Diplomacia

##Diplomacia Martell

Casa Stark

Las relaciones con los norteños no son para nada llevaderas desde el incidente acaecido en la Torre de la Alegría, en la que perdieron la vida Ashara Dayne y su hermano el Guardia Real y “Espada de la Alegría” Ser Arthur Dayne.

Desde entonces apenas han coincidido y las pocas veces las relaciones han sido tirantes.

Neutrales

Casa Lannister

Enemigos por decreto en Dorne. Después de lo acontecido en el Saqueo de Desembarco la Casa Martell tiene jurado que algún día se vengaran de los Lannister, y en especial de su cabeza Tywin Lannister.

Enemigos

Renly

Que el opositor a Rey esté aliado con los Tyrell debería ser un impedimento, lo cierto es que las tiranteces con el Dominio no son lo que más pueda preocupar a Dorne, pero que sea enemigos naturales de los Lannister a la hora de adquirir la corona los coloca en una posición de neutralidad.

  1. Misiva de Lord Renly Baratheon para una reunión
  2. Reunión en Refugio Negro

Muerto

Stannis

Stannis es un hombre recto con el que se ha tenido más de una disputa, no es del agrado de Dorne y Dorne, estamos seguros, no es del agrado de Stannis. Sin apenas ejércitos y casado con una seguidora de un Dios pagano no creo que las relaciones vayan a fluir, pero de nuevo saber que es enemigo natural de los Lannister nos coloca en una posición preferente de neutralidad.

Neutrales

Daenerys

Es la futura reina, o así lo esperamos en Dorne. Después del pacto que teníamos con su hermano Vyseris, no tenemos más remedio que intentar que siga fluyendo en la misma dirección con su hermana. De momento se mantiene en una posición de favor hacia los dornienses

Neutral / Aliada

Aegon Targaryen

El sobrino de Doran, desde el momento en que hemos sabido quién es se ha convertido en la esperanza de Dorne para ser Rey de los Siete Reinos.

  1. Reunión con Boros (Aegon Targaryen) en una cantina de Lys

Aliado

Casa Tully

La Casa de la Trucha, podríamos haber sido más que aliados si Arianne hubiese aceptado la proposición de Lord Hoster y haberse convertido en consorte de Edmure Tully, pero el joven no tenía ni la fuerza, ni la entereza para tener a tal mujer a su lado.

  1. Misiva de Lord Piper después de vencer a La Montaña que Cabalga

Neutrales

Casa Arryn

Desde que murió el viejo Jon Arryn el Nido de Águilas se ha convertido en una casa de locos, gobernados por una Tully regentando a un chico con pocas luces. No sabemos que será de una futura relación con esa casa que parece que por momentos puede saltar por los aires.

Neutrales

******** - Raúl

Aún no sabemos quien és

¿?

******** - Raúl

Aún no sabemos quien és

¿?

Casa Higtower

Númerosos y poderosos son los miembros de la Casa Hightower, residentes de Antigua y tras cuyos muros se haya La Ciudadela. Peligrosos como enemigos, poderosos como aliados… en estos momentos de duda una incógnita.

  1. Acuerdo con Leyton Hightower

Neutrales / Aliados

Casa Greyjoy

Alguien pudo confiar en algún momento en esos piratas? Las relaciones con Dorne son nulas, siempre vigilantes de sus costar intentando mantener a esas sucias ratas.

Neutral

Casa Real

Ahora que Robert Baratheon ha muerto las alimañas que “engendró” con la sucia Cersei están al frente de la línea sucesoria, lo que coloca como verdadero titiritero de todo y todos los que habitan Desembarco del Rey

Depuestos

Tyrell

Después de haber estado en el bando de Renly para posteriormente pasar al de Lord Tywin a la fuerza los Tyrell parecen haber recobrado el sentido. Las rencillas y las enemistades con los Dornienses parecen sufrir un lapso en el tiempo y ahora están unidos en esta guerra bajo la bandera de los Targaryen.

Aliados

Reunión con Boros (Aegon Targaryen) en una cantina de Lys

Ser Rolly había seguido las indicaciones de Jon, aguardando a la dama dorniense bajo uno de los pórticos del palacio. Lo cubría una capa parda para que nadie viera su uniforme de la compañía y cuando vio acercarse a la mujer seguida de su escolta salió de su escondite. Les hizo un gesto para que lo siguiesen y comenzó a andar escuchando los pasos a su espalda. Salieron del palacio donde se hospedaban los dornienses y bajaron por una calle empedrada. La misma por la que habían subido al llegar a la ciudad. Los transeúntes nocturnos se cubrían con sus capas y abrigos ante el frío aire que venía de la costa y eso hacía que el caballero y los que lo seguían pasasen desapercibidos.

Después de unos pocos minutos de marcha y sin desviarse de la avenida por los callejones colindantes llegaron hasta una posada. Esta era totalmente de piedra, con hermosas vidrieras en sus ventanas y un cartel de madera colgando de dos cadenas sobre la gruesa puerta de madera. El caballero abrió la puerta para que los invitados de Lord Jon pasasen – en la planta superior, la segunda puerta a la derecha – indicó cuando estos estuvieron bajo el pórtico, a su lado dejando que de paso observasen el interior.

La taberna tenía una larga barra a la izquierda, con un cantinero regordete y con cara afable que limpiaba jarras en una tinaja y las iba secando con un trapo. En las mesas, situadas a la derecha, una veintena de hombres de la compañía, por el aspecto todos ellos caballeros de Poniente, daban cortos sorbos a sus jarras mientras hablaban en voz baja. Ninguno de ellos mostraba síntomas de ebriedad y ninguno se giró para ver a la mujer y a su escolta, ignorándolos por completo pues ya sabían de su llegada y lo que allí iba a acontecer.

Jon Connington aguardaba en lo alto de las escaleras, desarmado y vestido con una túnica para dejar claro que no llevaba armas o armadura. No quería asustar a la princesa ni tensar la situación más de lo que estaba seguro que ya debía estarlo para los dornienses. Los esperó hasta que empezaron a subir las escaleras y empezó a andar hacía la sala que habían preparado. No era demasiado amplia pero había una ventana que daba al patio trasero de la posada y una pequeña chimenea calentaba el ambiente con unos pocos leños que eran azuzados con un atizador por un muchacho de pelo azulado y ojos claros. En el centro una mesa con una jarra de agua y varios vasos y allí se apoyó Jon con una de sus manos.

Disculpad el secretismo princesa Arianne – dijo al entrar la dama en la habitación, indicando al caballero que la seguía que cerrase la puerta. Dudaba que nadie fuese a escuchar nada pues sus hombres vigilaban el edificio, pero era cauteloso. – Gracias ser – dijo mirando al caballero que custodiaba a la dama y que a su parecer estaba tan tenso que el más mínimo movimiento brusco lo haría desenvainar. – Lo que os voy a contar lo hago ahora porque considero que los Siete así lo han querido pues han cruzado nuestros caminos en el momento propicio. Aquí en Essos me conocen como Griff, y el muchacho que me acompaña es conocido como mi hijo, Griff el joven – dijo haciendo una pausa para mirar al muchacho y hacerle un gesto para que se acercara. Este dejo el atizador y claramente nervioso se acercó con paso lento a la mesa. El mayor de los Griff respiro hondo, preparándose para revelar el gran secreto que ocultaba – pero mi autentico nombre es Jon, Jon Connington. Era un fiel amigo de vuestro tío Rhaegar y vuestra tía, Elia y quien me acompaña no es mi hijo, es tu primo princesa, Aegon Targaryen – dijo dando un paso a un lado y poniendo la mano en el hombro del joven que inclinó la cabeza a modo de respetuoso saludo.

Es un placer conoceros princesa Arianne, Jon y yo llevamos mucho tiempo esperando este momento – dijo el joven mirando a la dama, sin atreverse a nada más pues sabía que todo aquello era difícil de creer, el llevaba muerto más de quince años.


Tras la llegada a Lys, la Princesa Arianne y su corte fueron recibidos entre un gran jolgorio de los ciudadanos de aquella gran ciudad que albergaba una gran cantidad de gentes llegados de todos los puntos de Poniente y Essos, un auténtico crisol de culturas que hacía que el corazón de la joven palpitase con fuerza, era emocionante que su padre la hubiese confiado aquella empresa y una gran experiencia de cara a su futuro como señora de Dorne.

Tras el reposo merecido y haber sido alojados en un pequeño palacete en el centro de la ciudad Arianne había sido convocada por un grupo de nobles con los que podido conversar sobre su empresa en aquellas tierras, y entre manjares y miradas cómplices la noche fue cayendo y con ella las ganas de terminar aquel día en sus aposentos para poder descansar su cuerpo tras aquel viaje por mar abierto y poder tener fuerzas para las futuras reuniones con otros nobles y comerciantes de aquella tierra para afianzar la posición de Dorne antes de marchar a Volantis y seguir acercándose al cometido que su padre le había encomendado.

-Acompáñame Aero. - Le dijo al capitán de la guardia de su padre, un curtido y gran soldado de Norvos conocido a uno y otro lado del mar - quiero dar un paseo bajo el cielo de Lys. - la joven no había podido conciliar el sueño en su lecho de plumas y sedas y había abandonado la cama en la que yacía su prima Tyene, amiga y confidente, que ya había caído en las garras de Morfeo. Agarró por el brazo al rudo hombre que aguardaba en el umbral de su puerta que con su gran lanza siguió sin dudar a la joven por las calles de la isla sin replicar la petición de su señora.

El paseo no duró poco más de unos pasos antes de encontrarse con una figura que los aguardaba bajo un pórtico del palacete a las sombras de la noche y bajo una capa que indicaba que no quería ser reconocido y que con un claro gesto quería que éstos se acercaran para seguirlo - Mi señora, no. - le espetó el curtido soldado poniendo una mano en el tórax de Arianne impulsándola hacia atrás.

La incertidumbre, la curiosidad, la juventud, un chispazo, algo hizo que Arianne sonriera a su guardián y apartando con suavidad su brazo y torciendo la comisura de sus labios rechazó su orden - Oh, mi Aero. Gran y precavido soldado. Mi padre me ha mandado a este isla para encontrar respuestas y algo me dice que ese hombre nos las puede mostrar, confiad en mi como yo confío en vos. - y dejándolo a su espalda comenzó a caminar tras aquella figura por la gran calle central que los llevó sin mucho desvió a una gran taberna en la que terminó su marcha y tras una leve instrucción y una sonrisa con un guiñó sus caminos se separaron para continuar con el crujido de las tablas del suelo de aquel lugar en el que comían y bebían decenas de hombres muy característicos, a ojos de Arianne hombres de Poniente pero por sus vestimentas Aero tenía claro que aquello hombres pertenecían a la Compañía Dorada y no pudo más que susurrar a su señora - Si esto es una trampa no podré sacaros de aquí, mi señora. - pero una mirada cómplice de Arianne fue suficiente para seguir caminando hasta el lugar indicado por el guía donde un hombre ducto aguardaba en lo alto de las escaleras y que les terminó llevando a un pequeño y austero cuarto que apenas tenía una ventana que daba a un patio interior con la luz que daba una vieja chimenea que caldeaba la alcoba y que Aero cerró tras su paso por la puerta.

Ahora eran cuatro y Arianne tenía claro que Aero con su gran lanza podría acaba con aquel hombre y el muchacho que se situaba junto a él lo que hacía indicar que su instinto la había llevado al camino correcto, nadie en su sano juicio se pondría al alcance de la alabarda del hombre entrenado por los clérigos barbudos. Y de una manera más relajada pudo escuchar lo que aquel hombre le tenía que decir y que hizo que la Princesa entrara en un estado de tensión y estupor… su corazón latió fuerte, casi saliéndosele del pecho pero su gesto no se torció ni por un segundo, no podía ser cierto lo que aquel hombre contaba, de verdad era Jon Connington el gran amigo de su tío Rhaegar?.. ese chico era su primo? Aegon Targaryen? no podía ser, Aegon había muerto estampado contra una pared, el suelo, o los Siete saben donde pero su cuerpo había desaparecido junto con el de su prima, dado de comer a los perros o arrojado al mar, ella era demasiado joven para recordarlo y las habladurías y el odio de Dorne no hacían que la historia fuese de todo clara.

Se apoyó sobre la mesa con ambas manos acercando su rostro al del chico, las sedas semitransparentes de la Princesa dejaba entrever sus pechos y sus oscuros pezones y un amplio escote asomaba por la parte superior del vestido. Intentaba escudriñar la mirada del chico, de que color eran sus ojos? tenía la mirada de su tía Elia? qué diría su padre o su tío Oberyn si estuvieran en su lugar?. Tragó saliva de de manera casi imperceptible y con una mirada pícara intentó mantener un tono tranquilo y sosegado para interpelar lo que le acababan de desvelar - Me estáis diciendo que vos sois el legendario Ser Jon Connington, Señor de Nido de Grifos, Mano del Rey Aerys y fiel amigo de mi tío Rhaegar Targaryen y vos - dijo clavando sus profundos ojos negros en los del chico a los que la luz no le permitía desvelar el color. - sois mi primo Aegon Targaryen, aquel que baño con sus visceras las pierdas de Desembarco del Rey? o sólo pretendéis engañar a la Princesa Arianne Nymerios Martell? - terminó haciendo énfasis a la pregunta final.

Por su parte Aero agarraba con fuerza su alabarda para usarla ante cualquier movimiento sospechoso.


-Así es princesa, se que la versión oficial es que morí borracho en algún tugurio de Pentos pero no es más que una simple mentira propagada por nuestros amigos para que nadie me buscase - explicó el antiguo señor de Nido del Grifo con una sonrisa algo amarga en el rostro. El hombre de las tormentas había sacrificado casi toda su vida por una antigua amistad y una causa casi perdida.

-Jon cuidó de mi cuando era un bebé y me ha criado y protegido durante todos estos años princesa Arianne. Yo no recuerdo que pasó, pero por lo que me han contado Varys pudo en el último momento dar el cambiazo y salvarme de los lacayos de Tywin Lannister. - Griff interrumpió así la explicación de Jon, mostrándose más seguro e irguiéndose mientras la mirada de su prima lo escrutaba buscando suponía alguna marca característica más allá de sus ojos, que ya de por si eran violáceos. Su pelo teñido ocultaba su cabello rubio y su figura desgarbada decían recordaba a la de Rhaegar en su juventud, pero de los presentes solo Jon lo había conocido

Jon sonrió mientras miraba de reojo a Aegon, cada día parecía más mayor, más adulto. - No vamos a comprometeros más si no queréis princesa. Se que vuestra misión no era esta. Solamente me gustaría que avisarais a Lanza del Sol, que vuestro padre y vuestro tío sepan que Aegon vive y hasta que punto quieren ayudar a hacer justicia - dijo el caballero, haciendo así su oferta


Arianne seguía observando al joven, sus ojos parecían violáceos pero su pelo no era rubio, podría estar teñido y aquel caballero ya curtido por la edad, si ciertamente era Jon Connington tenía fama por los Siete Reinos de ser un caballero honorable y fiel a la Corona, jamás mentiría. La Compañía Dorada seguía a aquel muchacho y no habían acabado con ellos, debía tener cautela, un mal gesto podría determinar su fin pero tampoco había mostrado temor de estar a solas frente a Aero Hotah y su enorme alabarda… la incertidumbre recorría el cuerpo de la princesa y en esos momentos pensó en su padre, en que haría Doran Martell. Se acercó al joven y le acarició el rostro con la suavidad de su piel aceitada - No puedo determinar si sois mi primo, pero voy a confiar en vos… si toda esto es cierto, el momento que se vive en Poniente es vuestro momento. - Lanzó en ese momento su mirada al antiguo Señor del Nido - Mi tío o mi padre serán jueces de este encuentro y de su veracidad, pues vos debéis conocer a Doran y Oberyn Martell y ellos a vos. Comunicaré de este hecho inmediatamente a mi casa, tenéis las puertas de Lanza del Sol abiertas, no habrá preguntas ni juicios y podréis manteros ocultos el tiempo que necesitéis. La guerra se cierne sobre Poniente, mis señores y de esta guerra se dirimirá nuestros destinos. - Se acercó al chico y lo abrazó dejando que se embriagara del dulce aroma de la Princesa y dejando que sus enormes senos se apretaran contra su pecho - Oh, Aegon! si ciertamente eres tu lamento mucho todo lo que has tenido que pasar, pero ya estás con tu familia, Dorne hará que paguen por todo lo que hicieron. Pero si no eres tu… - se separó del chico y mirándole con una sonrisa angelical, capaz de enamorar a cualquiera - Dorne te hará pagar. - y le lanzó un guiño cómplice, tan sexy como aterrador.

Volvió al lado de Aero quien aguardaba alerta por si alguien cruzaba la puerta - Mis señores, ha sido una cita de lo más inusual y satisfactoria pero debo si no requieren nada más de mis servicios debo volver a mis aposentos, el Príncipe de Dorne me ha requerido para un acometido que va más allá de esta ciudad y mañana debo reunirme con varios nobles y comerciantes antes de embarcar a Volantis. - Aguardó a una despedida del chico aunque antes de irse se le ocurrió algo - Ah! tomad, mi joven señor. - dijo acercándose al chico, entregándole un pañuelo de seda con el dulce aroma de la Princesa - una ofrenda personal para que recordéis a la Princesa Nymerios Arianne de Lanza del Sol. -


Jon pensó que aquel primer encuentro estaba siendo fructífero. La dama parecía querer creerles, su recelo y cautela era algo lógico para el tormenteño. - Arianne, puedo asegurarte que ni Jon ni yo mentimos. Llevamos toda mi vida esperando este momento y esperaremos tus indicaciones para el encuentro con Oberyn o tu padre según vuestras condiciones, igual que tú has aceptado ahora las nuestras- dijo Aegon adelantándose a Jon, mirando con fijación a la muchacha que con sus encantos estaba encandilandolo.

No es venganza lo que ansío prima, Robert Baratheon mató a mi padre y lo hizo en justa lid. No odio a los que se rebelaron por hacerlo, quizás los Targaryen debimos ser más críticos con nosotros mismos. Solo quiero justicia para mí madre y mi hermana, fueron asesinadas a sangre fría y quiero que los Lannister paguen por ese crimen - le explicó revelando a quien guardaba rencor.

Aegon permaneció junto a Jon mientras la dama se despedía, dudando dada su nula experiencia con el sexo opuesto sobre como era correcto despedirse de ella pues no quería parecer demasiado frío, pero tampoco sobrepasarse. Por suerte ella se adelantó al pupilo de Jon entregándole una prenda y ruborizandolo al segundo. - No podría olvidaros ni aunque pasara una vida entera princesa Arianne. Espero que pronto podamos vernos de nuevo - le dijo acercandose para hacerle una reverencia a modo de despedida mientras Jon intercambiaba opiniones en silencio a base de miradas con el hombre de la alabarda

Con esto averiguo que Boros es Aegon Targaryen y mi situación con el pasa a ser Aliado

Misiva de Lord Renly Baratheon para una reunión

Lord Martell,

Os escribo con nuevas de Desembarco, algunas tristes y otras realmente espeluznantes.
Las tristes nuevas son que Lord Robert Baratheon ha sido acogido en el abrazo de los Siete.
En su lecho de muerte dio fe de Testamento y nombró Regente a Lord Stark y a mi Mano del Rey, esto ha sido vilmente ignorado por el actual “rey”. Lord Stark ha sido apresado y yo he tenido que dejar Desembarco antes de sufrir el mismo destino.

Las espeluznantes nuevas que os hago llegar también es que fiables fuentes me confirman que la perversión de los Lannister no conoce límites, pues mis supuestos sobrinos, Joffrey, Tommen y Myrcella no son sino hijos bastardos de Cersei con Jaime Lannister.

Es por esto que procedo a levantarme en armas junto con mi querido hermano Stannis y marchar sobre Desembarco para liberar a Lord Stark y hacer efectivo el testamento real, formando un consejo que decida en que orden habrá de pasar la corona, ignorando obviamente la bastardía de los engendros de los Lannister.

Me gustaría si pudiéramos organizar un encuentro en las Marcas entre dos personas de confianza para solicitaros formalmente vuestro apoyo en esta empresa, me gustaría visitaros en Lanza del Sol personalmente pero creo que cuanta mayor prontitud a la hora de marchar sobre la capital, mejor para el Reino.

Lord Dondarrion os esperará en las Marcas, quizá Lord Dayne pueda asistir en representación vuestra para expedir las cosas lo antes posible.

Cordialmente,
Lord Renly Baratheon, Mano del Rey, Señor de las Tormentas.


A la atención de Lord Renly Baratheon, Señor de las Tormentas.

Me atormentan y perturban las afirmaciones y acusaciones que vertéis en estas líneas y no nos queda otra opción que mostrar nuestra repulsa a todas las acciones acometidas por la Corona que secuestra y retiene la verdad.

Marcharemos con la máxima premura que nos permitan nuestras posibilidades a esa reunión para escuchar en persona de vuestro enviado lo que tenéis que decirnos de viva voz.

Sin otra, los Siete os guíen.

Príncipe Doran Nymerios Martell, Señor de Lanza del Sol y Príncipe de Dorne.

Con esto tengo salvoconducto para reunirme con Lord Dondarrion y que Renly me cuente su oferta para unirme a él en la guerra. La situación no cambia.

Misiva de Lord Piper después de vencer a La Montaña que Cabalga

Al Príncipe de Dorne,

La Montaña que Cabalga, herida se dirige hacia Desembarco del Rey desde las cercanías de Seto de Piedra. Sin lugar a dudas su camino le llevará a las cercanías de Atranta y cruzando el Aguasnegras por el Puente Real.

Desconozco si tenéis quién apoye vuestra causa en las cercanías, pero saber que los ríos os ofrecerán salvoconducto por sus tierras, si queréis capturar a vuestra presa es una oportunidad única la que tenéis delante. Lamento no poder ofreceros la cabeza de vuestra presa, pero mi deber era para con los hombres de los ríos.

Ser Marq Piper


A Ser Marq Piper

Vuestras palabras son un soplo de aire fresco sabiendo que habéis hecho sufrir a ese malnacido. Por desgracia en esos quince años los hombres de Dorne no hemos sido bien recibidos en las Tierras de la Corona y no disponemos de fuerza militar más allá de Las Marcas.

Permitidme decir que nuestra mano está tenida para lo que necesitéis en el futuro de cara a la lucha contra semejantes bastardos.

Los Siete os acompañen.

Principe Doran Nymerios Martell, Señor de Lanza del Sol y Príncipe de Dorne.

Después de esta misiva valoramos a Ser Marq Piper como un aliado en Poniente.

Reunión en Refugio Negro

Lord Dondarrion no se encontraba en Refugio Negro ya que había sido convocado por Renly a Bastión, así que era Ser Perrin, apodado Manosfuertes, quien se encontraba en Refugio Negro para recibir a la comitiva de Lord Wyll enviada por Doran Martell.

Las instrucciones de Lord Dondarrion, a todas luces provenientes de Lord Renly, eran claras, acomodar a los huespedes y tratar de cerrar una alianza con los señores Dornienses para la guerra que se avecinaba.

Ser Perrin recibió a la comitiva personalmente, acompañado del Maestre Armond, a las puertas de la fortaleza. Lord Wyll, es un placer recibirles en nuestro humilde castillo, lamentablemente Lord Dondarrion fue convocado a Bastión para asistir a la boda de nuestro señor Renly, dijo con tono amable mientras gesticulaba a la comitiva del Lord Dorniense para que les acompañasen al interior del castillo. Espero que eso no sea problema, y que esta reunión sea tan fructífera como lo hubiese sido con mi señor Lord Beric.


Lord Wyl entró por las puertas de Refugio Negro con las mismas ganas con la que los cerdos entran a los secaderos antes de realizar la matanza, nunca había visto aquella fortaleza por dentro y mucho menos habían sido tan amables las palabras dirigidas hacía un Wyl en aquellas tierras, probablemente nunca. Así que con el máximo respeto que le permitió su interior aceptó de buen grado la invitación permitiendo ser guiado por Ser Perrin quien había preparado un entorno de lo más adecuado para poder tratar los temas de vital importancia que allí se debían discernir.

-Os agradecemos vuestra invitación, en estos tiempos tan adecuados para que Las Marcas se unan. El Príncipe Doran aguarda la proposición que Lord Baratheon tenga que hacerle para poder estudiar los movimientos que Dorne deba hacer de cara a la guerra que parece se avecina y en la que parece que si se cuenta con los hombres de la arena. - El gesto taciturno y sombrío de Lord Wyl demostraban lo incómodo que se encontraba en aquella situación, pero no por ello iba a dejar de hacer de la mejor manera posible el cometido que su señor le había encomendado.


Ser Perrin asintió respetuosamente ante las palabras de Lord Wyl, reconociendo la seriedad y determinación en su semblante.

“Entendemos la gravedad de la situación, Lord Wyl,” respondió Ser Perrin con cortesía mientras los conducía por los corredores de Refugio Negro. “Mi señor, Lord Dondarrion, ha expresado su plena disposición para cooperar con Dorne en esta coyuntura crítica.”

Los salones que les esperaban estaban adornados con tapices y muebles austeros pero elegantes, reflejando el carácter práctico de la fortaleza. Ser Perrin invitó a Lord Wyl a tomar asiento en un amplio sillón.

“Por favor, hacednos saber las expectativas y las necesidades del Príncipe Doran. Lord Renly está comprometido a forjar una alianza sólida y estratégica con Dorne en estos tiempos inciertos.”

Ser Perrin hizo un gesto a unos criados para que preparara vino y algo de frutas, mostrando hospitalidad hacia sus invitados Dornienses.

“Confiamos en que podremos encontrar terreno común y avanzar hacia nuestros objetivos compartidos,” dijo Ser Perrin, con una expresión de determinación. “Juntos, podemos enfrentar las amenazas que se ciernen sobre nuestros reinos.”

Ser Perrin se preparaba para escuchar atentamente y actuar en nombre de su señor. Mientras el Maestre Armond sacó una tablilla de madera sobre la que sujetó unos pergaminos al tiempo que tomaba una pluma y se preparaba para redactar lo que fuese necesario.


Lord Wyl acompañado de su séquito se sentó en la mesa que habían preparado en el gran salón donde se efectuaría la reunión. Sospechaba de todo, después de decadas de matanzas, de disputas y amenazas aquel hombre lo agasajaba y quería que bebiese y comiese sin miedo.

Olisqueó la copa de vino, no era vino dorniense… lo volvió a depositar en la mesa e inició la conversación - Si nuestros objetivos son acabar los con los bastardos que la Reina colocó bajo el regazo del Rey y rebanar el cuello de toda la progenie de los Lannister y todos los que lo sigan podremos caminar juntos. - Lord Wyl escupió al suelo tras nombrar el apellido Lannister - Pero no os equivoquéis, Dorne será un Reino libre hasta que un verdadero Rey se siente en el Trono de Hierro y eso no lo dicta el pastorear huestes de soldados que huelen a flores por las praderas del Dominio ni navegar con barquitos de cáscara de nuez por la Bahía del Aguasnegras. Si Lord Renly es capaz de aceptar esto Dorne unirá sus ejércitos a la lucha para frenar al bastardo que ha usurpado el trono. -

Ser Perrin tenía las condiciones pero no las peticiones - Si aceptáis, Dorne luchará por venganza y que sea el propio Renly el que determine el pago a Dorne en función al valor de sus hombres. -


Ser Perrin asintió con solemnidad ante las palabras de Lord Wyl, comprendiendo la seriedad de sus condiciones y la necesidad de su apoyo. Se puso de pie, su figura imponente bajo la luz de las antorchas del gran salón, y respondió con determinación.

“Lord Wyl, vuestras condiciones son justas y valientes. Dorne siempre ha sido un bastión de dignidad y honor. Os puedo asegurar en nombre de Lord Renly Baratheon que aceptamos vuestros términos. No solo tendréis nuestra lealtad en la lucha por derrocar a los usurpadores, sino que Renly mismo os prometerá en persona que Dorne será libre e independiente una vez seamos victoriosos.”

Con paso firme, Ser Perrin se acercó a Lord Wyl, extendiendo su mano en un gesto de pacto. “Que este acuerdo forje una alianza duradera entre las Tormentas y Dorne. Juntos, derribaremos a aquellos que osan profanar nuestro reino y restauraremos la justicia en Poniente.”

El Maestre Armond anotaba con premura las palabras de ambos, y cuando la conversación terminó, produjo dos documentos con exactamente las mismas palabras, uno para Lord Wyl y otro para Lord Renly, dejandolos sobre la mesa para que Lord Wyl los examinase a gusto.

Esto hace que Dorne vea a Renly como un buen sucesor del Trono si no consigue sus objetivos para con los Targaryen y lo convierte en un aliado.

Acuerdo con Leyton Hightower

Tras varios mensajes, Lord Leyton ha llegado a un acuerdo con el Rey Aegon VI que afecta a la diplomacia de Dorne.

El acuerdo es el siguiente.

Aegon VI se compromete a:

  • Otorgar el estatus de Gran Señor a Lord Leyton Hightower por lo que dejará de rendir vasallaje a Lord Mace Tyrell y lo hará directamente al Rey Aegon VI Targaryen.

  • Aegon VI promete mantener el título de Guardían del Sur a su yerno Lord Mace Tyrell si éste jura fidelidad al Rey Aegon VI una vez termine la guerra.

  • Aegon VI promete no atacar vasallos del Dominio si no se interponen en el camino de los ejércitos del Rey y no se alzan en armas contra éstos.

Leyton Hightower se compromete a:

  • No levantarse en armas frente a los ejércitos de Aegon VI.

  • No apoyará a ninguna facción que se levante en armas a los ejércitos o intereses del Rey Aegon VI.

  • Marchará con sus ejércitos a sus tierras, las cuales tendrá potestad de defender ante cualquier ejército que quiera invadirlas o cruzarlas sin su permiso (incluidos los ejércitos del Rey Aegon VI).

Esto hace que los Hightower pasen a ser Neutrales / Aliados de cara a Dorne.