PoV
Jon Connington
Token
Jon Connington (Es el máximo responsable de la facción y suele estar dirigiendo todos estos asuntos)
La Compañía Dorada (De por si su marcialidad, fama y experiencia, impresiona y favorece el buen trato de los políticos, que no olvidan Qohor)
Elefantes de Guerra (Si se quiere impresionar y agasajar no tiene la compañía mejor espectáculo que el de sus elefantes)
Misión
Impresionar a los magisteres escogidos, los mas cercanos a la compañia, para ir afianzando un bando en la política lysena y conseguir su apoyo en el futuro.
Roleo
La compañía dorada había decidido invitar a un selecto grupo de magísteres a su acantonamiento principal, situado extramuros de Lys. La ciudad había crecido hasta ocupar prácticamente la totalidad de la isla, dejando buena parte de sus barrios fuera de sus muros antiguos, lugar donde habían permitido a la compañía dorada asentarse. De todos modos era habitual para la compañía que no la permitiesen habitar en el interior de las ciudades dada su condición de mercenaria. Por eso montar su campamento era algo que habían sabido elevar casi hasta la categoría de arte marcial. Todo el perímetro estaba rodeado por empalizadas de madera que delimitaban el campamento dejando solo unos pocos metros con las primeras edificaciones civiles. La planta cuadrangular de la misma era custodiada por nueve torres que se elevaban unas varas más sobre la empalizada y en cuatro tres de ellas había una amplia puerta a su lado. Por cada una de estas podían entrar una docena de hombres hombro con hombro y era custodiada por cuatro soldados en su exterior. Está forma de actuar era la más propicia para evitar incidentes. Controlando a los que salían y entraban se evitaban muchos disgustos y miradas indiscretas.
Dos oficiales de la compañía, entre los que se encontraba Griff, aguardaban en la puerta con una docena de soldados perfectamente uniformados. Todos se irguieron al ver a la comitiva de magísteres y su escolta acercarse por el adoquinado. Los saludos protocolarios entre oficiales y gobernantes se extendió todo lo debido y algo más dada la tensa situación vivida días atrás, con muestras de afecto y halagos varios hacia los anfitriones de la compañía.
Nuestro comandante en jefe ha querido agasajaros con un pequeño festín y una demostración de cómo se entrena a nuestros elefantes - explicó Griff mientras guiaba a los lysenos por el campamento hacia el patio central. Era cierto que entre otras cosas iba a haber un pequeño intercambio de oro de manos para conseguir que la estadía de la compañía en la ciudad no se viese menguada tras el último incidente y para, llegado el momento, recibir quizás apoyo de la ciudad libre. – Organizamos este pequeño patio de armas para poder mantener a la tropa entrenada y a las bestias en forma – explicó el caballero al llegar junto a la pequeña tapia que separaba la zona de maniobras de la exterior. Los magísteres se colocaron junto a Griff y cuando el otro oficial hizo la señal, los elefantes, custodiados a escasos metros hicieron su aparición. Eran bestias inmensas, mucho mayores que un caballo de guerra. Sus largos y afilados colmillos intimidaban a cualquiera y su gruesa piel era difícil de atravesar para cualquier saeta. Aquellos animales eran una de las mejores armas de que disponía la compañía para batallas campales.
Los elefantes y sus cuidadores realizaron sus ejercicios mientras Griff y el otro oficial iban explicando detalles y contando anécdotas para amenizar la visita. Los lysenos no habían visto muchas de aquellas bestias, y menos tan bien entrenadas. Griff creyó ver caras de aprobación e impresión entre los invitados conforme avanzaba el entrenamiento y cuando al rato el calor empezó a ser molesto decidió llevar a sus visitantes hasta la tienda del comandante, el lugar donde iba a celebrarse el festín. La tienda del lord comandante Harry Strickland estaba situada en el centro del campamento y era inconfundible. La enorme tienda dorada estaba delimitada por picas clavadas en el suelo con las calaveras de todos sus comandantes repujadas en oro. En su interior el comandante, Balaq el negro, Denis Strong, Lorimas Mudd y alguno más aguardaban la llegada de los magísteres. Se volvieron a celebrar corteses saludos protocolarios y los caballeros de la compañía agasajaron a sus invitados conforme iba llegando la comida desde las cocinas del campamento.
No fue hasta pasado un rato del inicio de del banquete que el comandante, bajo indicación de Griff, sacó el tema de la política, disculpándose con sus invitados por el incidente dorniense y entregando como “ofrenda y perdón” collares de oro a todos ellos. Y no fue sino hasta que pasó ese momento que Griff sustituyendo al comandante decidió hablar de la situación en Poniente según había oído “de boca de un caballero dorniense conocido suyo” – y díganme mis ilustres magísteres, ¿es cierto eso que se cuenta ahora? ¿Sobre Poniente se cierne la guerra de nuevo? – preguntó dejando que los magísteres hablasen antes de proseguir. – Desde la caída de los Targaryen los Siete reinos no han encontrado paz, necesaria para el comercio, ¿no opinan igual? Dicen que aún queda una Targaryen en oriente … - dejó caer, esperando a ver que decían antes de dar un paso más o volver para atrás. De momento no había comprometido nada, solo era un tanteo.
Objetivo
Conocer la postura del gobierno de Lys sobre los Targaryen y en caso de ser positivo, acercar posturas
Ruta + Tiempos de movimiento
No hay