Mis mensajes con Manu, que por eso no he podido escribirte nada (mañana doy órdenes)
"Connington, esta no es mi guerra. No lucharé ni por Aerys ni por Tywin. Ninguno de los dos merece gobernar. Hombres de las Tormentas os siguen. Yo no os seguiré, pero si alguno de los que está aquí quiere hacerlo no se lo impediré. Yo cabalgaré con mis hombres y no obedeceré a ningún rey hasta que termine esta guerra. No creo que el rey Aerys sea tan digno como vos creéis, pero entiendo como pensáis. Quizá penséis que soy un perjuro pero sólo aposté venir aquí. Esta batalla no merecía que ninguno de mis hombres muriera. Vos habéis visto a algún rey en este campo de batalla. Yo he visto a los mercenarios matar al padre del hombre que fue mi amigo. No he luchado contra vos ni contra vuestros hombres aunque estuve tentado de hacerlo. Preservé mi juramento pero ya se ha terminado. Ahora si queréis venir aquí y matarme por Aerys hacedlo, nos dobláis en número.
Jon miró al que aún era su señor. Se había dejado crecer la barba, una selva negra que enmarcaba las facciones, duras pero hermosas, del dueño de Bastión de Tormentas. Del doble traidor al que había combatido y que había rehusado honrar sus juramentos. Desafío aquellos ojos azules clavados en él.
-El juramento os conminaba a participar en la batalla, mi señor. Y no lo hicisteis. - Jon observó al resto de Señores de la Tormenta. ¿Qué pensarían? En aquella baza se lo jugaba todo. - No lucho solo por un rey. Peleo por el futuro del reino. Tywin Lannister huyó de la capital, traicionó la confianza de todos y ahora busca derribar aquello de lo que fue arquitecto y nunca tuvo tiempo para arreglar. - Cerró el puño, la voz aumentando el tono. - Hay esperanza en la Casa Targaryen, hay un futuro unidos. Poniente no debe partirse en guerras intestinas. Él ha sido el que ha traído la desgracia a este continente.
En efecto, doblaban en número a los hombres de la Tormenta. Y, muy cerca de allí, en su campamento, estaban los soldados de la Compañía Dorada. Aquella fuerza de élite había deshecho a Stark y Tully en combate, y no dudaba de que Toyne querría recuperar su castillo en las Tormentas.
-No quiero daros muerte, ni que caiga más gente de mis tierras, que también son las vuestras. La sangre de Orys Baratheon es fuerte, su arraigo poderoso. Sois un buen guerrero, mi señor. - Jon volvió a centrarse en Robert. Sabía que no tendría oportunidad en un combate contra él, pero tampoco deseaba verlo morir como a un puercoespín, asaeteado por todos sus arqueros. - Si queréis marcharos y luchar como mercenario, hacedlo. ¿Pero y vosotros, hombres de la Tormenta?, ¿os mantendréis leales a vuestro juramento?, ¿lucharéis por la Casa Targaryen o abandonaréis tierras, hogares y familias a la voluntad de Tywin Lannister? Todo aquel que combata por nosotros será perdonado. Los hombres de honor lo son, hayan cometido los errores que hayan cometido.
Se giró para mirar su campamento. Esperaba una respuesta.
-Los que quieran marchar lejos de aquí, que lo hagan, junto con Robert Baratheon. Los que quieran quedarse, serán aceptados. - El estandarte del grifo seguía flameando a su espalda. Era uno de ellos, pero también algo más. - Los que deseen presentar batalla, la tendrán. Pensadlo bien. Al alba nos encontraremos, en la forma que deseéis.
OT: ¿Te gusta así?