*-Lord Rykker… os debo mucho. He sido un imprudente, ese pez muerde de lo lindo. Se gano su fama en las guerras contra los reyes nuevepeniques, no era fama inmerecida. El puede decir lo que quiera de mi, yo le respeto por lo que ha hecho, aunque no este de acuerdo con el. Bien es cierto que en sus ultimos dias no esta siendo tal y como yo esperaba que fuera, lo tenia por un caballero autentico y temo no estar acertado en esa suposicion.
A mi me educaron para respetar a mis mayores, sobre todo cuando se han ganado ese respeto con sus propios logros, no caere en el error de insultar alguien a quien he admirado durante gran parte de mi vida. Volvere a pelear con el si llega el caso, lo matare si es lo que los siete tienen previsto, pero ni lo vilipendiare ni lo menospreciare. Es un digno enemigo, al menos en el campo de batalla. Pelea bien, es duro. Creo que logre herirlo, pero venció el y sin vos… nunca hubiera visto a mi hijo o hija.
Bueno, ni siquiera estoy seguro de que mi esposa este encinta. Pero desde luego hice todo lo posible a tal fin, ya me entendéis. ¿Cómo están mis hombres? ¿Heridos? ¿Alguna baja que lamentar? ¿Y mi caballo? ¿Han atendido a mi caballo?*
-Ser Elbert, estáis jodidamente loco, jodida y completamente loco. Lo que me hace pensar, que yo estoy igual de loco por seguiros. Solo pude salvaros porque estaba a vuestro lado. ¿No escuchasteis las trompetas llamando a retirada?
-Que queréis que os diga, lamento haberos puesto en peligro a vos y a todos los que venían con nosotros, las escuche. Pero ahí estaba el y ahí estaba yo. Estábamos tan cerca que no era posible evitar el baile. Hubiera sido una descortesía eludir el combate con tan noble oponente. Claro que si hubiera podido elegir, el resultado hubiera sido con el pez negro en una camilla y yo bebiendo la cerveza de la victoria. Hablando de cerveza…
-No Elbert, el maestre ha sido tajante. Nada de alcohol por ahora. La cerveza deberá esperar a que os repongáis. No estoy seguro de que si os metéis una jarra de cerveza entre pecho y espalda, no se salga algo por el corte que lleváis en el costado. ¿Qué es ese jaleo de ahí afuera? Voy a mirar.
-Parece que teneis visita, Ser Elbert.