si no pudiera creer lo que habia pasado y murmuraba cosas ininteligibles. La victoria habia salido cara.

Ser Denys se acerco a los supervivientes enemigos. Y les hablo asi:

-Os hemos derrotado. Limpiamente y en vuestro terreno. Si hubiera sido alrreves, nuestras cabezas estarian ya en picas. ¿Me equivoco?

-Dices bien, hombre del llano. Habeis vencido. Pero nuestros hijos nos vengaran. Y vuestras mujeres lloraran.- Dijo el que parecia estar al mando.

-No. Nada de llorar. Os ofrecemos una salida distinta a la muerte. Una salida distinta a la perpetuacion del circulo de venganza que ha unido a nuestros pueblos desde tiempos remotos. Podeis rendiros. Vuestras vidas seran respetadas. Con condiciones, claro. Pero seguireis vivos y vivireis mejor. Pero nunca mas sereis causa de dolor entre mi pueblo. Vuestros ataques terminan hoy. Asi lo jurareis. Por vuestros hijos e hijas, que como garantia de la palabra de sus padres, nos acompañaran a las tierras llanas como vosotros las llamais. No estamos negociando, hombres de los clanes. Os ofrecemos lo unico que podemos ofreceros y si lo aceptais, nuestro feudo de sangre termina hoy.

-¿Cuales son esas condiciones caballero halcon?- Dijeron los clanes…