-Lord Jon. Mi señor. Ya estamos aqui.
-¿Y que noticias trae mi guardian de las puertas de la sangre?
-No quisiera parecer un listillo mi señor. Pero si nos apeteciera una dura pelea, entonces las noticias son buenas. Si quisieramos un dia de asueto y relajo, tendra que ser otro dia. Esperemos vivir tanto.
-Grafton… no os tenia por hombre dado a los juegos de palabras. ¿Querreis volver a empezar y ser breve y conciso por favor?
-¡Mi señor! El enemigo esta casi encima de nosotros. Hemos peleado cada palmo de terreno y hemos mirado al pez a los ojos. Nos alcanzaran antes del anochecer si no apresuramos la marcha.
-Bien. Entonces podemos postergar la cita, pero no eludirla. Señores del valle y la corona. Caballeros. Desayunad bien y rezad si lo deseais. Alegraos, pues hoy no andaremos mas. No hagais planes para el dia de hoy. Pues el ilustre pez negro nos viene a ver. Es un caballero de renombre, me gustaria recibirle apropiadamente. Ocurre que estando en disputa en cuanto a quien deberia llevar la corona… no podemos recibirlo con pan y sal como seria correcto. Tendra que conformarse con acero. - Dijo Lord Jon Arryn a sus señores y capitanes mientras extraia lenta y dramaticamente su espada de la vaina.
-Mi señor. Tio. El enemigo ha dejado de avanzar. Se han quedado quietos. Estoy bastante sorprendido. Han marchado veloces para despues quedarse quietos cuando paramos para presentar combate. ¿A caso querran que nos muramos de viejos? O peor. ¡De aburrimiento!
-Sobrino. Si el pez negro no ataca, por algo sera. Que suenen las trompetas, que toquen retirada.