Kevan dice esto:
Tokens
- Caul el menudo: el segundo hijo de Dow suple sus inexistentes dotes para el combate con una inteligencia sin igual, lo que le hace un hombre sumamente peligroso al ser capaz de enredarte en sus planes sin que lo veas venir.
- Rudd el viejo: el tío de Dow es una cosa sumamente extraña al haber superado por mucho la esperanza de vida media. Muchos dicen que ha hecho un pacto con la Gran Niveladora para que esta no venga a buscarle, sin embargo, nada es seguro. Lo único cierto es que a lo largo de la Isla del Pez se le guarda sumo respeto por su longevidad, y su voz es siempre escuchada.
Descripción narrativa
Le descimos que somos amigos en vascuence y esperamos a ver qué pasa.
Objetivo
Que no nos maten, y que las puertas se abran.
Viaje
No hay
Roleo
El acto dramático protagonizado por el menudo no tuvo demasiado éxito, aunque sí sirvió para demostrar la leyenda como cierta. Algo había en aquellas puertas. Sin embargo, cuando la voz lúgubre y tenebrosa se alzó, nada entendió el joven Caul. Inteligente y disciplinado, el muchacho había aprendido alguna lengua, pero nada entendía en aquellos sonidos…
Por fortuna, fue Rudd quien pareció entender algo… o quizás llegó a imaginarlo. El tono de advertencia no le pasó inadvertido, y de lo más profundo de su mente emergió una palabra olvidada que ni tan siquiera estuvo seguro de pronunciar correctamente — ¡¡¡Lagunak!!! — gritó el viejo, para asombro de Caul que no tenía ni idea de qué estaba sucediendo.
Luego, después de que se resuelva eso, pero antes de que consigan largarse de allí (a menos que les abras las puertas y les dejes pasar) llegará Jaime:
PoV:
Halvar Frostbjorn, el Satisfecho. Halvar es el heredero designado y un miembro atípico de la prole de Jorund. No posee el feroz comando de su hermanastro Sten, ni la inteligencia aguda de Vidar. A diferencia de Sven, no es particularmente elocuente, y carece de la afinidad sobrenatural que Ragna muestra. Sin embargo, su virtud reside en su completa falta de ambición, algo que su padre, Jorund, valora profundamente. Halvar está plenamente satisfecho con lo que la vida le ha brindado: vino, mujeres, respeto y la aprobación paterna.
Veterano de la Guerra de las Tierras Verdes, las cicatrices en su rostro no enmascaran su expresión afable. Es conocido por su cordialidad, un alivio en el ambiente tenso de Bjornfestning. Es un hombre enérgico, al que a menudo se ve entrenando con los Járnvaki o jugando con los perros del castillo. Las montañas Kvölbergen son su santuario; allí, junto a su lobo Skuggi y su querida hija Ingrid, encuentra serenidad bajo el cielo estrellado.
Pocos ven en Halvar a un líder nato, pero su genuina bondad es indiscutible. Si bien no es la elección obvia para liderar, su naturaleza no amenazante y amigable podría, con la guía adecuada, ser suficiente para un futuro estable.
Tokens:
7: El favor de los señores de las montañas: Cuando se les rinde tributo, estos enigmáticos seres responden ofreciendo ayuda, material o inmaterial. Acudir a ellos promete grandes recompensas, pero también enormes riesgos, ya que nadie que haya cruzado las puertas de bronce ha regresado. Esta alianza incierta ofrece ventajas inigualables en tiempos de desesperación, pero a un coste que muchos temen pagar.
4: Duros como las montañas: Frase emblemática de los montañeses, refleja su carácter inquebrantable y resistencia ante adversidades. Personifica su conexión con el terreno escarpado y su perseverancia. Es un recordatorio constante de su orgullo, fortaleza y capacidad para enfrentarse a rivales superiores.
Misión:
Jorund se ha puesto un poco nervioso con el volcán y va a hacer unas ofrendas a los Señores de la Montaña, para asegurarse de que todo OK, que cero dramas, y que seguimos en contacto. Por “sacrificios” yo entiendo comida y eso, pero bueno, si no es así supongo que Jorund sabe qué se suele sacrificar a esa gente xD. Manda a Halvar con un chamán de confianza y una docena de guardias a llevarles carne salada, botas de vino, cosas así, hacer un ritual chulo, hacerse los entretenidos por la zona y volver al rato a ver si ha pasado algo, y venir a contárselo.
Roleo:
Jorund había pedido a su esposa Þórdís que consultara las estrellas en relación a la erupción del volcán, y solo había visto malos augurios. Una lectura de entrañas de un buey que hizo su hijo Birger tampoco fue halagüeña, y encima su concubina Idunn había tenido un trance especialmente violento en el que había empezado a hablar en un lengua extraña con muchas Ks. En resumen, no le gustaba una mierda nada de esto.
-Llevo nosecuantos años aquí sin que entre en erupción un puto volcán y tiene que pasar justo cuando vuelven los robaquesos. ¡Me cago en mi estampa!
-Podemos solucionar ambos problemas… ¡si convencemos a los loreleanos de que se tiren al volcán! ¡Jaja, jaja! -dijo su hijo-bufón Sven haciendo sonar las campanillas de su traje con una cabriola.
-Pégale una patada, Tercero -dijo Jorund a uno de sus guardaespaldas, que fue diligente y le pateó la espinilla con fuerza. Sven cayó al suelo, agarrándose la pierna y gimiendo de dolor, entre un estruendo de campanillas.
-Jejeje. Al final siempre me haces reír. Id a buscar a Grimnir Hieloeterno, al agujero del bosque en el que se esté masturbando el puto chamán pervertido ese, y preparad viveres, cosas que no se vayan a corromper. Todo lo que puedan llevar doce hombres. Vamos a las puertas de bronce a hacer una ofrenda, como en los viejos tiempos, y nos curamos en salud.
Objetivo:
Hacerle una ofrenda a los Señores de la Montaña y ver si pasa algo.
Tal y como lo veo yo, se resuelve lo de Kevan, si consigue acceso para cuando llega Jaime las puertas se están cerrando y Jaime lo ve, pero no llega a tiempo (y se resuelve la suya).
Si Kevan falla, sigue enfrente de las puertas cuando llega Jaime, y si se pelean entre ellos … pues ya veremos.