Fylgjandi Leif Gonush, Sumo Sacerdote del Profundo (27)
No soy más que aquello que El Profundo desea, soy su voz y voluntad más allá de sus dominios primigenios. Soy aquel que difunde su benevolencia entre aquellos que en sus venas portan la sal de los océanos y el azote inmisericorde de los blasfemos que osan ignorar y aprovecharse de aquello que no es suyo.
“Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte”
Fui elegido durante mi bautismo por El Profundo para guiar a las almas de mi pueblo a la salvación bajo la miriada visión de nuestro Dios.
Mi tío-abuelo, El Sumo Sacerdote no me lanzó por la borda como a los demás niños y niñas, me dejé arrastrar por el oleaje, no luché para llegar a la orilla, El Profundo estaba conmigo y así lo aceptó la mayoría de Mi Pueblo al ver la barcaza del Sumo Sacerdote ser arrastrada mar adentro y desaparecer.
Ningún otro joven llegó a la playa ese día, solo el cayado del Sumo Sacerdote apareció entre la arena y espuma, restos de conchas y salitre.
“Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte”
La mayoría… me aceptó. La avaricia y decadencia de los que fueron nuestra élite sacerdotal había corrompido a demasiados que me vieron como una amenaza a su poder, se alzaron contra mí, intentaron acabar conmigo, mi propio abuelo quiso hundir una daga en mi pecho.
El Profundo tenía otros designios para nuestro pueblo y para mí mismo.
Mi abuelo ansiaba el Cayado de Sumo Sacerdote, un símbolo de estatus y poder, una rama de madera tallada y decorada.
Mis fieles tallaron un poste de madera con exactitud, donde fue clavado y encadenado mi abuelo “El Hereje”, y su propio hijo, mi padre, le lanzó por la borda tras escuchar de mis labios estas palabras; “Si Nuestro Dios, El Profundo, así lo desea te devolverá sano y salvo a nuestras costas y yo te entregaré aquello que tanto ansías. “Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte””
Mi pueblo es feliz y próspero, sobrevivimos a la dureza de nuestro entorno y luchamos contra aquello que haga peligrar nuestra forma de vida, así lo desea El Profundo, así cumplimos su escamosa voluntad tentaculada.
“Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte”
Lagertha Gromssondottir, madre del Sumo Sacerdote, Matriarca Gonush e hija del Patriarca Gromsson. (44)
Mi enlace con mi marido Erik, el fruto de mi vientre producto del amor, mis amados hijos y el ascenso de mi primogénito como Sumo Sacerdote fueron las consecuencias de las intrigas políticas de “El Hereje” más preocupado por afianzar poderes que por honrar la Palabra de El Profundo.
Se volvieron contra él las intrigas y se vio desesperado cuando le faltó el apoyo que creía haber forjado.
El primogénito de la unión de las dos Casas más importantes de nuestro territorio se alzaba según dictaba nuestro Dios con el poder de Sumo Sacerdote.
No solo tuvimos que proteger nuestra fe de la avaricia, también tuvimos que proteger a nuestra sangre y nuestra posición se fortalecía.
Mi hermano no dudó en hacer ver a nuestro padre qué bando era al que debíamos seguir y porqué, eran los designios de El Profundo y conocida era la reputación de El Hereje y sus argucias esta vez podrían pasarle factura.
Desde los acantilados vimos como le lanzaban por la borda y como era engullido por la marejada, toda la congregación de fieles oramos para poder vislumbrar a Nuestro Dios impartiendo justicia.
Mis familiares habían capturado a una docena de partidarios de El Hereje que no se arrepentirian nunca y esperaban el retorno del, para ellos, Legitimo Sumo Sacerdote.
Yo misma di la orden de lanzarlos por los acantilados para que se estrellasen contra las rocas y alimentasen a los hijos del océano que allí morasen.
"Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte.”
Sven Gonush, El Protector, tio del Sumo Sacerdote, hermano menor del Patriarca Gonush (30)
Prácticamente me crié junto a mi sobrino. Fue ungido como Sumo Sacerdote y seguí a su lado. El cumplía con sus deberes, pero siempre podíamos pasar algo de tiempo con nuestro sobrino, mi hermana Freya y yo, nos criamos juntos y él siempre ha tenido a bien mantenernos a su lado.
Seguimos la Estela de espuma de Nuestro Señor El Profundo, lo que nos tenga deparado así lo aceptamos y por su obscura y abisal Gracia nosotros cumpliremos nuestra labor.
No hace mucho que mi hermano Erik Gonush, nuestro Patriarca me confirió el hacha y la lanza de Protector, aun soy joven y fiero, mi esposa es fértil y fogosa y me quedan muchos años para servir al Sumo Sacerdote. Así lo tenga a bien El Profundo.
"Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte.”
Mi sobrino Einar, el segundogénito de la rama central ha de prepararse para adoptar algún día el papel de Patriarca y bien Astrid, su hermana, también tomará el papel que le corresponde dentro del clan.
A mi otro hermano solo le interesan los barcos y “difundir las enseñanzas de El Profundo con su propia simiente.”
Freya, por último es indomable como las mareas, dura como las rocas de un acantilado y tan fiel y devota a nuestro sobrino y a Nuestro Dios que encaja como Buscadora de Reliquias.
Considero que estos son los designios de El Profundo hacia mi y mi recompensa por servirle es tangible, honrosa, grata y provechosa.
"Que el mar sea fértil; dador de vida y muerte.”