Chanzas sobre la colina

(Relato ocurrido entre la llegada de la Comitiva del Valle a Desembarco y la Noticia de la muerte de Rhaegar)

Tras haber llegado a la mansión de la colina que pertenencia a su padre, Lord Merwyn Grafton, éste se había quedado en el patio dando órdenes para que todo estuviera bien dispuesto y seguro. Los sirvientes que tenía contratados sin duda habían hecho un trabajo esplendido, dejando la mansión como nueva, las plantas más bellas que nunca y los cristales de las ventanas resplandecían. Por su parte, Gerold Grafton el heredero de Puerto Gaviota había acompañado a Lady Alissa y a Lady Alea en un trayecto por su hogar desembarqueño, enseñándoles las fuentes, el comedor, la biblioteca y demás lugares que estaban exquisitamente diseñados y mostrando orgulloso el poderío de su familia.

Aún les quedaba gran parte de los recovecos de la morada por ver cuando fueron interrumpidos para indicarles que la comida estaba lista, consistiendo esta en un apresurado pero no por ello menos sabroso y abundante, banquete de cordero asado, puré de guisantes, empanadas de conejo, todo pasado con un exquisito vino ligero del Dominio.

Las rencillas parecían haber quedado atrás y el ambiente en la comida era de lo más distendido, es cierto que Eddard no era muy sociable pero se dejaba ver charlando sobre problemas de Desembarco, de los Salvajes de las Montañas de la Luna, las caravanas de mercancías que entraban por la Puerta de la Sangre y ciertos asuntos que quizá para la mayoría no era lo que cabría esperar en una circunstancia de ese calado.

Tras ese sencillo banquete el maestro de armas, Ser Uthor Shett, lo llamó a practicar junto a su hermano en un pequeño patio dispuesto para ello. Mientras el veterano caballero disponía de los muñecos de paja y las espadas embotadas, Gerold alcanzo a ver como su hermano se acercaba al hijo menor del Caballero de la Puerta de la Sangre, un chico de 14 años llamado Edric Stark, el cual los había acompañado durante todo el trayecto y que acudió comedido aunque deseoso de poder combatir cara a cara frente a los hermanos Grafton para medir su nivel con chicos de su edad, aunque antes de ir el chico pidió permiso con la mirada a su padre que tras sonreír asintió con un gesto cómplice. Por lo visto a su hermano Gyles le parecía conveniente invitarlo a practicar con ellos, así que se quedo viendo al margen como se desarrolaba la situación.

-No es justo padre. - protestó la joven Arya mientras corría a coger una espada que ser Uthor habia dejado apiladas junto a los maniquíes de paja - ¡Si Edric pelea, yo también quiero! - gritó poniéndose en posición de defensa mientras todos estallaban en una carcajada acompasada, lo que no hizo sino que Arya se pusiese roja queriendo aún con más ganas demostrar lo buena espadachina que era.

Alyssa llevaba días observando a los hijos de Lord Grafton pero no había tenido oportunidad de ver a ninguno de ellos entrenarse, Alea y su hermana menor Arya Stark, que acudió al grupo de muchachas enfurruñada tras el rechazo de su padre a poder participar en la exhibición de los chicos, Miranda y Alys Templeton y también Miranda Royce cuchicheaban entre ellas animadamente, incluso Mya Piedra, una muchacha alta y vigorosa, con una tupida melena lacia y negra y ojos azules y profundos, parecía querer decir algo tras observar a los jóvenes, aunque consciente de su situación y cuna, no quería hacerse notar si su señora Alyssa no lo pedía expresamente.

El joven hijo de Lord Jasper pidió a su señora un pañuelo que atar a su brazo, para defender su honor. Alyssa, consciente de las miradas que había atraído su primo, asintió solemne y entregó a su primo Elys una prenda para complacerlo. Los demás muchachos no parecían tan corteses o al menos no tan interesados en complacer a una dama, pues ya estaban terminando de prepararse para retarse en duelo.

Ser Dennys “El Galante” asentía sonriente al escuchar las palabras de su joven nieto mientras alternaba sorbitos de su copa y quedas palabras con su hijo Jasper. Este último sonreía complacido viendo a su hijo y anhelando verlo dejar los colores de la casa de su señora en buen lugar.

Ser Marwyn Belmore no demostró mucho interés por los juegos de guerra de los jóvenes, aún quedaba asado y como gustaba decir a menudo, un guerrero no deja la batalla ni la mesa antes de que todo se acabe. Ser Kyle Royce, lanzó su guante a Eddard Stark, invitándolo a medirse una vez más, largos años de amistad compartida y muchos combates como los que los muchachos pretendían iniciar en esos momentos colgaban a sus espaldas y éste lo recogió al momento lo conocía desde hacía tantos años que no estaba mal rememorar de nuevo aquellos días en los que lucharon hombro con hombro, así que aceptó el desafío preparado para demostrar de que pasta estaban hechos en el Norte.

Ser Albar Royce y en mayor medida Ser Harrold Hardyng aprobaron con sonoros hurras la iniciativa de los más jóvenes, ambos caballeros y el segundo con sangre de Arryn, se dispusieron a ejercitarse también por su cuenta, ellos eran caballeros ungidos y tenían por seguro que participarían en el torneo que se celebraría en Desembarco, cualquier ocasión era buena para entrenarse.

Cuando los cuatro muchachos estuvieron listos, con sus cotas de cuero para evitar más daños de los necesarios pero que no los lastrada en sus movimientos y sus espadas de entrenamiento, Ser Uthor tomó la palabra – Muy bien muchachos esto es lo que vamos ha hacer, cada uno de vosotros peleará contra todos los demás, de modo que al final de todos los combates contaremos cual de vosotros es el que se ha llevado más victorias al zurrón. Ya sabéis que esto es una exhibición quiero veros pelear duro – lanzó una mirada fiera a sus Grafton a quienes conocía bien – pero nada de golpes suciosni por encima del cuello ¿ENTENDIDO? – gritó como si de el rugido de un león se tratase, a lo que todos asintieron – Antes dejaremos que Ser Kyle Royce y Eddard Stark nos deleiten con un buen combate, aprended de ellos, son dos de las mejores espadas del Valle, os lo aseguro. -

Muchos combates y muchos años de experiencia caían sobre los hombros de aquellos dos hombres, quizá este tipo de duelos le venían mejor al norteño que estaba más acostumbrado a combatir a pie y ligero como era costumbre en los norteños y no protegidos con grandes armaduras y buenas lanzas a caballo, cosa más típica de los grandes caballeros sureños. Los dos hombres ya estaban listos y tras un saludo cortes, desearte lo mejor en el combate y encomendarse a sus dioses comenzaron a cruzar espadas. El combate no fue largo, tras un primer momento en el que Ser Kyle parecía tomar ventaja lanzado varios espadazos laterales muy rápidos Eddard arremetió con una estocada que tuvo que ser esquivado por el caballero del Valle echando un paso hacia atrás lo que le hizo perder las distancias, lo que fue aprovechado por el norteño para tras un revés repelido en el lado izquierdo asestar un golpe en el derecho haciendo que el caballero se inclinarse haciendo fácil que Stark pusiese su espada en el cuello de su oponente. De ese modo Ser Uthor dio por finalizado el combate estallando el patio en aplausos y vítores para los dos contendientes que habían dado un buen espectáculo, Arya Stark corrió hasta su padre para trepar sobre él y situarse sobre sus hombros con una habilidad poco propicia en una niña de su edad.

Ser Kyle Royce, amigo de Eddard Stark, de Elbert Arryn y de Robert Baratheon desde niño, suspiró derrotado. Una vez más, no había vencido. Al menos, no perdía contra cualquiera. Lord Arryn no hubiera hecho a Eddard Caballero de la Puerta solo por amor fraternal. Era un comandante eficaz, un amigo leal y un guerrero que más valía tener al lado que enfrente. Así que solo le quedo decir…

- Stark… ¡Maldito perro cabrón! ¡Otra vez ganas tu! Doble o nada. Te desafío y elegiré yo las armas. Jarra de cerveza y asado. ¡Esta no la ganarás!. –

Eddard no pudo más que reír y aceptar la invitación estrechando de nuevo el brazo de su amigo, con lo ambos se retiraron y dejaron a los chicos, que ya esperaban con ansia el patio para sus combates. La expectación no había hecho más que acrecentar con la buena exhibición de los adultos y a escondidas había quienes dejaban escapar alguna moneda de cobre o plata, las apuestas eran asiduos incluso entre el servicio y aquel combate era una buena ocasión de irse preparando de cara al torneo que les esperaría en unos días.

- Acercaos – ordenó el maestro de armas a los muchachos – el orden de combates será el siguiente, el primer combate enfrentará a los hermanos Grafton, tras ellos Gerold cruzará espadas con Elys Templeton y posteriormente con Edric Stark, tras ellos Gyles tomará el relevo para enfrentarse de nuevo a Elys y Edric y por último el hijo de Lord Jasper se medirá al cachorro Stark. ¿Algo que añadir? – Ante el gesto de aceptación de los muchachos y su silencio solo tuvo que añadir - Bien entonces, que se preparen los primeros combatientes. –

Los hermanos parecían ansiosos por demostrar su valía y en cuanto Ser Uthor dio la orden ambos combatientes se lanzaron el uno contra el otro sin temor ninguno, y aunque el combate fue muy entretenido con un Gyles que, a pesar de ser el hermano menor demostraba ciertas aptitudes muy aceptables con la espada y que tenía un buen juego de pies para moverse alrededor de su oponente y a pesar de que Gerold era mayor y tenía más cuerpo, pero su afán por agradar a las damas que lo presenciaban, en parte al menos, hicieron que cayese derrotado ante su hermano que había demostrado en aquel combate que sin duda seria una gran espada tras caer sobre la espalda de oponente al lanzarle este una estocada. De nuevo un estruendo de vítores retumbaron y Gerold herido en su orgullo se sacudió el polvo y se plantó de cara a Elys Templeton que ya se situaba frente a él mientras que Gyles corría hacia Lord Merwyn para recibir sus felicitaciones personales.

El segundo combate no fue todo lo que podría haber sido, con un Gerold encabritado y Elys queriendo más satisfacer a las jóvenes que lo observaban comenzó un baile por parte del joven Templeton que quiso demostrar en un minuto todos los trucos de esgrima que había aprendido en su corta edad, aquello no hizo más que enfurecer, más a Gerold que tras un paso lateral de su oponente y aprovechando su mayor envergadura eembistió con el hombro tirándole al suelo y no pudiendo ver más que la espada sobre su pecho. Elys aceptó con solemnidad la derrota frente a su primer rival, claramente se sentirá defraudado, la heredera del valle, su pariente, miraba. Su padre miraba. Lord Grafton miraba. !TODOS MIRABAN COMO ERA DERROTADO! La rabia y la vergüenza lo consumían. Pero furtivamente miró a su padre y no vió vergüenza sino orgullo y recordó sus palabras “Un buen hombre no es el hombre que no comete errores, es el que afronta sus errores y los enmienda” . Así que decidió sacar pecho y aguantar el tirón.

De nuevo se preparó Gerold con más confianza, al menos ya había ganado un combate, para enfrentarse a Edric Stark quién como su padre demostró un estilo serio y firme en su lucha, el combate fue corto en demasía pues tras una primera carga del mayor de los Grafton, cargado de orgullo para demostrar su valía, cometió el error de no medir bien la distancia haciendo que su golpe quedase corto siendo una presa demasiado fácil para el hijo del huargo que tras un golpe seco hijo caer de rodillas a su rival provocando un leve murmullo entre el público que enseguida estalló en aplausos para premiar la actitud de los dos combatientes que se tendieron la mano en señal de respeto.

Tras este combate Gerold marcho a refrigerarse para continuar viendo el resto de combates que en esta ocasión llevarían al centro del patio a su hermano Gyles y a Elys Templeton que tras la derrota anterior parecía mucho más sereno y con muchas más ganas de demostrar lo buen luchador que era y tras el inicio ambos estuvieron midiéndose durante varios minutos, hubo muchos golpes de espada contra espada, recortes y quiebros, aquel combate estaba siendo digno de un torneo se notaba que ambos luchaban muy concentrados como si no hubiese nadie alrededor y sólo el juego de piernas que poseía Gyles, un estilo poco peculiar pero muy efectivo tal como había demostrado en el combate anterior y como lo iba a hacer en éste, causó el desnivel entre ambos que hizo que el pequeño de los Grafton saliese victorioso y sumase dos victorias a su casillero, sólo un combate más y demostraría ser el mejor de los presentes. Mientras Elys se marchó orgulloso, no había podido brinda la victoria a Alyssa pero perder Quel combate era mucho más digno que una mala victoria.

En el siguiente tomaría la espada de nuevo Gyles frente a Edric Stark, combate que de nuevo duro menos de lo esperado, quizá porque Gyles acusaba el cansancio del combate frente a Elys (aunque no se oyó queja de ello) o porque Edric ya lo había observado en sus dos combates anteriores dándose cuenta de los movimientos que efectuaba Grafton pero lo cierto es que cuando Gyles comenzó con su juego de pies Edric no tuvo más que hacer un quiebro hacia su izquierda, dejando a contrapié a Gyles que no tuvo tiempo de llegar con su brazo derecho al espadazo que el Stark había lanzado ya a su flanco izquierdo finalizando un combate que acabó con muchos gritos de ánimo para ambos y que dio paso por orden de Ser Uthor al último y esperado duelo.

Elys quería saltar de alegría y gritarle a Stark que lo iba a machacar, estaba realmente emocionado por luchar frente a su amigo pero se contuvo, había peleado antes con Edric y ciertamente era mejor que él mismo por ahora. Aún así, que diantres, lo haría bien. Encaró el combate con Stark con el nombre de Arryn en la boca. Un día sería Lord Templeton pero su padre nació Arryn y el estaba orgulloso de su legado. Sólo se dirigieron sendas sonrisas desafiantes antes de empezar, ambos conocían sus estilos y no sería un combate fácil pero nadie pensó jamás que llegaría a ese nivel, el combate duró muchísimo, más de lo que cualquiera hubiese esperado, en este combate Edric suda de verdad sus movimientos rápidos y certeros recordaron a más de uno al Capa Blanca que encarnaba la piel de su tío, sin duda el chico llevaba sangre de buenos guerreros en el cuerpo y dioses le habían bendecido con ese don, pero cuando parecía que el combate ya se balanceada del lado del cachorro del lobo un gesto de furia se dibujó en Elys, no se sabe si por el orgullo de querer demostrar su valía o por la tristeza de no haber podido ganar un combate o bien por el espíritu de perseverancia y arrojo heredado de su padre, el caso es que como si el mismísimo Guerrero se hubiese encarnado en su espada Elys comenzó a lanzar golpes directos al cuerpo de Edric que éste apenas podía repeler, tanto fue así que ambas espadas terminaron quebrándose por varias partes, las astillas volaban y viendo peligrar la integridad de los chicos ante un público totalmente volcado en aquel espectáculo un gesto de Ser Uthor hizo que Eddard Stark y Lord Jasper Templeton tomaran de los brazos a sus pupilos finalizando el combate antes de que llegase la sangre al río. Cuando Elys fue consciente de lo que pasaba realmente, con gran congoja y agobio, no pudo sino pedir perdón Stark que lo rechazó interpelado a que no había nada que perdonar dándose ambos un apretón de manos como buenos amigos y demostrando su gran nivel de amistad.

Ser Uthor se acercó al centro del patio y levantando los brazos acallo a todos los señores y sirvientes que veían el espectáculo - Señores, la exhibición ha terminado, tomando éste último combate como un empate he de anunciar que el vendedor del torneo de exhibición con dos victorias y un empate es Edric Stark. Enhorabuena chico. – el joven sonrió, aunque pronto se sintió algo avergonzado, sabía que el último combate perfectamente podría haber sido una derrota pero no podía sentir más orgullo que el de estar junto a su padre disfrutando de que los Stark tuviesen la admiración de todas aquellas personas de alta cuna.

Lord Jasper había contemplado con orgullo como su hijo se enfrentaba a un tercer combate con la misma determinación que a los dos primeros aun sin conseguir gran cosa en estos. Quizás aun no era un buen espadachín, quizás nunca lo fuera, pero al menos sabía aguantar la adversidad como un hombre a pesar de ser un niño. Estaba complacido. Miro a su propio padre, quizás el se sintió así cuando le contaron de su aventura en el torneo de Harrenhal. Nunca lo había dicho, aunque ciertamente, cuando el correctisimo Ser Dennys “El Galante” decía Lord Templeton… ahi se escuchaba orgullo, no por el título creia Jasper, sino por la historia detrás del título. No obstante, el no quería ser distante con su hijo, quería que supiera que estaba orgullo de él. Esperó paciente que su retoño dirigiera su mirada hacia el y le sonrió, limpiamente, que no quedara dudas, Jasper estaba orgulloso de su hijo.

Lo que vio a continuación fue una de las demostraciones de combate más extraodinarias que había visto, y eso habiendo sido entrenado por Ser Arthur Dayne, era mucho decir. Su hijo no resultó vencedor, pero el chico Stark… ese chico… había hielo en su mirada, pero se movía como el fuego por la pez. Algún día, se hablaría del hijo de Eddard Stark, se hablaría mucho.