La Posada del Desconocido

En un lugar indeterminado, junto a un camino sin nombre ni rumbo o dirección, se encuentra un edificio de dos plantas, con la base hecha de mampostería de piedra unida con cemento de cal y la parte superior hecha con entramado de madera y revoque de cal. En la puerta del edificio cuelga un cartel que se mece suavemente aun que no haya ninguna clase de brisa presente, y en este cartel se puede leer "La Posada del Desconocido". Aquellos que provienen de Poniente lo ven escrito en la lengua común de Poniente y aquellos que provienen de más allá del Mar Angosto juran ver el nombre escrito en su lengua natal sea esta Myriense, Asshai, Alto Valyrio o la lengua de las Islas del Verano.

Cualquiera que se adentra en este edificio puede encontrarse con gentes de todo tipo, en una mesa se sientan tranquilamente Lord Renly Baratheon junto a su esposa Margaery, su cuñado Ser Loras y la abuela de estos, Olenna Tyrell.

Un poco más allá, Cersei comparte una mesa para dos con su hermano Jaime y no muy lejos de ellos, Robb Stark y Stannis Baratheon se sientan junto a algunos señores norteños.

La idea es que aquí podamos tirarnos beef de PJ a PJ, estemos o no estemos en el mismo lugar físico en la partida, así que ea, a rolear y a disfrutar. (Que nadie se ofenda y se tome este hilo en serio por favor).

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-Yo la verdad es que estoy un poco quemado -dijo Robb.

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Lord Renly dejó su mesa, avanzando con paso tambaleante, el brazo derecho en cabestrillo, mientras el izquierdo servía de apoyo en un bastón adornado con la cabeza de una cierva. Alrededor de su cabeza un vendaje tapaba parte de una de sus cejas, con un leve tinte oscuro por la sangre seca.

Llegó a la mesa donde se encontraba Lord Robb y tomó asiento junto a él. ¿Primera vez? Dijo con una amarga sonrisa mientras una joven moza acudía a llenar una copa de vino para él.

Por favor, LORD CLEMENT, contadle a mi hermanita la historia de la tormenta de Rocadragón —dijo el príncipe Tommen con entusiasmo—. Es una de mis favoritas.

LORD CLEMENT CRABB el Tritón sacó pecho orgulloso. A pocos les era concedido el honor de cenar con unos príncipes del reino, y le gustaba hablar de sí mismo y de sus hazañas en la mar que le habían hecho ganarse su justa reputación.

Sucedió hace dos años, cuando navegaba cerca de Rocadragón, de vuelta a mi hogar, mi príncipe. —de repente, LORD CLEMENT empezó a hablar con un tono de voz más dramático—. Era noche sin luna, negra como el carbón, cuando surgió de la bruma, una bestia con más calva que cabeza que parecía muerta en vida…

¡Ah, qué espanto! —exclamó Myrcella—¿Y qué fue lo que hicisteis?

¡Arrrr! Les dije a mis hombres, ¡izad la mayor, marineros!..

Pero de repente, LORD CLEMENT CRABB calló. Tommen y Myrcella se empezaron a mirar dubitativos, esa pausa no era natural, el Tritón no quería añadir dramatismo a su historia, allí pasaba algo. Observaron atónitos como su aspecto se transformaba, sus ojos se tornaron azules, su pelo castaño se deshizo para dar nacimiento a una brillante e impresionante calva. Empezaron a escuchar un rechinar de dientes tan fuerte que creían que la dentadura de aquel demonio iba a salir disparada de su boca en cualquier momento. «¡Es la bestia calva, ha venido a comernos!», pensó Tommen asustado. Y de repente, el monstruo habló.

SOY EL LEGÍTIMO REY.

Los dos príncipes chillaron, asustados. Y poco después, Tommen estaba en su alcoba personal, en la comodidad y seguridad de su lecho de plumas. Sólo había sido una pesadilla, ¿verdad?


En el interior de torre derruida de Asshai, Dany sonreía delante de una vela de cristal. Cada vez tenía más poder y su influencia llegaba más lejos. Se quitó entonces una de sus sandalias y admiró la belleza de su pie desnudo. Pronto esa visión se haría recurrente en muchos señores de Poniente.

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