– Me voy a cagar en sus muertos uno detrás de otro–, espetó Simon tras bajar de su montura y dirigirse con paso poco grácil hacia la posada. – Me voy a acordar de esto toa mi puta vida.
Los hombres con el blasón Strong que acompañaban al castellano de Harrenhal mantenían una distancia prudencial, algunos incluso discutieron para poder quedarse atrás a ocuparse de los caballos porque ya sabían que cuando Simon estaba de aquel humor lo mejor era poner tierra de por medio. Y es que el pobre hombre estaba sahornado de tanto cabalgar.
Una hora más tarde y tras unas rondas de patatas asadas regadas con cerveza negra, los ánimos habían mejorado ostentosamente. Las bromas y la camaradería eran dueñas y señoras de la mesa y siendo, como eran, ribereños y vecinos hasta los demás parroquianos y dueños de la posada se habían contagiado.
– Pues yo me la follaba– dijo Gunther asintiendo convencido de que podría hacerlo si quisiera.
Simon se atragantó con la cerveza al empezar a reír - escupiendo a Jeff que estaba con la boca abierta a punto de comerse un trozo de salchicha - y después de limpiarse los morros palmeó la espalda de Gunther.
– Primero, que ella sería la que te follaría a ti, dijo con guasa. –Segundo, que hay que ser mu desgraciao para querer tener a la Berta cerca. Ostia puta, que esa no te come la polla, que a esa le comes el coño tú.
– ¿Y qué? Me lo comía a gusto.
– Hay que ser tonto y degenerao. A ti en tu casa lo que pasa es que te mandan tanto que ya estás acostumbrao a agacharte.
La mesa entera empezó a reírse a carcajadas salvo el pobre Gunther, que no quiso replicar porque se le vino a la cabeza la imagen de su mujer riñendo y porfiando.
– Que la hijaputa le ha sacao doscientas cabezas de ganao. Hay que ser cabrona.
– Doscientas una–, apostilló Willy ganándose una colleja de Jeff.
Durante unos segundos la mesa quedó callada esperando la reacción de Simon. Los dedos del castellano tamborilearon en la mesa y con la otra mano sopesaba la jarra de cerveza casi vacía.
– Doscientas una. Me cago en sus muelas– dijo finalmente y apuró su cerveza para a continuación pedir otra ronda.