Clan Mindarorön

En los albores de la segunda era del mundo, los sirvientes de Hademat poblaron todos los rincones del plano mundano. Mindarorön, los de la Poderosa Voz, se asentó en lo que se llamaría la Isla del Pez, son un grupo de irreductibles enanos que se mantienen en las montañas de Fiska solo porque las vetas de Kelebïn parecen inagotables y son necesarias, más que nunca, para poder mantener su lucha contra el Kaos.

Historia de los hijos de Hademat, parte 1, la creación

Al principio solo estaba Heggon, la luz, y de ella Ozorak creó una caja de juguetes y la pobló con los eeries ―espiritus del cielo―, ecoeires ―espíritus de la tierra y el mar― y elfos.

Su hermano Aaken, celoso de la caja de juguetes la partió en dos y la pobló con sus sirvientes: Neftelae ―la luna―, Maertise, Osmaer y Iakaba Hornt. Pero no sabiendo como crear a los elfos atrajo hacia sus dominios a la mitad de ellos.

Año a año las diferencias entre los seguidores de Ozorak y los de Aaken fueron creciendo hasta que la guerra se desató. No queriendo luchar con quienes consideraba sus hermanos el ecoeire Tierenu y su amante elfa Taraliba se retiraron a Atarnaur, tierra de la eterna primavera, con decenas de sus seguidores.

La intensidad de la guerra creció con cada año hasta que los dos hermanos se implicaron en persona y cuando sus armas chocaron la envoltura de la caja de juguetes se rompió y donde antes solo había luz, la oscuridad penetró personificada en Kaos.

Lo que era una guerra entre hermanos celosos pronto se redibujó en una lucha contra la corrupción absoluta que representaba el Kaos. Junto a los dos hermanos permanecieron los elfos del verano, eires y ecoeires. Los elfos de la primavera, saedores de la amenaza primordial que les acechaba se aliaron con los dos hermanos y sus acciones fueron determinantes para salvar parte de la esencia de Iakaba Hornt que, purificada de todo Kaos dio lugar a Loric.

Mientras, Kaos atrajo a su lado a Osmaer ―quien creó a los no-muertos― y Maertise ―quién tomó a los elfos del invierno bajo su manto― y X’tra ―los restos corrompidos de Iakaba Hornt, quien solo disfrutaba con el correr de la sangre.

Neftelae ―la luna― huye para mantenerse al margen de la guerra y bajo su auspicio nace el Suar Gassani, con la intención de encontrar una tercera vía y hacer convivir a las facciones.

Fragmento del diario de Earic the Esex

Historia de los hijos de Hademat, parte 2, la guerra

Tras la primera batalla, donde la sorpresa le dio la victoria a Kaos, su poder corruptor no podía competir con la luz eterna de Heggon que bañaba a los dos hermanos, así pues, extendió la umbra cubriendo hasta el último rincón de la bóveda celeste.

En respuesta, los dos hermanos, sabedores de la necesidad de la luz de Heggon crearon un orbe de bronce que llenaron de luz y escogieron a Aglorae de entre los eires para llevar la luz a todos los rincones de la creación.

Temeroso de su luz, Kaos secuestró a Aglorae y, para rescatarla, jugando su última carta, los dos hermanos liberaron a los cuatro padres dragones en el mundo. La titánica lucha reforma los continentes del mundo pero pese a su enorme poder uno tras otro los dragones son derrotados y su salvaje esencia esparcida por el mundo dando lugar a los dragones menores, temibles bestias con poder sobre los elementos.

Pero, cuando todo parecía perdido Loric, el mas joven de los seguidores de los dos hermanos, se alzó sobre la lucha y reuniendo todo su poder golpeó mortalmente a Kaos. Mas no todo fueron buenas noticias pues, allá donde Kaos había sido ecarnado su poder de corrupción estaba limitado a donde sus pies hollaban, pero tras su derrota su esencia se mezcló con la del mundo, llegando hasta los más recónditos lugares de la caja de juguetes de los dos hermanos.

Golpeada por la corrupción de Kaos, la esencia de Loric fue esparcida a los cuatro vientos y allí donde tocó tierra los hombres nacieron, malditos para siempre por la corrupción de Kaos. Sin saber como arrancar la corrupción de Kaos de los planos de Heggon Ozorak y Aaken parten hacia la luz infinita dejando tan solo a Ekolamin, el mensajero, para vigilar a su creación y a Hademat, el guardian, junto a sus hijos los enanos, para defenderla.

Fragmento del diario de Earic the Esex

Jonne Fundefuego

Jonne Fundefuego es la legendaria maestra forjadora de los Mindarorön, Su figura es reverenciada en toda la comunidad enana por su incomparable habilidad en la forja y su devoción a la creación de obras maestras. Es una enana de estatura mediana, con cabello oscuro que cae en cascada hasta su cintura y una barba cuidadosamente trenzada adornada con gemas y símbolos de su oficio.

Jonne es conocida por su meticulosidad inquebrantable. No tiene prisa en su trabajo, y su mantra es que una obra perfecta no se apresura. Cada arma, armadura o herramienta que forja es el resultado de semanas interminables de trabajo minucioso y perfección obsesiva. Cada detalle, desde el balance de una espada hasta el diseño de una armadura, recibe su atención implacable.

Su taller, situado en las profundidades de la montaña, es un santuario de fuego y metal donde se escuchan susurros de martillos y el resplandor del metal al rojo vivo. Los objetos que crea son codiciados en todo el mundo conocido por su belleza y durabilidad. A pesar de su dedicación a la forja, Jonne también demuestra habilidades excepcionales en la creación de objetos cotidianos que mejoran la vida diaria de su clan.

A lo largo de los años, Jonne ha adoptado y entrenado a numerosos niños de otros miembros del clan, ya que nunca ha tenido tiempo para casarse y tener hijos propios. Estos jóvenes aprendices tienen el privilegio de aprender los secretos de su arte, y muchos de ellos se han convertido en maestros forjadores en su propio derecho.

Jonne Fundefuego es una leyenda viviente en la sociedad de los Mindarorön, una fuente de inspiración y sabiduría, cuyas creaciones resisten la prueba del tiempo y cuyo legado perdura a través de las generaciones que han tenido el honor de aprender de ella.

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Jarkko Afilarocas

Jarkko Afilarocas es el indomable general al mando de las formidables tropas Mindarorön. Es una figura imponente, incluso entre su propia gente. Su estatura es mayor que la de la mayoría de los enanos, y su cuerpo está esculpido por innumerables batallas y entrenamientos rigurosos.

Su cabello y barba son de un gris profundo, y parecen ser tan duros como la roca de la montaña que llama hogar. Su mirada es feroz, con ojos que parecen contener la misma inmutable determinación que los picos de las montañas circundantes.

Jarkko es conocido por su silencio. Habla raramente y solo cuando es absolutamente necesario. Su voz, cuando finalmente resuena, es un estruendo poderoso, como el retumbar de una avalancha que sacude los cimientos de la tierra. Sus palabras son cortas y precisas, y se comunican principalmente a través de gestos y órdenes militares. Su mera presencia inspira temor y respeto en igual medida entre sus soldados.

Como general, Jarkko es un estratega formidable. Con una mente aguda y calculadora, lleva a cabo las operaciones militares con precisión quirúrgica. Siempre está en la primera línea de batalla, liderando con el ejemplo y luchando incansablemente por la gloria de su clan.

Aunque Jarkko Afilarocas no es un hombre de palabras, su legado como líder de las tropas del clan enano es incuestionable. Su nombre se pronuncia con reverencia en los salones de la montaña, y su presencia es una garantía de que su pueblo nunca será subestimado ni derrotado mientras él esté al mando.

Sami Canción de Hierro

Sami Canción de Hierro, el respetado líder de los Mindarorön, personifica la fortaleza, la habilidad y la devoción a la tradición de su pueblo. Fornido y no muy alto para los estándares enanos, su barba roja como el fuego fluye hasta su pecho y está meticulosamente cuidada, adornada con trenzas en las que se entrelazan gemas y símbolos ancestrales.

Su mirada es profunda y sabia, con ojos que parecen haber contemplado las edades del mundo. Su piel curtida por el calor de las forjas y tiene el color del bronce, donde sus ojos de color plata destacan.

Sami es un maestro artesano de renombre, cuyas manos son expertas en forjar armas y armaduras de una calidad inigualable. Su taller, ubicado en el corazón de la montaña, es un santuario de fuego y metal, donde la canción del martillo y el yunque resuena sin cesar.

Como líder, Sami es un estratega valiente y un protector apasionado de su pueblo. Defiende ferozmente las tradiciones y la independencia de su clan, y su autoridad es innegable. A pesar de su aspecto formidable, Sami es conocido por su espíritu amable y su amor por las canciones de los antiguos, que entona con voz profunda durante las noches en las que la forja ruge y las estrellas brillan en el cielo oscuro.

Sami Canción de Hierro personifica la unión de la fortaleza y la creatividad, y guía a su clan hacia un futuro incierto desde las profundidades de su montaña, donde las llamas y las canciones nunca se apagan.

Maestros Forjadores: Los enanos son los artesanos y forjadores supremos, capaces de crear armas y armaduras de inigualable calidad y belleza. Sus creaciones están pensadas para durar y ser útiles, pero nadie niega que su estilo ha sido emulado por los humanos desde que tuvieron entre sus manos las primeras armas enanas.

Cantores de las Profundidades: Sus voces resuenan en las entrañas de la montaña, donde cantan canciones ancestrales acerca de cualquier aspecto de la existencia. Usadas tanto en rituales como en el día a día, si bien unas son más solemnes que otras, siguen siendo canciones épicas que elevan el espíritu.

Hijos de las Profundidades: Expertos mineros, excavan las entrañas de la tierra en busca de piedras preciosas y metales raros para su forja. Conocen como nadie la roca y la piedra, y solo ellos conocen el secreto del Kelebin.

Guardianes del Fuego: La llama y el magma son aliados de los Mindarorön, y aunque la mayoría son son inmunes al fuego, sí que tienen una resistencia inhumana al mismo. Los Einherjar, eso sí, son invulnerables al fuego o calor.

Aislados de la Superficie: Al vivir enclaustrados en las montañas, protegiendo su reino de los peligros del mundo exterior, los Mindarorön han perdido práctica bajo la luz del sol pero la memoria genética sigue ahí. Las maquinaciones de la superficie no afectan a una cultura como la suya, para bien o para mal.

Última Línea de Defensa: Son la última barrera contra un antiguo mal que acecha en las sombras, defendiendo con valentía su hogar y el mundo de la superficie. Que los humanos y elfos luchen entre ellos, que cuando la única batalla que importe llegue, los Mindarorön sabrán qué hacer.

Sami Canción de Hierro**: El líder de los Mindarorön es el más diplomático de ellos y, posiblemente, el más sabio. Por ello fue elegido.

Jarkko Afilarocas: Consejo: no quieras tener en frente a Jarkko en una batalla.

Arquitectos Subterráneos: Han esculpido complejas ciudades subterráneas que son verdaderas maravillas arquitectónicas. Pueden moverse por el interior de Fiskeyja y encontrar salidas en cuevas por doquier.

Jonne Fundefuego: Si quieres algo bien hecho, cuenta con Jonne. Se sabe Forjado a Fuego de memoria.