Todos callaron durante unos segundos tras la declaración de Varys ya que sabían que el Consejero de Rumores era alguien bien informado y más que capaz de haber averiguado eso.
Tywin Lannister chasqueó la lengua hastiado y volvió a acaparar la atención sobre él.
– Hemos escuchado al acusado, a la víctima, a los testigos y al Consejero de Rumores así como algunos señores. ¿Alguien desea añadir algo?
Ante el silencio general el Señor de Occidente iba a darle la palabra al rey pero alguien se adelantó entre el público.
– Yo deseo testificar, Lord Mano. – Quien hablaba era un hombre fornido de largas barbas rubias y melena de igual color; llevaba los colores Lannister y no parecía contento. – Soy Gerion Lannister y quiero añadir algo.
Es verdad que Lady Dustin estaba en las mazmorras de Aguasdulces tal y como relatan Ser Mooton y Lord Connington. Pero no estaba allí el día anterior.
Hubo comentarios callados al respecto y varios señores se miraron entre ellos y miraron a la Mano quien parecía confundido.
– ¿Qué queréis decir? Explicaos.
– Lo que digo, Lord Mano, es que el día antes Lady Dustin no estaba en las mazmorras de Aguasdulces.
Lo sé porque estuve allí igual que estuve el mismo día en que la rescataron. Pude ver cómo entraban y la sacaban de allí, lo relatado por Ser Mooton y Lord Connington es cierto, pero lo es porque alguien la llevó allí para que la encontraran.
– Y, ¿qué hacíais en las mazmorras, Ser Gerion? No es lugar donde debiérais.
– Estaba con una dama haciendo cosas que no diré aquí por respeto a ella y su familia. Si alguien necesita que le explique qué hacía se lo diré en privado si bien no daré detalles.
– Tratad el asunto como se merece, Ser Gerion. – Dijo Tywin molesto ante la desfachatez de su hermano.
– Y así lo hago, Lord Mano. Puede que Lord Varys recibiera el soplo pero está claro que lo único que querían es que se encontrara a Lady Dustin cuando quien fuera que estuviera detrás del secuestro lo quisiera y no cuando tuvimos que hacerlo.
Alguien llevó a Lady Dustin a las mazmorras para que la encontraran y apuesto mi espada a que no fue el propio Lord Hoster.
La Mano miró a su hermano y luego al rey.