Diplomacia Hightower

OBJETIVO

El objetivo de la Casa Hightower en esta partida es la de tener más ganancias que pérdidas, que la Casa siga adquiriendo prestigio y que Antigua siga siendo un punto principal en el mapa de Poniente. Se intentará evitar el mal de sus tierras y sus vasallos e incluso del Reino del Dominio.

Por su parte el Septón Supremo amén de lo anterior (por puro interés) intentará que la Fe siga siendo la religión que guíe a Poniente.

DIPLOMACIA

Gardener: Buena relación Rey-Vasallo. Ser Addam mejor relación con el Príncipe.

Martell: Mala por las disputas fronterizas en las Marcas. Pero abiertos a negocios.

Wyl: Mala por las disputas fronterizas en las Marcas. Pero abiertos a negocios.

Dundarron: //

Caron: //

Darklyn: Interesado por el interés que muestra en que me una a la causa de Aegon//

Targaryen: Expectante, y más después de las “visiones” del Septón Supremo.//

Orys Baratheon: //

Hoare: Regular por abrazar otra religión que no es la Fe de los Siete.

Piper: //

Mallister: //

Arryn: //

Stark: Regular por abrazar otra religión que no es la Fe de los Siete

Manderly: //

Cartas con Aegon

Respuesta a su petición de ser Rey único

A la atención de Aegon Targaryen,

Mi Señor, leeros ha provocado un sabor agridulce en mi viejo corazón por un lado encantado de volver a saber de aquel joven que tan gratas palabras nos dispensó en su visita a nuestro hogar… Por otro el de tan duras y agresivas palabras venidas del último representante de la más noble estirpe que la tierra de Essos conoció.

“Alas negras, palabras negras.” reza un dicho Ponienti, así que os invito a visitarnos de nuevo y poder tratar este asunto sin cuervos de por medio.

Lord Manfred Hightower.


Mi querido Lord Manfred,

Añoro la compañía de vuestra familia, las charlas a la luz de las velas y el olor a sabiduría de su hogar. Fue en vuestra morada donde empezó a gestarse mi interés por los asuntos de Poniente. Invasiones, una raza extinta, guerras y torneos. Una gran casa de conocimiento y riqueza como la vuestra rindiendo pleitesía a un rey cuanto menos reprochable. Los continuos cambios de fronteras que convierten el hogar de miles de personas en un polvorín.

Todo eso debe detenerse y es el favor que le otorgo a esta tierra, por respetar el luto de nuestra casa durante más de una centuria, pues en Rocadragón siempre hemos gozado de paz y prosperidad tras la Maldición. El poder conduce a la responsabilidad. En el caso de que haya dioses, ¿por qué los Targaryen y no otros hombres vivos montamos dragones? ¿por qué la Maldición nos condujo hasta aquí? ¿no debe aquel que puede evitar el sufrimiento hacer cuanto esté en su mano? No deseo la muerte de inocentes. Los hombres de los Darklyn muertos se abalanzaron sobre nosotros, Lord Darklyn en persona prefirió morir bajo mi mano que besarla y vivir en paz. Los hombres de los Hoare tuvieron la oportunidad de rendirse, como otros miles ribereños, pero prefirieron luchar y morir ante una fuerza muy superior a ellos. Lo de Stokeworth…(las siguiente línea estaba eborronada) fue un error. Pero son esa clase de fanatismos los que conducen al pueblo a su declive, los que traen la muerte y las penas a esta tierra.

Vos sois un hombre sabio, un hombre de honor me atrevería a decir. Sabéis que lo que digo es cierto, más también sé que rechazáis cualquier muestra de violencia desmedida. De esa misma manera deseo conducir mi vida. Pero sabéis que cualquier gobernante, incluso el más diestro y justo, debe ser respetado y no existe el respeto sin una pizca de miedo, no existe el respeto cuando existe la posibilidad de la traición.

Cuando mi posición en el continente sea más segura acudiré a veros, en busca de vuestro consejo y sabiduría. En busca de vuestra lealtad. Meditad sobre estas palabras Lord Manfred, decidme si no encontráis cordura en ellas.

Aegon, Primero de Su Nombre, Rey de Todo Poniente y Escudo de Su Gente

Hilo de Ser Addam acudiendo a Altojardín tras las noticias de la petición de Aegon


Ser Addam había cabalgando durante más de un día y medio cuando la fortaleza de muros blancos se vislumbró en el horizonte.

-Mi Señor, Altojardín. - anunció su escudero que cabalga a detrás de él.

-Muy bien, aligerad el paso y con buen porte. El nombre de los Hightower cabalga con nosotros. -

Ser Addam cabalgó hasta la fortaleza, pasando por los muros exteriores de los que se habían retirado los guardias al ver los blasones que portaban, pues con total seguridad estaban sobre aviso de su llegada.

-Por aquí mi señor. - un guardia más alto y fornido que Ser Addam le interpeló cuando éste bajó de su montura - Aguardaba os vuestra llegada. -


Condujeron a Ser Addam hasta los aposentos del Rey, donde en una ostentosa sala cubierta de tapices de guerra Mern le esperaba con la corona puesta, los pantalones remangados y los pies metidos en un barreño de agua caliente. Junto a él, Harlan Tyrell estaba sentado sosteniendo unos papeles.

-Addam Hightower. Qué alegría verte, muchacho -dijo poniéndose de pie en el barreño, aunque a instancias de su mayordomo se volvió a sentar antes de resbalarse-. ¿Todo bien por Antigua?


Cuando Ser Addam entró en la sala y vió al Rey no dió tiempo a que éste se levantara cuando su rodilla ya estaba hincada en el suelo - Majestad, Antigua sigue prosperando, la paz y la concordia del reino hacen que siga siendo la capital de Poniente. Mas me temo que hay cierto asunto que dará bastante que hablar en el pueblo. - Mientras se levantaba no pudo dejar de sentirse mal por como estaba dejando aquel cuarto, venía cargado de barro y polvo del camino y aquella sala estaba inmaculada. - Recibimos una misiva de Aegon Targaryen y por lo que se dejaba oír por los caminos Su Majestad también es portador. Como vasallo he venido en persona en nombre de mi padre a ponernos a vuestra disposición. -

Tenía sed, pero no suficientes copas… Y sin la venia del rey sería mejor no abrir la boca.


A Mern se le agrió el gesto cuando Addam mencionó la carta y asintió. Se levantó y empezó a dar paseos descalzo con las manos tras la espalda, llenando de agua las lujosas alfombras y dando una imagen algo absurda, mientras Harlan Tyrell le miraba en silencio y apretaba los labios.

-Ya, el señorito de Valyria se cree que va a venir aquí y nos vamos a arrodillar todos -comentó desdeñoso mientras paseaba-. Hmm. Valiente imbécil. Pero no nos vamos a quedar quietos, no. He estado pensando largo y tendido sobre ello, y me he dado cuenta -Harlan alzó la mirada como pidiendo paciencia a los cielos- de que en el Tridente, por ejemplo, muchos banderizos abrazarían sin reparos la causa de alguien que quiera librarles del yugo Hoare. No es nada descabellado, no señor. Y al decirme eso Harlan he pensado, pues no podemos permitir eso. Nada de que venga aquí ningún extranjero a volver loco Poniente. Que está muy bien como está. Hmm.

Se paró frente a Ser Addam, dando una imagen muy regia de pantorrillas hacia arriba, y le dijo.

-Tenemos que organizar un torneo, Addam. Para eso os he hecho llamar. Un gran torneo en Antigua. E invitar a los grandes reyes a una asamblea. Unámonos, mandemos un ejército contra ese advenedizo, y borrémoslo a él y a su repugnante familia incestuosa del mapa. Pero cuando digo los grandes reyes quiero decir los grandes de verdad, claro. Ni Sharra la Guarra, ni el aburrido de Torrhen con sus arcianos y su ejército de muñecos de nieve… ni por supuesto ningún dorniense. Faltaría más. Harren… bueno. Es poderoso. Imagino que habría que invitarle. A ver si se comporta. Y bueno, tu padre también, claro. Es el anfitrión.

-¿Me permitís una observación, majestad?

-¿Eh? -dijo Mern girándose hacia su mayordomo.

-Ser Addam viene de un largo camino. Deberíamos ofrecerle una copa de vino.

-Ya, claro, claro. Justo a eso iba. Chico, ¿quieres vino?

Harlan chasqueó los dedos y un sirviente entró con una copa a rebosar de tinto aromático.


Aquella idea por loca que pareciera incluso podría llegar a tener sentido… Aunque quizá parecía bastante descabellado reunir un ejército de tal tamaño, al fin y al cabo cuantos millares de hombres podrían reunir los cuatro reinos más poderosos de Poniente?

Aunque las historias que Aegon le había contado… Quizá ni todo Poniente remando a una pudiesen hacer nada ante el poder de tres dragones…

Ante el ofrecimiento de aquel exquisito caldo sus pensamientos desaparecieron - Si Su Majestad me lo permite… - y sin mediar palabra alguna aligeró la copa apenas de un trago. Dejó escapar un sonido sordo de satisfacción y tras hacer un gesto para que el copero la rellenará y no demoró su respuesta al Rey.

-No debo esperar a transmitir el mensaje a mi padre para deciros que será un honor para la Casa Hightower albergar un evento de tal magnitud. Se albergará el mayor torneo que jamás se haya visto en Poniente, a la altura de tales invitados. - Dió un trago a la segunda copa, esta vez de manera más sosegada… Intentando distraer su mirada de la estampa de su señor, como un pasmarote con sus pantalones por las rodillas - Aunque majestad… Como bien dice, en otros reinos hay disputas internas, a quienes debemos invitar? Sería descortés invitar a un monarca y no a los vasallos que se prestaran a acudir a Antigua, por nuestra parte no nos interpondremos en cualquier decisión de tal calibre, mas no permitiremos la incursión de ningún ejército numeroso en nuestras tierras. No podemos dejar que el comercio y la prosperidad del Faro se vean afectados por posibles amenazas externas. -

-Por otro lado, os traigo palabras del Septón Supremo… Quiere que os transmita que los Siete le han hecho ver tiempos convulsos en el futuro y que sería un gesto de confianza en la FE que le concedieseis poderes reales, además de los divinos que ellos mismos ya poseen, a los Hijos del Guerrero y a los Clérigos Humildes para que sean declarados protectores de los caminos del reino. - "otra jugada más del Septón, será este Rey el que se oponga a la Fe? " pensó apurando la segunda copa esperando la respuesta del hombre más importante del Dominio.


-Los vasallos… claro, claro, invitad a todos. Menos a dornienses. Aunque no creo que tu padre vaya a querer invitar a ningún dorniense a su casa. Es como invitar a las ratones a un granero. Lo de los ejércitos y todo eso, pues lo típico, ¿no? Un séquito y eso. Lo que tu padre considere -dijo con un gesto desdeñoso con la mano.

Parecía haber perdido algo de ímpetu; a Mern no le gustaban los detalles. Prefería mandar cosas y que otros se ocuparan de como hacerlo, a ser posible, leyéndole la mente para saber exactamente qué quería. Era una habilidad que Harlan había desarrollado en grado sumo.

Se sentó de nuevo, y miró precisamente a su mayordomo, que le hizo un gesto de difícil interpretación con la cabeza ante el que el rey pareció asentir levemente.

-En cuanto a las palabras de Su Santidad, ehm, pesan mucho en nuestros corazones y les daremos debida consideración. Ya le daremos nuestra respuesta. En persona. Cuando vayamos. Seguro que la encontrará de su agrado -dijo con calculada ambigüedad.


-Todo se hará a vuestro gusto majestad. Vuestro nombre y el del Dominio será ensalzado y todos recordarán este torneo como un punto de inflexión en la historia de Poniente. -

Tras las palabras referidas al Septón asintió, pues no tenía nada más que decir… Bastante le pesaba ya que lo tratase como el chico de los recados.

-Por último majestad, si así convenis, escribiré un mensaje a mi padre para que escuche las nuevas noticias y me hospedaré un par de noches en Altojardín, me gustaría charlar con él príncipe a quien hace tiempo no veo y tratar ciertos asuntos “comerciales” en la ciudad. -

Esperando que el Rey asintiera hizo una pequeña reverencia en modo de respeto y se preparó para salir de la estancia.

Carta recibida por parte de Lord Steffon Draklyn, después de ser arrasados por Aegon.

Salve milord.

Me consta que hace no mucho recibisteis una carta proveniente de Rocadragon. Mi padre tambien la recibio, no quiso hacer caso a Aegon y desafiamos su poder. El ejercito de la casa Darklyn en pleno con mi primo y mi propio hijo a su cabeza cargaron sobre la posicion de Aegon. Consiguieron incluso herir a su dragon, a uno de los 3 que tiene. Un dragon y poco mas de 5 ejercitos, derrotaron a todos los hombres que enviamos al combate y he de deciros que los Darklyn podemos moviliar hasta 9.000 hombres, numero nada desdeñable.

Os cuento todo esto, para que tengais una idea de primera mano del poder que tiene Aegon. Una vez nuestro ejercito fue derrotado, el suyo tomo las murallas de mi casa. Mi padre no quiso rendirse, Aegon lo mato en combate singular, honrando con ello su desafio. Yo no soy un guerrero, me definiria mas bien como un pensador.

Y pensando, llegue a la conclusion de que ninguno mas de mis hombres debia morir innecesariamente, por lo que le jure lealtad a Aegon I de la casa Targaryen. Se que le gustaria que lo llamara Rey de los Siete Reinos, pero dista mucho de ser cierto aun. En lo que respecta a uno de esos siete reinos, se que podriais ayudarlo. Y ganaros su gratitud por ello. Vereis, lo he meditado, no he hablado con su majestad a proposito de este asunto, pero se que es hombre generoso a la par que implacable.

Vos, como yo, Lord Grafton en el Valle y Lord Manderly en el Norte, somos señores de buenas tierras y ciudades portuarias con gran volumen comercial. Nos hayamos en una situacion magnifica para que nuestro futuro sea brillante. Aegon planea unificar los siete reinos bajo una solo gobierno, el suyo. No conozco a vuestro rey, pero el rey a quien mi padre servia, era una tirano, ladron y malvado. Aegon es mucho mejor, en un buen hombre, que aunque esta dispuesto a conseguir lo que quiere mediante la fuerza, no desea ejercer demasiada, no quiere que el pueblo sufra, no quiere que la gente muera. Es dificil, pero algunos, como yo, intentamos que sus planes lleguen a buen puerto sin que corra demasiada sangre. Me gustaria contar con vuestra ayuda a tan fin, milord.

Vereis, mi lealtad no tiene precio, pero se que Aegon es hombre generoso y despues de ofrecerle nuestra ayuda, querra recompensarnos. Yo veo una ley especifica para las ciudades, una ley sometida unicamente a la autoridad real, sin señores intermedios. Porque vereis, cuando todo esto acabe, los siete reinos seran uno, pero es mucho territorio para que lo gestione un hombre en solitario, por lo que aunguro que los siete reinos seguiran teniendo una autoridad autonoma, una señor para cada “reini” que estara sobre el resto y que respondera solo ante el rey. Cuando eso ocurra, seria muy conveniente que las ciudades no deban responder ante ese señor, mejor directamente al rey. Tendriamos mas autonomia y menos impuestos. Pensad en ello, seguro que podremos encontrar la manera de evitar derramamientos de sangre y mejor las vidas de nuestra gente, empezando por vuestra familia y continuando por otras.

Quedo a la espera de vuestra respuesta. Los siete bendigan a vuestra casa y la mantengan a salvo del fuego.


Respuesta de Lord Manfred Hightower

A la atención de Lord Steffon Draklyn, Señor de Valleoscuro.

Mi señor, comienzo esta misiva mostrando mis condolencias con respecto a vuestro padre y vuestro pueblo. Antigua llora la pérdida de tantas vidas inocentes, los Siete los tengan en su gloria.

Noticias nada alagüeñas habían llegado de aquellas tierras, y efectivamente la amenaza en la misiva que recibimos parece se hizo realidad. Vuestra oferta de unión por un futuro mejor de Poniente es tan prometedora como la que el propio Aegon nos hizo en su momento mas nada es fácil cuando se pide a un señor que rompa su palabra y su lealtad.

Os pediré solo una cosa mi señor, por Poniente, haced llegar a vuestro señor la invitación a Antigua para ver si el futuro que vos veis es posible.

Rezaré por vos y por los caídos.

Lord Manfred Hightower, Señor de Antigua.

Invitación al torneo acordado entre Ser Addam y el Rey Mern Gardener. Enviado a todos los Reyes y vasallos de los reinos del Dominio, Tormenta, Occidente, Ríos (Islas y Feudos) y también a Aegon y sus vasallos.

A xxxxx xxxxx, Rey/Señor de xxxxxx

Por la presente me place invitaros al mayor torneo que jamás Poniente haya visto donde podrán mostrarse la valentía y la Fe ante los tiempos convulsos que ciernen. Un hilo de paz y concordia entre pueblos que se celebrará en Antigua en 15 fechas a parir de la recepción de este mensaje.

Tomad está misiva como una ofrenda de pan y sal que será efectiva a vuestra llegada. No se tolerará la presencia de ejércitos enemigos ni el derramamiento de sangre.

Gloria a los Siete!

Lord Manfred Hightower. Voz de Antigua, Señor del Puerto, Señor del Faro, Protector de la Ciudadela y Faro del Sur.