El día era demasiado frio incluso para la estacion otoñal. El viento fuerte soplaba desde el norte e inflaba las velas de los barcos a su maxima capacidad. Parecia que algun Dios los invitaba a levar anclas y salir de alli… pero ese no era el cometido de Sr. Harlaw.
La flota habia arribado a las Islas Escuido, siguiendo expresas directivas de Lord Balon quien le habia encomendando personalmente tomar aquel paraje. La comitiva habia negevado a mar abierto y sufrido las inclemencias del tiempo pero habian llegado en una pieza.
Desde su barco, Sr. Harras avistó la primera isla y llamo a su escudero — Marq — Grito a toda voz a fin de evitar que el viento lleve sus palabras. Marq Volkmark, un inutil y bueno para nada, que habian puesto a su cargo pegó un salto al oir su nombree. Su Padre, señor de alguna isla menor, habia implorado a Lord Harlaw que aceptara a su hijo y que lo instruyera en los nobles designios de la caballerosidad y la lucha por el honor. Lord Harlaw se habia cagado de risa por mas de medio dia luego de recibir la carta.
Marq se acercó a toda velocidad trayendo consigo los pertrechos y armaduras. — Si mi señor, aqui estoy mi señor — dijo el muchacho sin siquiera verlo a los ojos. << A este paso no durara mucho >> sentencio su caballero. Tomando las cosas del muchacho ordenó a la flota avanzar a toda velocidad a fin de dar el golpe al enemigo. Los tombores resonaron y las velas negras al viento, ondeaban con una impetud que parecian vaticinar el destino de aquella pobre gente. Los gritos y alaridos de los remeros y marineros parecian denostar la avaricia y lujuria que despertarian al saquear aquellos lares.
Sr. Harras volvio a entonar su voz — Hijos del Hierro — su voz atravesaba el sonido del oleaje y el ruido de los cascos chocando con el mar — En nombre de Lord Balon, tomaremos estas tierras como nos fue ordenado — La multitud rugia de euforia, es mas, parecian animales sedientos de combate. Dejo que los sonidos de la naturaleza invadieran aquel escenario y que, si bien el mar y el viento hacian lo propio, una calma los envolvio. Como si el sonido del mar y el viento, fueran el silencio para los hijos del hierro, un sociego que los invadia y daba tranquilidad antes del combate.
El barco de Sr. Harras fue el primero en tocar la madera del enemigo. El choque fue brutal pero que el caballero aprovecho para saltar sobre el puerto. Anocher hizo un ruido sordo al salir de su vaina y el primer tajo cortó a un hombre en dos. Los barcos se agolpaban en la costa, mientras que los lugareños corrian a refugiarse en el castillo. Sr. Harras no miró atras, dejo que los hombres mataran y se divirtieran. << Creo que ni aunque quisiera… podria detenerlos >> lo que podia si era poner fin al ataque.
Con su escudero a su lado, avanzó sin mayor problema hasta las puertas del castillo. Un castillo que parecia poco defendido. Miro a su escudero — ¿Que ves muchacho? — Marq ni se atrevio a levantar la mirada — Levanta la mirada cuando te hablo. Dime. ¿Que ves? — Marq miro al castillo lentamente y casi con dudas respondio — No… no… no esta… bien defendido — Sr. Harras asintio. << Bueno, no es tan tonto despues de todo >>.
El caballero desembaino su espada, a fin de que quedara a la vista de todos. — Yo. Sr. Harras Harlaw os desafio a un combate individual. Si pierdo, nos retiraremos sin hacer daño alguno — <<Bueno, sin hacer mas daño del ya hecho>> Pensó — Si gano, tendran que rendir el castillo. Sino aceptais mi propuesta ordenare asaltar el lugar — <> pensó Sr. Harrras. Sino lo hacian, se ensañarian con aquellas personas.
El septon se asomó por muralla — Sr. Harlaw, es bien conocida su reputación y la de su padre ¿Tenemos su palabra de que no ocurrira una masacre? — El caballero miro a su escudero, quien lo miraba y muy a su pesar en dicha miraba le hacia pesar los codigos de la caballeria <> Penso mientras sacudia la cabeza y luego volvio a mirar al Septon — Saquearemos y tomaremos el botin de guerra, pero si, no cometeremos ninguna masacre.
Momentos despues, delante de aquel duo les llegaba el sonido de las puertas del castillo abriendose y por detras… el alarido del pueblo siendo saqueado. La conquista es Nuestra