Misión 1: El Auténtico Testamento del Buen Rey Viserys

PoV

Ser Otto Hightower, La Mano del Rey

Mano del Rey de Viserys, y de su padre antes que él, y previsiblemente de su hijo cuando se produzca el desgraciado hecho biológico, Otto Hightower es el reino. Excepto por un breve y absurdo interludio en el que su legítimo poder fue usurpado por el incapaz Lyonel Strong, Otto ha manejado de manera brillantísima los asuntos del reino durante tres décadas mientras los monarcas festejeaban, fornicaban, y se paseaban por ahí en sus dragones.

De joven forjó una docena de eslabones en la Ciudadela, pero sus soberbias aptitudes se habrían desperdiciado de haberse entregado a la prosaica vida de un maestre. Él estaba destinado a cosas más grandes, como pronto quedaría en evidencia, al ser llamado para su primer mandato por un Jaehaerys que había quedado impresionado por lo que había oído del joven. Y ahora no solo es la Mano del Rey, sino el padre de la reina y el abuelo del futuro rey. La historia del ascenso de Otto Hightower es quizás la más espléndida e impresionante que los Siete Reinos hayan conocido.

Hay quien le acusa, como el príncipe Daemon, de ser un manipulador despiadado y un hombre insufriblemente arrogante. Esto se debe a que dichos señores se mueren de envidia porque se saben muy inferiores en todo a Otto. Y como no le pueden superar, no les queda otra que vilipendiarle y acusarle de cosas que no son verdad.

Tokens

Yo soy el reino

Guste o no, Otto es un hecho de Poniente. Tiene la autoridad innata que se deriva de haber estado en el cargo tanto tiempo que la mayoría no pueden recordar ni quien vino antes que él. A pocos les cae bien, pero están acostumbrados a tratar con él y aporta al reino una necesaria estabilidad. Aunque sea a desgana, llevan tanto tiempo obedeciendo a Otto que resulta difícil pensar en hacer otra cosa.

Por las leyes de los dioses y los hombres

Aegon es el heredero varón de Viserys. Su padre se sienta en el trono, y cuando él falte, Aegon lo hará después de él, portando su corona y regalías. Así es como son las cosas y así seguirán siendo. Cualquier pretendiente al trono haría bien en recordar que una cosa es pretender algo, y otra muy distinta ostentarlo.

Ejércitos

Objetivo

Se escribe y firma un testamento, más falso que un billete de 7 euros con la cara de Froilán, en el que se nombra a Aegon heredero.

Misión

Otto conoce a Viserys como nadie, sabe perfectamente su manera de expresarse y conoce su firma, que seguro que ya ha falsificado alguna vez antes por el bien del reino. En el testamento se explican brevemente los motivos del cambio de parecer y se nombra inequívocamente a Aegon rey.

Localización

La Fortaleza Roja, la Torre de la Mano

Roleo

Dictado por el Rey Viserys, el Primero de su Nombre, Rey de los Ándalos, de los Rhoynar y de los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos, Protector del Reino, a su más fiel sirviente, Ser Otto Hightower, Mano del Rey:

Viendo cerca el fin de mis días, queda pendiente un asunto que a mi pesar me atormenta, y es el de mi sucesión. La buena princesa Rhaenyra, mi orgullo y alegría, fue nombrada en una época pasada mi heredera, y recibió el juramento de lealtad de señores a lo largo y ancho de Poniente. Hallándome, como me hallo, al final de mis días, y sabedor de que estas disposiciones no se harán públicas hasta después de mi muerte, poco sentido tiene ya ocultar que el principal motivo para nombrar a Rhaenyra mi heredera era evitar por cualquier medio que mi hermano Daemon llegara al trono, pues aunque no carece de virtudes, entre ellas no está la piedad ni el apetito por la justicia, y de llegar al trono sumiría a Poniente en el caos y la desolación.

Mucho han cambiado las cosas desde entonces. Mi esposa, la Reina Alicent, me ha dado tres hijos varones, todos muchachos fuertes de cuerpo y mente, mientras que mi querida Rhaenyra, que siempre será la niña de mis ojos, se ha alejado cada vez más de mi lado, y ha decidido unir su destino al de mi hermano Daemon. No siento ya que el reino esté seguro en sus manos, ni es necesario contravenir las leyes y tradiciones que por siglos han regido la sucesión, y que fueron confirmadas más allá de toda duda con mi misma elección como rey.

Y es por esto que nombro a mi hijo Aegon heredero al trono, a todos los efectos. En cuanto a mi hija, Rhaenyra, ordeno que el título de Princesa de Rocadragón le sea confirmado y se le deje hacer pleno uso de él hasta su muerte, tras lo cual pasará como es costumbre al hijo del monarca reinante, sea Aegon, su hijo, o quienquiera que fuere; en tanto en cuanto, por supuesto, acuda a Desembarco del Rey y jure lealtad a su hermanastro.

Y quieran los Siete que todo el Reino vea en esta justa disposición una manera de resolver este desagradable asunto mediante las armas que durante mi reinado he empleado: la paz, la justicia, y la concordia.

En la Fortaleza Roja, en el primer día, de la tercera luna, del año 129 desde el desembarco de Aegon

Viserys Targaryen (firma)

El testamento es dado a conocer, consigues que Aegon sea reconocido como rey en la Fortaleza Roja sin mayores problemas pero tras la lectura del mismo intuyes que hay nobles presentes en la Fortaleza Roja que desde luego no tragan muy bien lo que consideran un embuste… aunque son más inteligentes que Beesbury y no dejan ver sus cartas con facilidad, claro.