La reunión fue convocada a toda prisa por el Gran Maestre Pycelle. El cuervo había llegado pronto en la mañana y poco después un mensajero con mayores detalles. La situación era tensa y faltaban consejeros pues tanto Lord Gerold como Lord Lucerys y Lord Varys se encontraban fuera de la ciudad. Así pues, con tan pocos hombres y ante tan importante asunto el propio rey hizo acto de presencia en la reunión.
El Gran Maestre expuso la situación Ser Oswell Whent y Ser Willem Darry (con ayuda de muchos otros) habían logrado rescatar a Lady Barbrey Dustin de las mazmorras de Aguasdulces y ahora mismo viajaban con destino a Desembarco con Lord Hoster Tully preso, acompañados por al menos un tercio de los señores de los ríos. Pero muchos otros se pusieron del lado de Lord Hoster que niega las acusaciones y parece sugerir que todo es una conspiración en su contra. Hay movimientos de tropas y parece que al menos Seto de Piedra, pero probablemente muchos más, están reuniendo a las levas.
—¡Traidores! ¡Estoy rodeado de traidores!— el rey tenía un día intranquilo —¡Que lo quemen nada más llegar! ¡Que todo aquel que convoque tropas sea castigado!
—Mi señor—dijo Lord Chested —Quizás fuera más prudente celebrar un juicio, y seguro que Lord Lannister tiene ideas sobre como tratar aquellos que violen la paz del Rey
– Aún sabemos poco, Su Majestad. – Dijo Tywin pausadamente. Era un tema delicado y había varias formas de abordarlo por lo que precipitarse era invitar al desastre. – Esperemos al menos a escuchar a Lord Hoster para poder tomar decisiones; sigue siendo el Señor de una de las Grandes Casas de Poniente: actuar contra él sin juicio puede provocar un levantamiento.
No me miréis así, Majestad. Que los Ríos se levanten es un asunto serio y estoy seguro que no será aislado. Hay alianzas y pactos que cumplir, y la presión de otros señores puede obligarnos a ceder y demostrar debilidad. Sólo si estamos seguros de que contamos con la fuerza suficiente podríamos actuar contra los Ríos.
La Mano del Rey entrecerró los ojos y parecía que pensaba en algo. Levantó su dedo índice pidiendo que le concedieran unos segundos para poder elaborar una frase y finalmente lo expuso.
– ¿Por qué raptaría Lord Hoster a Lady Dustin?
Dejó la pregunta en el aire. La había hecho con toda la intención del mundo y no era otra que ver la reacción de Aerys y saber qué opinaba al respecto.
—Siempre tan prudente, siempre tan sabio— el humor del rey pasó de la furia a la complacencia en tan solo un instante —el mejor de los sirvientes que un rey pudiera tener. Tenéis razón, tenéis razón. Actuemos con cuidado, escuchemos a Lord Hoster, quizáis tengáis razón y no haya sido su plan, ¿pero qué hacía Lady Dustin en sus mazmorras entonces?
Las puertas del salón del consejo se abrieron de par en par y Ser Oswell Whent, visiblemente cansado y con manchas de sangre en su blanca capa, entró en el salón.
—Mis señores, mi rey— comenzó a hablar el capa blanca —Entiendo estáis al corriente de los sucedido en Aguasdulces. Lord Hoster Tully está en la Forteleza Roja, al igual que Lady Dustin y los norteños, mas Ser Willem Darry está herido, Ser Brynden Tully al mano de una hueste de Seto de Piedra y Árbol de los Cuervos nos interceptó a pocas leguas de la ciudad acabando con muchos buenos hombres pero siendo rechazado.
—Lord Tywin, ¿es esto suficiente prueba para actuar contra los ríos?— preguntó Lord Chested
– Han atacado al rey. Hay que convocar vasallos. – Dijo tranquilamente, como si la noticia no le afectara hasta que, sin embargo, se traicionó a sí mismo. – Mi hijo Jaime. ¿Dónde está?
La expresión del rostro de Tywin parecía comedida pero su tono amenazaba tormenta. A nadie le cupo duda que si Jaime había sufrido daño, la sangre iba a manar a raudales.
– Junto a vuestro hermano. Están bien, Lord Mano.
La comunicación no verbal de Tywin indicaron que se relajó y volvió a centrarse.
– Preparémonos. Majestad, convocad un consejo de guerra.