En Bordar

Los cuernos de guerra sonaron y como era de esperar las legiones avanzaron, lentamenta pero inexorablemente. Las primeras líneas estaban copadas por los auxiliares de Sargass y Stalnar que pronto fueron recibidos por una lluvia de flechas y rocas desde la fortaleza.

Sin la preparación de los legionarios sus líneas comenzaron a flaquear y sin más posibilidad que avanzar rompieron la disciplina y cargaron contra los hombres de Hestrhjarta. Las ordenes de Porsenna comenzaron a repetirse a fuerza de tambor y cuerno y las legiones continuaron su marcha de acuerdo al plan. El primer contacto duró poco y los auxiliares de Lorelan fueron masacrados en las enfervorizadas líneas de los norteños. Pero la batalla no habia hecho nada más que empezar.

Mientras el centro se preparaba para el choque los jinetes de Sargass comenzaron a hostigar a los jinetes Fiska. Finta y contrafinta, huídas y cargas, ambos trataban de maniobrar para obtener la ventaja pero sin arriesgar más de lo inevitable. En el otro flanco, hombres serpiente y tauros avanzaban cerrando la formación mientras el resto de jinetes fiska retrocedieron evitando presentar batalla y, sin otro objetivo, los auxiliares envolvieron al flanco de sus enemigos para tratar de cerrar la lucha apoyados por varias cohortes.

La lucha se prolongó durante horas en las que, poco a poco el centro de los lorelanos dominaba a sus enemigos, pero en los flancos la cosa era diferente. La caballería Sargassiana, diezmada en su lucha, rompió la disciplina y huyó del campo de batalla dejando via libre a los jinetes fiska para hostigar la retaguardia enemiga, lo que obligó a la cohorte liderada por el propio Porsenna a luchar por sus vidas.

Pero poco a poco los números de los fiska menguaban y sus líneas se contraían y, para el atardecer estaba claro que la batalla estaba perdida. Poco a poco las lineas comenzaron a romperse, los jinetes a huír y los pocos que quedaban a refugiarse en la fortaleza.

Lorelan habia prevalecido una vez más.