Frente a las puertas

Hombres de Kaven llegan frente a las puertas, solo dos:

  • Caul el menudo: el segundo hijo de Dow suple sus inexistentes dotes para el combate con una inteligencia sin igual, lo que le hace un hombre sumamente peligroso al ser capaz de enredarte en sus planes sin que lo veas venir.
  • Rudd el viejo: el tío de Dow es una cosa sumamente extraña al haber superado por mucho la esperanza de vida media. Muchos dicen que ha hecho un pacto con la Gran Niveladora para que esta no venga a buscarle, sin embargo, nada es seguro. Lo único cierto es que a lo largo de la Isla del Pez se le guarda sumo respeto por su longevidad, y su voz es siempre escuchada.

Descripción narrativa
Caul se acerca a la puerta, habla en voz alta creyéndose imbécil y se hace un corte en la palma de la mano como tributo. Con la mano ensangrentada intenta empujar la puerta para que se abra.

Roleo
Rudd mascullaba por detrás, pero Caul no sabía muy bien qué rumiaba el viejo. Desde luego, podía imaginarlo. Lo que en un momento había parecido una vana ilusión, según pasaba el tiempo se convertía en pesadilla. Tenía miedo. De no ser por la lava que les acompañaba a escasos metros, podía haberse escudado en el frío de la montaña… Pero no, era pavor lo que el muchacho sentía.

Y pese a ello, continuaba. Con la lealtad inquebrantable de su tío abuelo. Del hombre que había convencido a una mente lógica como la suya que no perdían nada por hacer caso de las leyendas. Historias que resultaron ser ciertas, pues finalmente, tras no pocas penurias, las inmensas puertas de bronce se alzaron ante ellos.

Una mirada bastó para que el viejo le recordara una vez más las leyendas… Pero no sabía cómo llamar la atención de aquel ser encerrado en la montaña. Con paso trémulo, se acercó a los grabados, siguiendo las runas con su índice hasta exhalar un suspiro de resignación.

Dando un paso atrás, Caul se aclaró la garganta. En una montaña, rodeado por volutas de humo y ríos de lava, del otrora lógico Kavenson poco o nada quedaba. — Vengo a solicitaros ayuda, no para mí, sino para mi familia; para los súbditos de mi padre, y para todos los fiska — gritó, en tono dubitativo. No era fácil hablar a la nada. — Los invasores han regresado con el propósito de someter a esta isla o bañar sus campos con nuestra sangre — continuó — y es algo que deseo evitar — añadió, antes de guardar silencio.

No dejó pasar demasiado tiempo antes de acercarse a las puertas, desenvainando su cuchillo e hiriéndose en su propia mano para pasar la sangre por encima de las runas. — Y por eso os ofrezco mi sangre como muestra de mis intenciones, como promesa de que usaré toda ayuda que podáis brindarme para defender esta isla de sus invasores —.


Tú me dirás si pasa algo o no!

Aitok y Josebak hacían guardia ante las Puertas de Bronce como venían haciendo desde hacía décadas. Nunca se habían quejado de su papel como no lo harían si estuvieran luchando en el frente o forjando armas en el interior. Los Mindarorön no eran de quejarse de su papel en el mundo, eran estoócos y protestar por cumplir con tu papel era poco estóico.

Cuando Rudd y Caul llegaron, los enanos miraron por las rendijas especiales que tenían para observar y que quedaban tan disimuladas - y bajas - que pocos eran capaces de poder distinguirlas de los adornos de la puerta.

Azâdum khazgûn dâzgr.
Kâzhâd, krâ nuluk dûm.
Kâkhazrag-izt, azâr dundûm.
Zarzân krâ?
Krâkrâzrak udruk.
Aurzâb udruk dâzgr?
Krâ nath’kâzrak, krâ?

Josebak se aclaró la voz y en un tono que parecía que cantaba dijo con profunda voz a través de un cuerno que provocaba un efecto atronador.

Khazad, uzbad nuluk. ¿Azâdum krâ?


  • Alguien ha llegado a la puerta
  • Ya veo, no soy ciego.
  • Solo lo señalaba, no hace falta ponerse así.
  • ¿Qué está haciendo?
  • Pide ayuda.
  • ¿Y por qué mancha la puerta con sangre?
  • No parece muy listo.
  • Dile algo.

Josebak se aclaró la voz y en un tono que parecía que cantaba dijo con profunda voz a través de un cuerno que provocaba un efecto atronador.

  • La ayuda solo se ofrece a los dignos. ¿Eres digno?

Nota: Puedes traducirle de la última frase lo que quieras, ya que lo mismo alguna palabra pilla.

Kevan dice esto:

Tokens

  • Caul el menudo: el segundo hijo de Dow suple sus inexistentes dotes para el combate con una inteligencia sin igual, lo que le hace un hombre sumamente peligroso al ser capaz de enredarte en sus planes sin que lo veas venir.
  • Rudd el viejo: el tío de Dow es una cosa sumamente extraña al haber superado por mucho la esperanza de vida media. Muchos dicen que ha hecho un pacto con la Gran Niveladora para que esta no venga a buscarle, sin embargo, nada es seguro. Lo único cierto es que a lo largo de la Isla del Pez se le guarda sumo respeto por su longevidad, y su voz es siempre escuchada.

Descripción narrativa
Le descimos que somos amigos en vascuence y esperamos a ver qué pasa.

Objetivo
Que no nos maten, y que las puertas se abran.

Viaje
No hay

Roleo
El acto dramático protagonizado por el menudo no tuvo demasiado éxito, aunque sí sirvió para demostrar la leyenda como cierta. Algo había en aquellas puertas. Sin embargo, cuando la voz lúgubre y tenebrosa se alzó, nada entendió el joven Caul. Inteligente y disciplinado, el muchacho había aprendido alguna lengua, pero nada entendía en aquellos sonidos…

Por fortuna, fue Rudd quien pareció entender algo… o quizás llegó a imaginarlo. El tono de advertencia no le pasó inadvertido, y de lo más profundo de su mente emergió una palabra olvidada que ni tan siquiera estuvo seguro de pronunciar correctamente — ¡¡¡Lagunak!!! — gritó el viejo, para asombro de Caul que no tenía ni idea de qué estaba sucediendo.


Luego, después de que se resuelva eso, pero antes de que consigan largarse de allí (a menos que les abras las puertas y les dejes pasar) llegará Jaime:

PoV:

Halvar Frostbjorn, el Satisfecho. Halvar es el heredero designado y un miembro atípico de la prole de Jorund. No posee el feroz comando de su hermanastro Sten, ni la inteligencia aguda de Vidar. A diferencia de Sven, no es particularmente elocuente, y carece de la afinidad sobrenatural que Ragna muestra. Sin embargo, su virtud reside en su completa falta de ambición, algo que su padre, Jorund, valora profundamente. Halvar está plenamente satisfecho con lo que la vida le ha brindado: vino, mujeres, respeto y la aprobación paterna.

Veterano de la Guerra de las Tierras Verdes, las cicatrices en su rostro no enmascaran su expresión afable. Es conocido por su cordialidad, un alivio en el ambiente tenso de Bjornfestning. Es un hombre enérgico, al que a menudo se ve entrenando con los Járnvaki o jugando con los perros del castillo. Las montañas Kvölbergen son su santuario; allí, junto a su lobo Skuggi y su querida hija Ingrid, encuentra serenidad bajo el cielo estrellado.

Pocos ven en Halvar a un líder nato, pero su genuina bondad es indiscutible. Si bien no es la elección obvia para liderar, su naturaleza no amenazante y amigable podría, con la guía adecuada, ser suficiente para un futuro estable.

Tokens:

7: El favor de los señores de las montañas: Cuando se les rinde tributo, estos enigmáticos seres responden ofreciendo ayuda, material o inmaterial. Acudir a ellos promete grandes recompensas, pero también enormes riesgos, ya que nadie que haya cruzado las puertas de bronce ha regresado. Esta alianza incierta ofrece ventajas inigualables en tiempos de desesperación, pero a un coste que muchos temen pagar.
4: Duros como las montañas: Frase emblemática de los montañeses, refleja su carácter inquebrantable y resistencia ante adversidades. Personifica su conexión con el terreno escarpado y su perseverancia. Es un recordatorio constante de su orgullo, fortaleza y capacidad para enfrentarse a rivales superiores.

Misión:

Jorund se ha puesto un poco nervioso con el volcán y va a hacer unas ofrendas a los Señores de la Montaña, para asegurarse de que todo OK, que cero dramas, y que seguimos en contacto. Por “sacrificios” yo entiendo comida y eso, pero bueno, si no es así supongo que Jorund sabe qué se suele sacrificar a esa gente xD. Manda a Halvar con un chamán de confianza y una docena de guardias a llevarles carne salada, botas de vino, cosas así, hacer un ritual chulo, hacerse los entretenidos por la zona y volver al rato a ver si ha pasado algo, y venir a contárselo.

Roleo:

Jorund había pedido a su esposa Þórdís que consultara las estrellas en relación a la erupción del volcán, y solo había visto malos augurios. Una lectura de entrañas de un buey que hizo su hijo Birger tampoco fue halagüeña, y encima su concubina Idunn había tenido un trance especialmente violento en el que había empezado a hablar en un lengua extraña con muchas Ks. En resumen, no le gustaba una mierda nada de esto.

-Llevo nosecuantos años aquí sin que entre en erupción un puto volcán y tiene que pasar justo cuando vuelven los robaquesos. ¡Me cago en mi estampa!

-Podemos solucionar ambos problemas… ¡si convencemos a los loreleanos de que se tiren al volcán! ¡Jaja, jaja! -dijo su hijo-bufón Sven haciendo sonar las campanillas de su traje con una cabriola.

-Pégale una patada, Tercero -dijo Jorund a uno de sus guardaespaldas, que fue diligente y le pateó la espinilla con fuerza. Sven cayó al suelo, agarrándose la pierna y gimiendo de dolor, entre un estruendo de campanillas.

-Jejeje. Al final siempre me haces reír. Id a buscar a Grimnir Hieloeterno, al agujero del bosque en el que se esté masturbando el puto chamán pervertido ese, y preparad viveres, cosas que no se vayan a corromper. Todo lo que puedan llevar doce hombres. Vamos a las puertas de bronce a hacer una ofrenda, como en los viejos tiempos, y nos curamos en salud.

Objetivo:

Hacerle una ofrenda a los Señores de la Montaña y ver si pasa algo.


Tal y como lo veo yo, se resuelve lo de Kevan, si consigue acceso para cuando llega Jaime las puertas se están cerrando y Jaime lo ve, pero no llega a tiempo (y se resuelve la suya).

Si Kevan falla, sigue enfrente de las puertas cuando llega Jaime, y si se pelean entre ellos … pues ya veremos.

No lo voy a resolver como misión porque realmente los enanos no saben qué están diciendo.

Así que ahí va un roleo.

El viejo esperó con los brazos en alto con la esperanza que aquel palabro abriera las puertas como por arte de magia. Sin embargo, no fue eso lo que ocurrió sino que de detrás de las mismas pareció escucharse una especie de bufido.

Caul y Rudd se miraron y volvieron a dirigir su atención sobre la puerta. Estaba claro que “lagunak”, de significar algo no era “abrid, por favor”. Así que decidieron marcharse porque comprendieron que allí poco había que hacer.

Mientras recogían las cosas se escuchó algo parecido al chirrar del metal con metal y Caul pudo observar como una especie de ranura se abrió a una altura de un metro sobre el suelo en una de las puertas. No se veía nada al otro lado, tan solo oscuridad, pero al cabo de unos segundos una tablilla de acero comenzó a asomar por la apertura. Con precaución lo tomó y vio que eran runas junto a lo que parecía un alfabeto fisko. Era básico, sí, pero quizás con aquello pudiera comunicarse con los Mindarorön. No en esa misma mañana, obviamente, porque antes tendrían que estudiar.

Un solo vistazo, eso sí, le valió para entender una palabra, la última que había oído por parte de los moradores de las montañas y que estaba en la tablilla: Azâdum, digno.

Kevan se queda en la zona, pero deja a Jaime que se acerque a las puertas, misón de Jaime:

PoV:

Halvar Frostbjorn, el Satisfecho. Halvar es el heredero designado y un miembro atípico de la prole de Jorund. No posee el feroz comando de su hermanastro Sten, ni la inteligencia aguda de Vidar. A diferencia de Sven, no es particularmente elocuente, y carece de la afinidad sobrenatural que Ragna muestra. Sin embargo, su virtud reside en su completa falta de ambición, algo que su padre, Jorund, valora profundamente. Halvar está plenamente satisfecho con lo que la vida le ha brindado: vino, mujeres, respeto y la aprobación paterna.

Veterano de la Guerra de las Tierras Verdes, las cicatrices en su rostro no enmascaran su expresión afable. Es conocido por su cordialidad, un alivio en el ambiente tenso de Bjornfestning. Es un hombre enérgico, al que a menudo se ve entrenando con los Járnvaki o jugando con los perros del castillo. Las montañas Kvölbergen son su santuario; allí, junto a su lobo Skuggi y su querida hija Ingrid, encuentra serenidad bajo el cielo estrellado.

Pocos ven en Halvar a un líder nato, pero su genuina bondad es indiscutible. Si bien no es la elección obvia para liderar, su naturaleza no amenazante y amigable podría, con la guía adecuada, ser suficiente para un futuro estable.

Tokens:

7: El favor de los señores de las montañas: Cuando se les rinde tributo, estos enigmáticos seres responden ofreciendo ayuda, material o inmaterial. Acudir a ellos promete grandes recompensas, pero también enormes riesgos, ya que nadie que haya cruzado las puertas de bronce ha regresado. Esta alianza incierta ofrece ventajas inigualables en tiempos de desesperación, pero a un coste que muchos temen pagar.
4: Duros como las montañas: Frase emblemática de los montañeses, refleja su carácter inquebrantable y resistencia ante adversidades. Personifica su conexión con el terreno escarpado y su perseverancia. Es un recordatorio constante de su orgullo, fortaleza y capacidad para enfrentarse a rivales superiores.

Misión:

Jorund se ha puesto un poco nervioso con el volcán y va a hacer unas ofrendas a los Señores de la Montaña, para asegurarse de que todo OK, que cero dramas, y que seguimos en contacto. Por “sacrificios” yo entiendo comida y eso, pero bueno, si no es así supongo que Jorund sabe qué se suele sacrificar a esa gente xD. Manda a Halvar con un chamán de confianza y una docena de guardias a llevarles carne salada, botas de vino, cosas así, hacer un ritual chulo, hacerse los entretenidos por la zona y volver al rato a ver si ha pasado algo, y venir a contárselo.

Roleo:

Jorund había pedido a su esposa Þórdís que consultara las estrellas en relación a la erupción del volcán, y solo había visto malos augurios. Una lectura de entrañas de un buey que hizo su hijo Birger tampoco fue halagüeña, y encima su concubina Idunn había tenido un trance especialmente violento en el que había empezado a hablar en un lengua extraña con muchas Ks. En resumen, no le gustaba una mierda nada de esto.

-Llevo nosecuantos años aquí sin que entre en erupción un puto volcán y tiene que pasar justo cuando vuelven los robaquesos. ¡Me cago en mi estampa!

-Podemos solucionar ambos problemas… ¡si convencemos a los loreleanos de que se tiren al volcán! ¡Jaja, jaja! -dijo su hijo-bufón Sven haciendo sonar las campanillas de su traje con una cabriola.

-Pégale una patada, Tercero -dijo Jorund a uno de sus guardaespaldas, que fue diligente y le pateó la espinilla con fuerza. Sven cayó al suelo, agarrándose la pierna y gimiendo de dolor, entre un estruendo de campanillas.

-Jejeje. Al final siempre me haces reír. Id a buscar a Grimnir Hieloeterno, al agujero del bosque en el que se esté masturbando el puto chamán pervertido ese, y preparad viveres, cosas que no se vayan a corromper. Todo lo que puedan llevar doce hombres. Vamos a las puertas de bronce a hacer una ofrenda, como en los viejos tiempos, y nos curamos en salud.

Objetivo:

Hacerle una ofrenda a los Señores de la Montaña y ver si pasa algo.

No acaban de irse unos fiskos que ya llegaban otros y con las mismas ideas en la cabeza. La ofrenda se hizo y, para alivio de los enanos tras las puertas, esta vez no hubo sangre. Tampoco es que tuviera sentido recibir comida. No tenían hambre en ese momento y, si así fuera, irían al salón de banquetes donde de seguro que había algo más provechoso que llevarse al gaznate.

Pero la intención contaba así que ellos hicieron su papel.

Khazad, uzbad nuluk. ¿Azâdum krâ?

No hubo hastío ni indiferencia, quería cumplir con su papel de guardián de las puertas. Si contestaban bien, podrían entrar. Quizás los que llevaron la tablilla traductora volvieran un día y todos disfrutaran felices y juntos de la hospitalidad enana.

Respuesta de Jaime:

Entre el susto general, y con el chamán patidifuso porque esto no estaba en las tradiciones, Halvar se acerca a la puerta, se aclara la voz y grita con tono amistoso:

-Eh… ¡Fiska, Fiska! ¡Frostbjorn! ¡Halvar Jorundsson del clan Frostbjorn! ¡Yo no hablar lengua de Señores de la Montaña! Eh… ¿Azadón? Si queréis un azadón os podemos traer uno, poderosos Señores de la Montaña, la próxima vez que vengamos. Ahora mismo no traemos azadón. Uhm… ¡ Eldjökullhvammur hacer PUM! ¡PUM PUM! Arrojar grandes piedras volando por los aires, FIUUUUUU. Y luego lava, FSFSFSSSSS. ¡Nosotros muy asustados! ¡Aceptar ofrenda para que Eldjökullhvammur no más PUM!

Sintiéndose cada vez más ridículo, Halvar se arrodilla con la cabeza baja, por si dicen algo o sale alguien.

Los guardianes comenzaron a pensar si los fiskos no estaban burlándose pero luego recordaron que no todos los humanos son iguales y que los hay más dignos y menos dignos; es más, algunos demostraron en el pasado ser hombres de bien y de valor pero escasos de entendederas.

Los dos enanos se miraron y muy a su pesar uno tuvo que tomar la iniciativa. Abrió la ranura un poco y habló.

Caul tiene la llave, – dijo en perfecto fisko. – Venid de nuevo cuando sepáis usarla.

Vuelve Kevan a la carga:

POV
Caul Kavenson

Tokens

  • Caul el menudo: el segundo hijo de Dow suple sus inexistentes dotes para el combate con una inteligencia sin igual, lo que le hace un hombre sumamente peligroso al ser capaz de enredarte en sus planes sin que lo veas venir.
  • Rudd el viejo: el tío de Dow es una cosa sumamente extraña al haber superado por mucho la esperanza de vida media. Muchos dicen que ha hecho un pacto con la Gran Niveladora para que esta no venga a buscarle, sin embargo, nada es seguro. Lo único cierto es que a lo largo de la Isla del Pez se le guarda sumo respeto por su longevidad, y su voz es siempre escuchada.

Descripción narrativa
Les cedemos totalmente el protagonismo a nuestros nuevos acompañantes. Caul y Rudd se mantienen al margen, intentando escuchar qué se dice.
Caul tomará nota mental de lo que escuche, y llegada la noche o cuando esté seguro de que los recién llegados no le ven, intentará traducir lo que pueda.

A mayores, si recuerda las palabras que le dijeron en primer lugar " – Khazad, uzbad nuluk. ¿Azâdum krâ?" intentará traducirla.

Objetivo
Permanecer a la expectativa e ir descifrando el lenguaje de los moradores de las puertas.

Viaje
No hay (estamos de acampada en la montaña mientras el resto de Kavenson combate en la guerra).

Roleo
Con luces y sombras podía describirse el encuentro de Caul con las leyendas del pasado que Rudd le había insistido en contemplar. Y pese a haberse cerciorado de que algo de verdad había en ellas, las tribulaciones y dudas no habían hecho sino aumentar. Una única palabra, “digno”, le hacía tener algo de confianza… que desaparecía al preguntarse si no habría dejado de escuchar un prefijo que cambiase su sentido… En eso pensaba cuando dos moradores del este llegaron a las puertas… presumiblemente con el mismo objetivo. Lo que le abría una nueva oportunidad de aprender si conseguía descifrar aquella lengua de la que nada conocía.

Con la tablilla en las manos Caul puso toda su atención en intentar reconocer alguna de las palabras que escuchaba y compararla con lo que tenía. Estaba a una distancia suficiente para oír pero no para cerciorarse de que era exacto, y sin embargo pudo descifrar algo de lo que escuchó.

Khazad, uzbad nuluk. ¿Azâdum krâ? podría tener que ver con ayudar a los dignos, por lo que era posible que la pregunta fuera esa, si era digno de ser ayudado. Claro, saber lo que le preguntaban no significaba saber qué responder más allá de un SÍ. Con la ayuda de la tablilla era fácil decir SÍ o NO, de igual forma que sabía que los moradores de la montaña se hacían llamar Khuzak y que son liderados por un Khazuk, que ellos, los humanos, son Azani. Por lo demás, había muchas palabras fiskas que parecían derivar del idioma Khuzake, por lo que podría aventurarse un poco.

POV
Caul Kavenson

Tokens

  • Caul el menudo: el segundo hijo de Dow suple sus inexistentes dotes para el combate con una inteligencia sin igual, lo que le hace un hombre sumamente peligroso al ser capaz de enredarte en sus planes sin que lo veas venir.
  • Rudd el viejo: el tío de Dow es una cosa sumamente extraña al haber superado por mucho la esperanza de vida media. Muchos dicen que ha hecho un pacto con la Gran Niveladora para que esta no venga a buscarle, sin embargo, nada es seguro. Lo único cierto es que a lo largo de la Isla del Pez se le guarda sumo respeto por su longevidad, y su voz es siempre escuchada.

Descripción narrativa
Intentamos decirles que somos dignos de ayuda.
Rudd permanecerá atento para que nuestros “amigos” del este no nos claven el hacha por la espalda.

Objetivo
Obtener la ayuda de las leyendas sin que nos maten.

Viaje
No hay.

Roleo
Las gentes del este le habían proporcionado tiempo a Caul, sin embargo, cuando se acercaron a él para decirle que los montañeses le reclamaban, el muchacho supo que el tiempo de gracia había terminado.

Por alguna extraña razón, sentía que el devenir de la isla estaba en sus manos… y un ligero temblor se apoderó de ellas, obligando al menudo a respirar con calma para serenarse y adoptar una pose que encubriese su temor.

Fingiéndose determinado, Caul se acercó nuevamente a las puertas, y una vez allí, se señaló a sí mismo antes de decir una única palabra: Azâdum

Sin esperar respuesta, el muchacho señaló al interior de las puertas, añadiendo en tono de pregunta: ¿Khazuk?


Bueno, yo creo que ya toca abrir las puertas, xD

Los de Jaime están allí también, entiendo que según se abran las puertas intentaran entrar, ya veremos. De momento dime sobre esto y le pongo a los dos.

Sí, sí, abramos las puertas. Los enanos los conducen hasta Samir.

Te hago un roleo más adelante cuando me confirmes que entran.

Un nuevo visitante frente a las puertas:

PoV

Bor Bjorn

Tokens

Bor Bjorn / Manos sucias El Martillo de Thor Heimdall

Objetivo

Una vez derrotado Bor comprende que su propia fuerza no sirve para vencer a los Lorelanos así que emprende el camino a las Puertas de Bronce, aquel lugar que da acceso a los Señores Bajo las Montañas, los que espera puedan proporcionarle algún método que pueda revertir la situación frente a los invasores.

Misión

Bor intentará llegar a las Puertas de Bronce junto a su pantera negra y un pequeño grupo nutrido por apenas 5 o 6 hombres.

Roleo

La batalla frente a los Lorelanos había supuesto un fracaso difícil de digerir por Bor, nunca había sufrido una derrota como aquella, pero es que aquella batalla no había sido normal, ese primer envite frente a la Séptima Legión hizo que su cabeza volara por los aires al ver como apenas habían podido percutir a aquellos soldados que formaron frente a ellos… nunca podrían derrotarlos y ahora sus hombres estaban dispersos, aunque estaba seguro que con ganas de volver a la carga frente a sus enemigos… esa era su vida y así debían morir.

A pesar de esto Bor sabía que si volvía a la carga frente a sus enemigos en aquellas condiciones no encontraría más que la muerte y sólo encontró en toda la isla alguien que le pudiese ayudar, las leyendas decían que Los Señores Bajo las Montañas eran inmortales e invencibles y que otorgaría los poderes de los dioses a los elegidos, también que un ejército de soldados hechos de piedra y fuego aguardaban un comandante que los guiara. Pero de todas las habladurías que llegaban a través de las Puertas de Bronce sólo había un hecho que era real y es que todo aquel que había cruzado las puertas había perecido en aquel lugar, nadie había regresado después de atravesar aquel umbral y ese reto hizo que Bor se estremeciera… ya lo había perdido todo, y si no era capaz de vencer a sus enemigos quizá encontrar la muerte sería la única solución para la deshonra que le habían otorgado aquellos malnacidos allende los mares.

Así pues nada más llegar a Rivendall y viendo como sus hombres iban y venían de aquella fortaleza heridos en su orgullo y sin más sentido que encontrar el camino de volver a luchar Bor decidió partir junto a sus fieles compañeros, su martillo y Heimdall, y otros pocos hombres que lo habían seguido en la victoria y en la derrota para atravesar las montañas y verse de cara con los dioses.


Haz la tirada y veamos que entienden de tus preguntas!

Ha puesto más, por si te da más juego:

PoV

Bor Björn

Tokens

Bor Björn / Manos Sucias El Martillo de Thor

Objetivo

Una vez derrotado Bor comprende que su propia fuerza no sirve para vencer a los Lorelanos así que emprende el camino a las Puertas de Bronce, aquel lugar que da acceso a los Señores Bajo las Montañas, los que espera puedan proporcionarle algún método que pueda revertir la situación frente a los invasores.

Misión

Abrir las puertas de bronce o que alguien las abra desde dentro. Para ello buscará algún tipo de aldaba o algo con lo que pueda llamar para ser escuchado. Si no lo consigue lo intentará a la fuerza, con los hombres que le acompañan. Y sino su última solución antes de pararse a pensar por un momento será la de rezar e implorar a los dioses de la montaña que le ayuden a continuar su camino.

Roleo

El camino había resultado más duro de lo esperado, el paso por el bosque antes de llegar a la montaña ya lo marcaba así, como si una prueba de los dioses se tratara Bor y sus hombres se habían encontrado frente a sí a osos, panteras, jaguares, serpientes y caimanes que se plantaron ante sí como si quisieran impedirles el paso… no era algo normal, ellos estaban acostumbrados a esa naturaleza, durante la iniciación muchos habían pasado por situaciones duras, pero esa compenetración entre las distintas especies era algo que denotaba que aquel camino para bien o para mal era el único que podían seguir.

Tampoco fue mejor el ascenso, la climatología variable unida a los duros pasos y las escarpadas paredes hicieron que varios de los hombres de Bor perecieran y que incluso Heimdall tuviera que, con el beneplácito de Bor, quedarse atrás a la espera de su amo era un animal de bosque y llanura, la montaña acompañada de aquella sequedad y altas temperaturas producidas por el magma no eran adecuadas para él.

Cuando llegó a las puertas tanto él como sus hombres no pudieron más que quedarse asombrados, las leyendas no hacían honor a tal magnificencia y un escalofrío recorrió su espina dorsal pensando en quienes pudieron crear aquellas enromes puertas y que era lo que guardaban, pero tragando la poca saliva que ya le quedaba recorrieron el camino que les quedaba hasta las puertas intentando alejarse de los ríos de magma y animando a sus hombres buscaron primitivamente la manera de poder abrirlas.

Como otras veces en las últimas semanas, algo que tenía a los guardianes extrañados - aunque no demasiado - porque llevaban décadas sin recibir visitas y ahora se presentaban a puñados. Pero ellos no estaban allí para custionar nada sino para cumplir su deber.
Ante la presencia de los fiskos dando vueltas y tratando de abrir las puertas, los guardianes preguntaron:

La ayuda solo se ofrece a los dignos. ¿Eres digno?

Se oyó un codazo y un carraspeo para después escucharse de nuevo la voz cavernosa detrás de las puertas.

Quiero decir: Khazad, uzbad nuluk. ¿Azâdum krâ?

Como un mono que ve el fuego por primera vez Bor dió un salto hacia atrás ante esa voz gurutal, sus plegarias habían sido escuchadas, pero no entendía la pregunta ¿era digno? Se rascó la cabeza como quien se rasca queriendo arrancar un piojo de su cuerp cabelludo intentando que con ello saliese de su cabeza la idea o palabras que debía decir para satisfacer a los Guardianes… pero no halló nada que sonase inteligente así que ante un gesto a sus hombres todos se arrodillaron.

-He servido en vuestro nombre toda mi vida, - su cabeza permanecía agachada, mostrando todo el respeto que le permitía su conocimiento - he luchado y he sangrado defendiendo esta isla ante los invasores infieles pero no ha sido suficiente. Decidme que puedo hacer para demostraros que soy digno de vuestra ayuda y mi martillo estrá a vuestro servicio -


Perfecto para lanzarlo contra cualquiera de los servidores del Kaos que prefieras! Si quieres hablar directamente con él abre un MP y listo. Pero si prefieres que haga de intermediario dímelo.

Hablo con él directamente.