Misión 1: Nadie es profeta en su tierra

PoV

Larys Strong

Larys padeció de un pie equinovaro durante toda su vida, el cual arrastraba cojeando. Larys es un hombre reservado, pero amable cuando le es necesario. Raramente habla en las reuniones del Consejo Privado, prefiriendo siempre escuchar. Sin embargo, cuando habla, lo hace con elocuencia, compartiendo palabras de gran importancia. Como Consejero es enigmático y astuto. Larys es una persona asustada y su miedo proviene de los dragones; por extensión, cree que los Targaryen son lo que mantiene a los dragones en Poniente y, por ello, deben caer para que caigan las bestias. En realida da Larys el orden de quien cae antes no le importa, siempre que desaparezcan tanto los dragones reales como aquellos que los llevan como emblema.

Pastor

Pastor es un hombre manco, devoto y demente. Va siempre sucio y hediondo, descalzo y con un cuenco mendicante al cuello. Su aspecto pálido y su olor le da el aspecto de un cadáver, por lo que Champiñón lo llama el Pastor Muerto . Sin embargo, Pastor no es exactamente lo que algunos creen que es. Pastor, cuyo nombre se ha perdido en el lodo de Desembarco del Rey, era un criminal al que Larys Strong salvó de la muerte permutándola por la pérdida de una mano - de asesino pasó a ser ladrón - y desde entonces es un agente del Patizambo. Desde el momento en que se puso al servicio de Larys, Pastor trabaja para hacer caer a los dragones.

Tokens

El Patizambo

Larys Strong es tanto PoV como token.

Larys Strong participa activamente en la misión coordinándose con Pastor.

El Fraude

El clérigo conocido como Pastor sirve lealmente a Larys, su valedor y el único que lo protege de una muerte segura.

Pastor participa activamente en la misión coordinándose con Larys Strong.

Consejero de Rumores

Larys tiene una red de informantes y de agentes que van desde meros soplones a torturadores de las Celdas Negras. Como miembro del Consejo Privado, además, tiene acceso a información de primera mano sobre lo que acontece tanto en el Reino como en Desembarco del Rey.

Larys se asegurará que la información sobre la muerte del Rey llegue en el momento en que cause mayor impacto.

Ejércitos

No

Objetivo

Cimentar la credibilidad de Pastor en cuestiones de la Fe para que sus palabras sean tenidas en cuenta.

Misión

Larys Strong es uno de los pocos que conoce la noticia de la muerte del Rey. No solo eso, tiene en su mano tanto el poder usar esa información como denegar el acceso a la misma. La información es poder, todos lo sabemos, y controlar el flujo de la misma convierte una noticia impactante en una profecía. Por ello, Larys se coordinará con Pastor para que este profecite la muerte del rey Viserys y la asocie a una lucha entre dragones. Así, una vez se conozca la muerte de Viserys, la primera parte de la profecía se cumplirá; por otro lado, Larys trabajará (en futuras misiones y relaciones con jugadores) para que haya una guerra entre los Negros y los Verdes, cumpliéndose la segunda parte de la profecía.

Localización

Desembarco del Rey

Roleo

Acaba de dejar atrás la Sala del Consejo pero la mente de Larys bullía con los siguientes pasos a dar. Dejaría que el resto de Consejeros y, por supuesto, la reina y su padre, prepararan su golpe de efecto para sentar a Aegon en el Trono pues poco le importaba al ladino Consejero de Rumores; no cabía duda que Lord Strong iba a reunirse con su red de informantes para evitar que la noticia sobre la muerte del rey saliera de la Fortaleza Roja pero lo que quedaría en la oscuridad de los callejones de Desembarco del Rey era que el propio Larys iba a propagar esa mala nueva.
En su mente preparaba el discurso cargado de teatralidad necesaria para que calara entre la masa ignorante, sabía qué palabras elegir para que Pastor pudiera repetirlas, incluso personalizarlas, y hacerlas suyas. “He visto al Padre llorar por la muerte de nuestro rey”, “Fuego y Sangre”, “caída de los dragones”, “recemos, hermanos, para dejar de ser ovejas para alimentar a los dragones”.
A Larys le costaba llevar el ritmo de su mente a causa de su renqueante pie. Ojalá tener unos pies tan bellos como la reina Alicent. Quizás algún día pudiera tenerlos, quién sabía.

Pastor cada vez moviliza más y más gente, su último sermón, frente a la colina de Rhaenys (con el pozo dragón en lo alto) atrajo a un millar de seguidores, ante la atenta mirada de los Capas Doradas.

Pastor queda retrasado hasta el miércoles

Y te pongo deberes, cúrrate un roleo para poner en público, me lo pasas y lo cuelgo yo.

Estaba esperando la resolución para esto :wink:

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La plaza estaba abarrotada de personas, y millares de ojos expectantes buscaban a Pastor, cuya figura delgada se alzaba sobre una plataforma improvisada. El viento agitaba su túnica, su voz resonaba en el aire y los murmullos se callaban conforme comenzaba su diatriba. A espaldas del clérigo, Pozo Dragón se vislumbraba y era fácilmente reconocible por sus volutas de humo ascendientes.

“¡Escuchad, hijos del tiempo y del destino!", comenzó el profeta, alzando su única mano al cielo grisáceo. “Las siete estrellas han hablado, y he venido a revelaros el futuro del trono que gobierna esta tierra.”

La multitud murmuró, temerosa y ansiosa. Los rumores acerca de las profecías de Pastor se habían propagado y eran muchos los que querían presenciar lo que tuviera que decirles a las masas.

"Escuchad las palabras del profeta Malach quien en tiempos de los ándalos y bajo el auspicio de los Siete nos habló de la estirpe del dragón.

El primer rey nacerá bajo la sombra de una montaña de fuego y subyugará a los pueblos. Suyo será el símbolo de las tres cabezas."

Algunos en la multitud intercambiaron miradas de incertidumbre, preguntándose si aquel primer rey ya había caminado entre ellos. Fue un septón el que alzó la voz y gritó el nombre de Aegon el Conquistador ganándose abundantes murmullos de aprobación ante tal apreciación.

“El segundo rey”, prosiguió Pastor, bajando la voz, “verá levantarse a los justos. Su corazón pertenecerá al océano y morirá joven y desdichado.”

Los rostros de los oyentes reflejaban pena ante la suerte de aquel rey que hubo quien reconoció como Aenys I.

“El tercer rey”, añadió con un tono más bajo y solemne, “será nombrado con rencor, pues su crueldad será legendaria. Su reinado no conocerá paz, pues el fuego que lo envuelve devorará tanto a amigos como a enemigos. Un trono de hierro será su lecho de muerte”.

A nadie se le escapó quién hablaba Pastor mas en ese momento hubo cierto grupo que había acudido no para hacer reverencias al clérigo sino para todo lo contrario.

“Hablas mucho pero cualquiera es capaz de profetizar lo que ya ha pasado”, dijo un caballero, “todos sabemos qué hizo Maegor el Cruel y cómo murió!”.

El aire se tornó denso con el peso de las palabras del caballero y varios fanáticos se arremolinaron en torno a este y sus compañeros; la guardia de la ciudad, atenta, tomó posiciones si bien el hecho de que los descreídos portaran armas frente a los fieles auguraba que no pasarían de los insultos.

“Pero estas no son mis palabras, sino las de Malach y él nos habló de los reyes mucho antes de que los dragones pusieran sus zarpas en nuestras tierras. Habló del cuarto rey, de la conciliación con la Fe y la esperanza de que los reyes dragón venían a hacer el bien.”

“¡Fue un buen rey!” se oyó gritar desde algún punto lejano, “las profecías se equivocan”.

Pastor no se dejó aminalar y señaló el Pozo Dragón y después a toda la muchedumbre.

“¡Muchos de vosotros escuchasteis de mi boca la profecía del buen rey Viserys!¡Repetidlas!¡Repetidlas!”

Algunos cayeron de rodillas, otros cruzaron miradas de desconcierto. El profeta alzó la mirada hacia el cielo, donde las nubes comenzaban a arremolinarse como presagio de tormenta.

“Y llegará un quinto rey y su reinado será digno heredero del cuarto mas en su seno se gestará el fin de su dinastía”, comenzó a proclamar Pastor mientras muchos de los arrodillados empezaban a asentir y reverenciarlo.

“Así nos fue revelado”, gritaban, “así será cumplido”.

“El Quinto morirá y de su sangre nacerán los últimos reyes dragón que se devorarán entre ellos en una danza mortal”, gritó Pastor y se bajó del púlpito improvisado para comenzar a caminar hacia los caballeros. “y auspicié su muerte porque así me fue revelado. Predije su fin con dolor pero con alivio, porque sabía que los Siete iluminaban mi camino”.

Se hizo un vacío alrededor de los caballeros y Pastor, ellos con las manos en las empuñaduras y el clérigo manco y desarmado pero arropado por cientos, si no miles, de fieles.

“Escuchadme bien, pues esta es mi última profecía: En persecución extrema, en la Fe de los Siete reinará el Ándalo, quien apacentará a su rebaño entre muchas tribulaciones, tras lo cual, la ciudad de las tres colinas será destruida y el Padre juzgará a su pueblo. Fin.”

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