El caballero de la puerta de la sangre

Ser Kyle dormitaba en un rincon de la estancia, Ser Harrold afilaba por enésima vez su ya sobradamente afilada espada, Ser Albar daba lustre a sus botas aplicandole una y otra vez grasa de caballo, Ser Merwyn canturreaba una vieja canción guerrera que había escuchado a su abuelo cuando era niño hace un montón de años.

Llamaron a la puerta, era ser Dennys.

-Ser Dennys. ¿Ya es la hora de mi guardia?- Preguntó Merwyn.

-Temo que si, mi buen Merwyn. He dejado a mi nieto haciendo guardia ante la puerta, pero si no queremos algun criado magullado, sería de agradecer que os dierais prisa en acudir junto a el. Mi nieto es como su padre, todo corazón. Un mal gesto de un lavandera y tendremos un entuerto.

-No os preocupeis, Dennys. Yo me encargo de vuestro nieto y de la puerta.

Ser Merwyn Belmore “El Gris” salio al pasillo. Se tomó un instante para rememorar el pasado. “Yo me encargo de vuestro nieto y de la puerta”. Esas palabras le traian recuerdos agridulces. Aquella maldita guerra que habia dividio el valle y el reino al completo. Ser Merwyn Grafton había sido nombrado caballero de la puerta de la sangre durante la guerra, por motivos politicos principalmente, Lord Jon sabía que los Grafton serían un apoyo inestimable en los proximos días.

Maldita guerra… Cuando Lord Jon reunió a los nobles cerca de Harrenhal para anunciarles su decisión, que día tan triste. También el difunto y nobilísimo Lord Connington estuvo presente, fue el único que trató de convencer a Lord Jon abiertamente de que no tomara ese camino. Connington acertó, Arryn erró, los exploradores anunciaron enemigos en todas direcciones, pero había tiempo para retirarse, hoy se sabía con certeza, entonces no estaba tan claro. Recordó como Arryn le dijo a Connington. “Lord Mano, algunos de mis nobles vasallos no me seguirán en la retirada al valle y la rendición. Pero retendré a Lannister aqui tanto como pueda, os daré tiempo para sacar ventaja. Y mantendré mi promesa a mis vasallos, los que no me sigan no deben esperar de mi represalia alguna, sus familias estan y estarán bajo mi protección.”

Cierto es que aun entre los que lo siguieron al valle, no todos estaban de acuerdo con la decisión, pero confiaron en Lord Jon aquel día. Otra vez no había caballero de la puerta de la sangre, obviamente Ser Merwyn Grafton había dimitido. Lord Jon organizó un torneo para escoger al nuevo caballero de la puerta y también para elevar nos ánimos de las tropas. Dos batallas y dos derrotas, algunos soldados habían perdido a su señor, algunos incluso al heredero de su señor al tiempo que a su señor, como fuera el caso de Ser Templeton.

El torneo fue emocionante y más emocionante fue escuchar a Lord Jon Arryn proclamarlo Ser Merwyn Belmore “El Gris” Caballero de las Puertas de la Sangre. A la emoción le sucedió el tedio, solo roto con la guerra contra el perro sarnoso de Toyne. Al regreso al valle, se sintió encerrado. El nunca había sido un hombre deseoso de liderar a otros per se, si acaso comandar un ataque o liderar la defensa. ¿Pero guardar una puerta día tras día? Tenía que hablar con Lord Arryn y decirle como se sentía.

Escribió a Lord Arryn pidiendo visitarle. Lord Arryn mandó a Eddard Stark a decirle que Lord Arryn lo recibiría y mientras tanto el propio Stark cuidaría la puerta. Viajó al nido, donde Lord Arryn lo recibió desde su sitial. Su único ojo lo miraba escrutador. No habló hasta que Ser Merwyn estaba al la distancia de una lanzada.

-¿Que desea mi caballero de la puerta?

-Pues vereis mi señor. No es que desee desentenderme de mis obligaciones, pero empiezo a pensar que no me siento el indicado para guardar la puerta por más tiempo.

-¿Rechazais el honor de guardar la puerta?

-No, no mi señor. Pero creo que quizás un puesto de menor responsabilidad se ajustaría más a mis capacidades.

-Entiendo. Basta de formalidades, sois mi tio. Si mi tío dice que no es o no esta en la major situación para cumplir con el cometido que se le encomendó. Mi tío tendrá otro más de su gusto.

-Sobrino… Gracias. Quisiera servir en la guarnición de la puerta de la sangre.

-Demonios tío. ¿Quieres que te degrade y encima te mantenga en tu puesto? He visto como los hombres te miran y te obedecen. Quien podría imponer su autoridad a tus hombres contigo delante. Tendria que ser alguien especial…

-Sobrino. Me conoceis y yo os conozco. Habeis mandado a vuestro más fiel amigo a cubir mi ausencia. ¿Creeis que me chupo el dedo? Sabeis de mi malestar hace tiempo, si no me habeis sustituido antes es por honor y por el respeto que me teneis. Os doy mis parabienes para poner al Stark en la puerta, os la cuidará bien y yo no me sentiré a disgusto a sus ordenes. Ese chico tiene el honor por bandera, sin ser caballero es más caballero que muchos de los caballeros que conozco.

Mientras elucubraba, se habia estado moviendo hacia la habitacion de su señora, cuya puerta debía guardar ahora. Ante ella estaba el joven Elys Templeton, la viva imagen de su padre, Lord Jasper. También estaba ahí Eddard Stark. Ser Merwyn sonrió.

-Mi comandante. ¡Ser Merwyn se presenta para su turno de guardia!