Diplomacia Martell

El príncipe Doran y Lady Mellario fueron escoltados por Ser Jonothor Darry hasta la sala del Consejo Privado donde tan solo 6 figuras esperaban: Ser Barristan Selmy, Ser Oswell Whent, el Gran Maestre Pycelle, Lord Varys, el príncipe Rhaegar y el propio rey. Sobre la mesa del consejo un cadáver cubierto por un sudario descansaba mientras los hombres discutían. El silencio se hizo ante la llegada de los invitados, nadie parecía querer decir la primera palabra pero finalmente fue el propio Aerys quién comenzó a hablar.

Un dorniense nunca decepciona, ¿verdad, príncipe Doran? — el rey parecía cansado, el peso de la jornada anterior le cubría la consciencia — ¿sabéis quién reposa sobre la mesa? Es el catador real, un buen muchacho, creo, apenas le he visto un par de veces en los últimos años. Los cambio cada día, los escojo al azar, para que nadie pueda ganarse su confianza. Pero siempre hay locos que lo intentan — El tono acusador del rey no dejaba dudas de la gravedad lo que se trataba en aquella estancia

Responder

  • creado

11h

  • [

última respuesta

16m
](https://www.valar.es/t/en-el-salon-del-consejo-privado/1083/6)

  • 5

respuestas

  • 7

visitas

  • 3

usuarios

  • 3

Sisar

hammer_ortiz

Jaime

Rafael

Añadir o quitar…

JaimeMartell

10h

Doran, con total tranquilidad, miró al muchacho y torció el gesto.

-Terrible. Terrible. La muerte de este pobre muchacho, y que alguien os haya intentado envenenar. Imagino que nos habéis llamado para que averigüemos qué veneno es, y así podáis discernir quién lo ha hecho, ¿no es así? Me temo que mi esposa y yo no sabemos tanto de venenos como los dornienses de los cuentos y las canciones. Seguro que el gran maestre Pycelle os podrá informar mejor. A no ser que… ¿no pensaréis que he sido yo? -dijo consternado.

Responder

hammer_ortizAerys

10h

¿Pensar? No príncipe Doran, no lo pienso, lo aseguro. Quizás porque hombres de más confianza que vos me habían advertido de vuestros tejemanejes, quizás porque no habéis hecho más que escupir en el estandarte del dragón desde que el Trono de Hierro os ha necesitado. No estamos aquí para discernir quién es el culpable. Sino para que me intentéis convencer de que os mantenga con vida, víbora rastrera.

Responder

JaimeMartell

7h

-Si vos ya habéis encontrado vuestro culpable, no me corresponde a mí llevaros la contra. Solo os pido que tengáis un punto en cuenta. Si yo soy ajusticiado por los crímenes de los que me acusáis, Dorne pasará a las manos de mi hermano Oberyn.

Hizo una pausa dramática para que el rey contemplara las consecuencias de eso.

-Quizá penséis que la solución sería despojarme de mis tierras y títulos. Nadie en Dorne aceptaría eso. Ni una sola casa. De morir yo, todos aclamarían a Oberyn como príncipe y vilipendiarían unánimemente a quien vos hubierais nombrado. ¿Que les haréis la guerra? ¿Con qué ejércitos? Dorne es el único de los Siete Reinos que está con vos. Todos los demás os rechazan. No tenéis a nadie a quien mandar a luchar con Dorne, porque no tenéis a nadie, salvo a cuatro señorzuelos insignificantes de la Bahía y un puñado de mercenarios.

-Mi rey, esto es muy simple. Soy el único hombre que puede mantener a Dorne de vuestro lado. Soy vuestra mejor opción. Soy vuestro mayor aliado. Lo creáis o no, lo soy. Si me matáis, perderéis el trono. No por lo que yo haga en contra vuestra, sino por lo que deje de hacer a vuestro favor. Mi vida está ligada a la vuestra, majestad. Si me matáis moriréis a manos de mi hermano, cuando vuestro único aliado se convierta en vuestro más enconado enemigo. No es una amenaza, es un hecho terriblemente obvio y tristemente inevitable.

Responder

SisarRhaegar

1h

Rhaegar Targaryen se había resistido hasta el último momento a tomar parte en tal penosa reunión, pero al final, acorralado por las circunstancias, no había tenido más remedio. Su padre lo taladraba con una mirada inquisidora, expectante. Había visto aquel porte en demasiadas ocasiones para saber lo que el Rey esperaba de él. Inspiró hondo y miró a su cuñado a los ojos.

Es una pobre retórica la que recurre a amenazas para defender sus postulados, príncipe Doran.

«Y el Trono de Hierro cuenta con más apoyos de los que enumeráis»; pensó el príncipe para sus adentros. No había necesidad de enumerarlos todos, pero pretender hacer ver que Dorne era el principal sostén de la Casa Targaryen era una hipérbole.

Hay algo que es verdad, Padre, y es que Oberyn Martell no se quedará de brazos cruzados. En los meses pasados pasé bastante tiempo con él y pude hacer un retrato bastante vívido de su personalidad —Rhaegar puso mala cara al recordar al dorniense, no tenía un buen recuerdo de él y en lo personal deseaba no volver a verlo— . Es un hombre con un concepto demasiado elevado de sí mismo, orgulloso y testarudo; pero por encima de todo eso, es vengativo. No descansará hasta ver muertos a los que considere que hayan tenido algo que ver con el destino de su hermano. Si decidís deshaceros del príncipe Doran, no os quepa duda de que tendréis que lidiar también con el príncipe Oberyn. Y a excepción de los dornienses que se han quedado en sus hogares y, tal vez, los Dayne, el resto de casas de Dorne lo seguirán.

Hizo una pequeña pausa para ver la actitud de los presentes. Todos le miraban atentos y expectantes a lo que tenía que decir.

En cualquier caso, no podemos fingir que aquí no ha sucedido nada. Las pruebas aportadas por Lord Varys son suficientes como para encarcelarlo preventivamente, lo que sin duda provocará la ira de Oberyn. Y desatada la tormenta, poco importará ya el destino del príncipe Doran. Oberyn Martell no es un hombre que ceda a chantajes. Creo, Padre, que el proceder esta claro.

Tras acabar su discurso, la Mano del Rey se recostó en su asiento y perdió su vista en el horizonte. Que fuera su padre el que dijera lo que él no se atrevía a decir.

Responder

JaimeMartell

15m

-Entonces ¿he de asumir que vos también estáis en el complot, príncipe? -preguntó Doran inocentemente-. Ese complot del que vine a prevenir al rey, en cuanto tuviéramos un momento en privado, lejos de los oídos indiscretos de la corte. Pero como parece que, una vez más, los enemigos del reino se han salido con la suya, y que no tendré más oportunidad que esta para revelarlo, pues que así sea. Que lo oigan todos.

-Tenéis al enemigo en casa, Rey Aerys. Lo habéis tenido desde el principio. Envíe a mi esposa aquí porque sospechaba que había alguien cercano al trono envenenando vuestros oídos. Y como ella os podrá decir, mis sospechas eran ciertas.

-Así es -dijo Mellario en tono muy serio, con su encantador acento norvosi-. Lord Velaryon. El Gran Maestre. Incluso el mismo Jonothor Darry de la Guardia Real. Y otros cuya identidad no he llegado a averiguar. Se reúnen a vuestras espaldas para planear la caída del reino y la vuestra. He estado presente en una de sus reuniones, y oí como hablaban de sublevar al reino contra vos, de entregárselo a Lord Lannister a cambio de sacas de oro. Están esperando a que lo perdáis todo, a que todos se hayan vuelto contra vos, y entonces os matarán y le entregarán la ciudad y las cabezas de vuestra familia. Lo he oído de sus propios labios. Lo juro por mis hijos. Que se caigan muertos si miento.

-Cuando mi esposa me puso al corriente de lo que pasaba, a mi llegada a Braavos, volví raudo a Desembarco del Rey para avisaros del peligro que corríais, del cáncer que se estaba comiendo por dentro al reino. Pero ellos han sido más rápidos que nosotros. Temiendo lo que pudiéramos deciros, han hecho un burdo intento de envenenaros, asumo que con un veneno dorniense, justo cuando yo he llegado, para que no os quepa duda de quién es el responsable, y acallar así para siempre la única voz dispuesta a decir la verdad en estos salones.

-Unos príncipes dornienses de visitaintentan envenenar al rey: que historia más simple, ¿verdad? Que sencillo es todo. Qué directo. Permitidme que os recuerde, como vos sabéis bien, que en la corte nada es nunca tan simple como eso. Pero, si hubiéramos querido envenenaros, ¿no habríamos dejado aquí a algún hombre de confianza y habríamos huido? ¿Por qué íbamos a quedarnos y asumir las consecuencias de un fracaso? No tiene sentido. ¿Y cual será el resultado de todo esto? Que Dorne se vuelva contra vos; y nada más. Otra victoria para los enemigos del reino, y otra derrota para los justos.

-Rey Aerys, el enemigo del reino no soy yo ni es Dorne. El enemigo del reino está aquí, le consideráis un amigo, y goza de vuestra confianza. Confianza que ha estado traicionando desde hace años y años, para su enriquecimiento personal. No os traguéis una burda mentira, un plan impropio de gente de la categoría de mi esposa y yo, que de haber querido envenenaros, lo habríamos hecho de una forma mucho más inteligente que esa. Ved la verdad oculta tras las mentiras. Sois un hombre sagaz, sabéis cuando algo no encaja, cuando algo no puede ser tan simple. Pensadlo, Rey Aerys. Pensadlo y os daréis cuenta de que ahora que sabéis que vuestros consejeros os son desleales, todos los males del reino tienen por fin una explicación. Sospecho que Jon Connington era uno de los conspiradores, pero aún quedan más. Por ejemplo, ¿como puede ser que Varys no os haya dicho nada de esto? ¿Es que algo pasa sin que él lo sepa?

//

Coged las palomitas que ha llegado Doran el Películas, el Steven Spielberg de Poniente. ¿No quieres paranoia?, pues toma dos tazas.

Vale básicamente, lo que he hablado con Connington. No es que sean un plan cien por cien sólido pero es un plan de cómo tomar Desembarco y a estas alturas a mí cualquiera de esos me vale.

Prometemos a nuestro rey Aegon Fireborn con una Fuegoscuro para ganarnos a la Compañía Dorada para la causa, dándoles también Bastión o lo que quieran. Como están aquí al lado, cuando Oberyn ponga Desembarco bajo asedio, vienen a “atacarle”, se me unen y asaltamos. Nos cargamos al rey, Rhaegar renuncia y se pira por ahí lejos con su Lyanna y sus mierdas (bueno, lo haré matar pero lo acordado es que se va xD). Aerys muerto, Rhaegar muerto, Tywin que ha perdido el fuelle, la Compañía Dorada de mamporreros oficiales del reino, y en el trono un niño pequeño que no ha hecho daño a nadie, con Connington y mandando en Desembarco; es de suponer que el rey será aceptado al menos por algunos que tienen ya pocas ganas de fiesta. O si no al menos estaremos en una posición mucho más sólida que ahora.

Le he dado un toque a Connington de que a la Fuegoscuro la necesitamos YA. Tanteando a Baratheon también, que por mucho o poco que tenga lo prefiero en mi lado que en el otro.

Las conversaciones con Rhaegar, que no te las había puesto.

Esa noche se organizó por instancia del Príncipe Oberyn un pequeño banquete de celebración por la victoria. Los señores dornienses, los ponientis y los líderes de la Compañía Dorada bebieron y rieron, pero sin grandes excesos ni la alegría desbocada que quizá podría esperarse; sobre todos pendía el recuerdo de los caídos y, sobre todo, la certeza de que esto aún no había acabado. Quedaba un último capítulo.

Presidiendo la mesa, Rhaegar y Oberyn habían charlado amigablemente durante la cena, sin tocar temas sensibles, y muchos celebraban el buen entendimiento que parecía haber al fin entre ellos. Conforme los señores se fueron retirando y la fiesta se fue apagando, Oberyn, que apenas se había tomado una copa de vino, se reclinó en el asiento y, sin mirar al príncipe, le susurró, solo para sus oídos:

-Ambos habíais acordado matarle, pero mi hermano cayó, y vos no. Él cayó, y vos no. Si estabais en eso juntos, ¿no deberíais haber caído ambos, o ninguno? ¿La gloria era para vos y el riesgo para mi hermano? ¿Es así como funcionan las cosas cuando se trata con el Príncipe Rhaegar? -negó con la cabeza-. Si estoy hablando con vos es por mi hermana. Elia está convencida, y no deja de repetírmelo en su cartas, de que que sois una buena persona. Yo no lo veo, pero confío en Elia, y si ella lo dice, no me queda más en creer en que eso sea así. Por eso vuestro vino no está envenando, y mi lanza no os ha atravesado. Por Elia. Hicisteis bien casándoos con ella. Fue una de vuestras raras buenas ideas.

Echó un trago de vino, y se levantó para despedirse con un abrazo de un par de dornienses que volvían a sus tiendas. Cuando se sentó de nuevo, prosiguió.

-Vuestro padre debe morir. De inmediato. Si os importa el reino, si os importa su paz, sabéis que eso es así. No vamos a Desembarco a entregarle unos prisioneros. Vamos a derrocarlo. ¿Estamos de acuerdo hasta ahí, Príncipe?

Responder

  • creado

7d

  • [

última respuesta

5d
](https://www.valar.es/t/no-hay-descanso-para-los-justos/1156/7)

  • 6

respuestas

  • 7

visitas

  • 2

usuarios

  • 4

3

Sisar

Jaime

Añadir o quitar…

SisarRhaegar

1

7d

Rhaegar podía entender que el impulsivo príncipe Oberyn decidiera acusarle de haberse lavado las manos con la vida de su hermano. Y, ciertamente, para un observador externo que no hubiera sopesado todas las circunstancias de la lamentable situación, bien podría haber sido así. Así que el príncipe cruzó sus dedos, ordenó sus ideas y empezó a explicar con calma y precisión lo que de verdad había sucedido.

¿Creéis que dada mi posición podía hacer algo para colaborar con vuestro hermano? Mi Padre me nombró Mano del Rey, entre otros motivos, para mantenerme vigilado en todo momento y cuidar de que no hiciera nada que escapase a su control. “Un hijo mío ostentando un cargo de tanta responsabilidad debe contar con una escolta adecuada” —aún recordaba la mirada divertida con la que su padre le había obsequiado, una mirada cargada de intención— , con esas sibilinas palabras me lo dijo. Mientras estuve en la Fortaleza Roja fui su mascota, allá por dónde he ido he tenido siempre a mi lado a hombres seleccionados por él así como una de sus Espadas Blancas, y no me refiero a hombres con los que me unen lazos de afecto, como Oswell o Arthur. Hablo de Jonothor Darry, de Barristan Selmy, hombres que no cuestionan órdenes porque consideran deshonroso siquiera plantearse esa opción y que no dudarían en cargarme de cadenas si lo que vieran no les gustase. Advertí a vuestro hermano de que tuviera mucho cuidado, que especialmente se cuidase de las palabras del eunuco y que por ningún motivo confiase en él, ni en nadie que no fuera su mujer. Y estoy seguro de que se guardó bien las espaldas, pero aún así, no fue suficiente.

No consideró extenderse en que la muerte del príncipe Doran y de su mujer le habían pesado mucho. No eran palabras con las que fuera a conmover ni un ápice a su interlocutor. Pero no, no había acabado ahí. Conocía demasiado bien a su padre, no era descabellado afirmar que Rhaegar era la persona que mejor podía aproximarse a su mente. Y el príncipe Oberyn debía entender como maquinaba la mente del rey, no sólo para entender su comportamiento y predecir sus movimientos, si no para entender por qué el propio Rhaegar seguía con vida.

Pero, además… ¿de verdad creéis que a mi padre le convenía matarme? Puede que Padre sea un loco, pero aún en su locura hay algo de lucidez. Muy en el fondo sopesa el alcance de sus acciones y se cuida de que sus caprichos no vayan demasiado lejos. Si actúa como actúa es porque cree que es capaz de salirse con la suya sin que salga herido, aun teniendo que exterminar a medio reino en el proceso. Sé de lo que hablo, lo conozco muy bien. Tras el exilio de Connington, yo era el único líder que le quedaba capaz de mantener unido su ejército y conseguir guiarlo hacia la victoria. Si me decapitaba, decapitaba también sus esperanzas de mantenerse en el Trono de Hierro. Por eso me nombró Mano. Y no dudéis, si hay algo que mi Padre valora por encima de todo, es el poder. Poder para usar a las personas que le convenga como sus juguetes particulares y desecharlos cuando dejen de divertirle. Intentará preservarlo a toda costa.

El príncipe de Rocadragón no pudo evitar exhalar un suspiro de infinito cansancio. Hablar de su padre y de su comportamiento errático no era algo que le agradase hacer. No estaba orgulloso de en que se había convertido.

Mi Padre debe morir —sentenció con una firmeza que pareció satisfacer a Oberyn— . Pero no porque lo digáis vos —matizó con energía— . Debe morir para mantener el reino unido, pues son muchos los que claman por su sangre, y hasta que su ansia no sea saciada, jamás reconocerán nuestra autoridad —el príncipe hizo una breve pausa para beber un trago de agua y aclararse la voz— . Debo corregiros en un detalle: sí que vamos a entregarle a unos prisioneros. Si queréis dar el golpe con éxito, hemos de mantener el teatro hasta el final. Mi Padre abrirá las puertas de Desembarco del Rey porque no puede negar la entrada del ejército victorioso con las presas a las que espera poder echar mano. Más si nota algo extraño, cambiará de parecer. Y no seáis ingenuo: tendrá informadores en nuestro ejército que le informarán de cualquier irregularidad, en el lugar que menos os esperéis. Conozco a Lord Varys personalmente y creedme que si no habéis vivido por meses en la corte de Desembarco no seréis capaz de imaginar el alcance de su red de espías.

» La Compañía Dorada nos es fiel. Tenéis el apoyo de Dorne detrás, y yo cuento con el concurso de numerosas Casas de la Tormenta y los hombres de Rocadragón. La victoria definitiva está a nuestro alcance. Solo tenemos que tener el valor de estirar la mano para obtenerla. Y después de estas dos críticas batallas, no debemos de tener dudas.

Para la Mano del Rey estaba ya todo dicho y en su parecer el proceder estaba claro. Acabó su vaso de agua, lo rellenó con calma y esperó a que Oberyn mostrase su parecer sobre su exposición.

Responder

JaimeMartell

6d

Oberyn negó con la cabeza un par de veces mientras el príncipe hablaba. Pero su rostro se mantenía impasible, petrificado en una media sonrisa. Echó mano de nuevo a la copa pero apenas bebió un sorbito. Tenía que mantenerse sobrio para poder contener las ganas de estrangular al hombre que le había robado la sonrisa a su hermana.

-Pues para ser el Príncipe Heredero del reino, no parece que le deis mucho uso a vuestro estatus -comentó-. Si le hubieras clavado un puñal en las tripas a vuestro padre a la primera oportunidad que tuvierais, ¿creéis que habría pasado algo? ¿Creéis que los Capas Doradas habrían asediado la fortaleza? ¿Que el pueblo habría clamado contra vos? ¿Que la Guardia Real, cuando viera su cuerpo inánime, habrían dado su vida por vengarle? Lo que habría pasado es que los presentes se habrían arrodillado a vos y os habrían coronado. Gobernar por el miedo funciona hasta que dejas de dar miedo. No debe de haber nadie en la corte que no le odie y le tema a partes iguales; solo le obedecen porque puede hacerles matar, pero si Aerys estuviera retorciéndose en el suelo con la vida escapándosele, nadie movería un dedo por él. Incluso sus más abyectos aduladores se apresurarían a arrodillarse ante vos. Habéis hecho esto mucho más difícil para todos, y en el camino mi hermano, mi cuñada y mi tío han perdido la vida, solo por vuestra maldita indecisión. Si yo fuera vos, si yo hubiera nacido Rhaegar Targaryen, le habría cortado el cuello al malnacido después de Valle Oscuro. Ya se veía lo que iba a pasar. Había mostrado signos de la locura de vuestra estirpe desde el primer día que se puso la corona.

Negó con la cabeza y bufó irritado.

-Pero no se puede cambiar el pasado. Centrémonos en el futuro, pues. No entiendo en absoluto vuestro plan, si se le puede llamar así. Me decís que vuestro padre debe de tener espías aquí, con lo cual estará perfectamente informado de que marcho con vos, y mis intenciones para con él no son ningún secreto. Y sin embargo aseguráis que nos abrirá las puertas, y que deberíamos actuar con perfecta normalidad. ¿Créeis que vuestro padre va a abrirle las puertas de Desembarco a diez mil dornienses, liderados por mí, y que una vez estén dentro no va a hacer nada al respecto? ¿Que aplaudirá al vernos llegar y se descubrirá el cuello para facilitarnos el tajo? Lo que estáis proponiendo es que entremos en la capital con un ejército y, una vez dentro, no hagamos nada y le cedamos la iniciativa al rey, fingiendo ser sus siervos obedientes, para que él haga lo que quiera con nosotros. No, no vamos a hacer eso. No voy a llegar a Desembarco del Rey y entregarme mansamente a vuestro padre. Que es a fin de cuentas lo que me estáis pidiendo.

Saludó con un gesto a los últimos rezagados que abandonaban la mesa y se echó hacia adelante, mirando a Rhaegar a los ojos.

-En lo que tenéis razón es en que nos debería abrir las puertas. Pues aprovechémoslo. Tenemos treinta mil soldados veteranos con nosotros. Treinta mil, Rhaegar. En cuanto el primer ejército pase las puertas, sacamos las armas, tomamos las murallas y nos abrimos paso a sangre y fuego hasta la Fortaleza Roja. La milicia de Capas Doradas no podría hacer absolutamente nada. Dudo que se molestaran siquiera en luchar. Una vez allí, echamos abajo si hace falta los muros y matamos al tirano. Se acabó la hora de la doblez y de la sutileza. Ha llegado la hora de la sangre. No hagamos complicado lo simple. Si tenemos seis veces más tropas que él, y nos abre las puertas de su casa, no lleguemos como mansos corderitos y le demos la oportunidad de meternos a todos en una mazmorra. Nosotros, no él, tenemos la fuerza de las armas. Sería de idiotas no usarla.

Responder

A Rhaegar no le gustaba aquel método porque morirían muchos inocentes y a su juicio era un derramamiento de sangre inútil. Por otra parte, estaba la cuestión del fuego valyrio. Sabía que Padre se había aficionado a su uso y que tenía grandes reservas a su disposición, y la Mano del Rey sospechaba que tenía más ocultas, solo los dioses sabían donde. ¿Sería capaz de quemar la Fortaleza Roja con medio reino dentro y llevarse a todos en su caída? Prefería no pensar en esa aterradora posibilidad.

Rhaegar también era consciente de con quién estaba tratando y si no se hacían las cosas a su manera no obtendría consenso ninguno. Sin el apoyo de los dornienses no tenía nada que hacer, así que el príncipe de Rocadragón debía de ceder. Además, no tenía ya fuerzas para seguir discutiendo con su insistente cuñado.

Sea. Lo haremos a vuestra manera, y que los dioses nos perdonen por los inocentes que tengan que morir.

Responder

JaimeMartell

6d

Oberyn alzó una ceja, sorprendido por la respuesta de Rhaegar. No esperaba que la discusión fuera tan breve. Se preguntó hasta qué punto podía confiar en su palabra.

-Que recaiga sobre mí la sangre de los inocentes. Y la de vuestro padre. Yo cometeré el acto, no hará falta que os manchéis vuestras prístinas manos reales. Y después… -suspiró-. Ambos estamos manchados por esta guerra y por nuestros actos. Cuando vos partáis al exilio yo partiré a Dorne; la pobre, dulce Arianne, que ha perdido a sus padres, me necesita allí. Que Elia sea la cara del trono durante la regencia. Es una cara más agradable que la mía, y nadie en el reino le guarda rencor. Y Connington es un hombre de honor. Con ellos moviendo los hilos, será una época de esperanza, no de vencedores y vencidos. ¿No os parece?

El tono de Oberyn se había ido suavizando, y en su rostro se leía la añoranza de tiempos más felices, pasados y quizá por venir.

Responder

SisarRhaegar

1

6d

El exilio, una copa amarga. Tal vez mejor de la que merecía. No le correspondía juzgar algo que competía a los dioses, en todo caso. ¿Había otra salida mejor? Rhaegar sinceramente lo dudaba.

Los Siete Reinos ya han bebido demasiado la copa de la sangre y las lágrimas. Yo no seré el culpable de darle otra ronda más. Habrá quién crea que por ser mujer la princesa Elia no tendrá la fuerza suficiente para ejercer el cargo, pero con la ayuda y consejo de Lord Connington no tendrá ningún problema en aplastar a quién cuestione su autoridad. Y con ellos al mando, nadie puede dudar de que habrá concordia, no venganza.

Rhaegar Targaryen entonces tomó un vaso vacío y lo llenó de vino. Decían que brindar con agua era sinónimo de mal fario.

Brindemos pues —el príncipe alzó su copa— . Por la regente Elia y por su Mano, lord Connington. Por un futuro lleno de esperanza.

Responder

JaimeMartell

5d

Oberyn tardó unos instantes en responder al brindis. Jamás, mientras viviera, le perdonaría a Rhaegar lo que le había hecho a su hermana, a la otra mitad de su alma. Y en la muerte de su hermano y Mellario le correspondía más responsabilidad de la que aceptaba. Y sobre todo, no entendía a Rhaegar. Nunca le había entendido. Parecían vivir en dos mundos distintos; concretamente, Oberyn vivía en Poniente, y Rhaegar vivía en un mundo apocalíptico de antiguas profecías, trasgos y snarlings.

No, Oberyn no le entendía. Pero si en un arranque de lucidez estaba dispuesto a hacer lo que era necesario para salvar el reino y su estirpe, que también era la de Oberyn, haría de tripas corazón y lucharía de su lado. Oberyn era orgulloso, pero su orgullo nunca se anteponía al bien de su familia.

Levantó la copa y brindó con Rhaegar.

-Y por el Rey Aegon, el Sexto de su Nombre. Que nos entierre a todos y que demuestre más juicio que sus antecesores. Con Elia y Connington de su lado, seguro que lo hará.

Me gustaría saber por qué todo el mundo en poniente odia mucho a Dorne por las cosas que he hecho, cosas que hacen que todos deseen mi muerte y consideren completamente comprensible y digno de celebración que me traicionen y me masacren. Concretamente me gustaría saber cuáles son esas “cosas que he hecho” que han soliviantado a todo el mundo que al parecer solo las sabes tú, no yo ni nadie más que juegue, así que sólo me las puedes decir tú xD

No te odian mucho, partiendo de la base de que Dorne nunca ha sido el reino más amado.

Pero algunos jugadores han hecho misiones para que la población de Desembarco desprecie a los Martell, teniendo en cuenta que una de ellos secuestró a los príncipes.

Por lo demás mi visión es la de el que ha estado presente en cada conversación Oberyn-Rheagar y en la que muchas veces poco más que te has meado en su cara, con faltas de respeto continuas. Muy guapo para el rol, poco probable que quede sin respuesta tratar de esa forma a tu príncipe y heredero de los Siete Reinos.

Pero nadie ha dicho nada más que por el grupo al respecto ni ha tenido gravez consecuéncias, no seas dramaqueen.

A ver, diferenciando dos cosas:

  1. lo que ha hecho sisar me parece completamente lógico, de hecho suponía que iba a hacer eso, no estoy diciendo nada sobre ese tema, es su personaje y el ha decidido llevarlo por esa vía que quizá no sea la más esperable pero es todo muy lógico. Cero problemas con sisar ni con nadie, vamos. Como no me necesitaba ya decidió librarse de mi porque era claramente una amenaza para el. Es el juego, ya está.

  2. desde el punto de vista de quienes han visto eso (virtualmente todo poniente porque estaba todo el mundo allí y los que no se enterarán pronto) le ha traicionado y le ha vendido sin motivo porque, y ojo, esto es importante: Dorne y Oberyn jamás, jamás, jamás, han actuado contra rhaegar en público, en público han sido sus fieles aliados desde el primer momento y nunca le han fallado en nada. Con lo que, desde fuera, la accion de rhaegar es tiránica y fruto de la locura psicótica.

Lo que me mosqueo tanto es que me pareció entender, o me pareció que decías, igual no nos entendimos bien que dadas todas las putadas que dorne le había hecho a Rhaegar pues todo el mundo entendía perfectamente que se librara de mi y les parecía una cosa razonable que hacer. Eso no me parece que refleje la realidad para nada.

Realmente el que lo ha hecho es Aerys y su locura, pero Rhaegar pudo actuar y no lo hizo, eso lo tengo en cuenta.

Y no, no es algo razonable, aquí no hay buenos ni manos y ningún acto queda impune y el corazón de Rhaegar ya está manchado y le ha costado su mayor aliado (que era Connington), el que le consiguió el ejército que acabó la guerra, o eso parecía…