El rey Aerys había dispuesto todo para que la recepción en el salón del trono fuera lo más fastuosa posible. Pendones del dragón tricéfalo sobre fondo de sable se veían por doquier colgando orgullosos de las columnas de la estancia. Esperaba el monarca sentado en el Trono de Hierro y rodeado formando un semicírculo por una élite de hombres armados cuidadosamente seleccionados que capitaneaba Ser Barristan Selmy, todos ellos portando armaduras brillantes y lustrosas. A ambos lados del salón, bajo la atenta mirada de las calaveras de los dragones, se amontonaban los nobles de la corte, consejeros del rey y dignatarios extranjeros presentes en la capital, todos ellos luciendo con sus mejores galas. Ser Myles Mooton se había abierto paso hasta la primera fila, con la esperanza de no perder detalle de nada de lo que ocurría.
Rhaegar entró en la sala capitaneando la comitiva y acompañado por ser Oswell Whent a su izquierda y Lord Stannis Baratheon a su derecha. Junto a ellos estaban los señores de Caron, Massey y Peake, los más leales a la Mano del Rey. Tras estos seis hombres y rodeados por una guardia de hombres de Rocadragón marchaban encadenados los dos Lannisters, el antaño rey Tywin y el joven Jaime Lannister, que a pesar de la pesada marcha cargando con el peso de sus cadenas desde la Plaza del Pescado como si fueran vulgares criminales se mantenían erguidos con cierta dignidad. Tras los Lannisters marchaban el resto de señores del Dominio y del Occidente que habían sido apresados, siendo estos franqueados por una mezcolanza de señores y hombres de armas leales a la Corona. Todos ellos esperaban poder recibir el perdón y renovar sus votos de lealtad para con su Majestad. La corte aplaudía y lanzaba vítores pero cuando el príncipe Rhaegar llegó al pie del trono Aerys alzó una de sus manos y se hizo el silencio. El príncipe dio un paso al frente y se dirigió a su padre y rey.
– Largos días han pasado desde la última vez que nos vimos, pero he vuelto con la victoria, Padre, tal y como te prometí –Rhaegar hizo una breve pausa para girarse y hacer un gesto. Los hombres de Rocadragón se adelantaron y pusieron a Lord Tywin Lannister y a ser Jaime Lannister a los pies del Trono de Hierro– . He aquí a Lord Tywin Lannister, caudillo de la rebelión que ha amenazado con poner fin a la legítima autoridad de la Corona sobre el reino, junto con su hijo y heredero, ser Jaime Lannister. ¿Qué debemos de hacer con ellos, Padre?