El ambiente en la Fortaleza Roja no era el de fiesta que hace tan solo un par de lunas se dio en la unión entre los Arryn y los Whent, mas aunque fuera solo por un par de horas el rey parecía nuevamente radiante, como si el reino no se estuviera descomponiendo a su alrededor.
La ceremonia fue corta, pocos invitados para una novia tan ilustre. Muchos rumores sobre porqué el desgraciado Hoster Tully no estaba presente, ¿serían ciertas las habladurías que Lord Jon Connington lo había raptado? Todo se resolvería pronto, al menos es lo que decía el rey cada vez que alguien preguntaba.
Ante la falta del padre de la novia fue el propio rey quien entregó a la doncella. El novio, hijo de un señor muy menor del Valle, antiguo pupilo de Hoster Tully que había huido de Aguasdulces con la doncella para evitar su enamorada fuera casada, contra su voluntad, con un hombre le doblaba la edad tan solo para fomentar una traicionera unión entre los ríos y occidente.
Las palabras del rey resonaron en la Fortaleza Roja
—Los Siete guían mi mano y mis acciones, que allá donde otros solo buscan ganancias materiales, yo tan solo obro buscando el amor y la felicidad. Petyr Baelish, Lysa Tully, sed felices.