Las pesadillas invadían la mente de Ravella todas las noches. El recuerdo de su padre y sus hermanos muriendo durante la huida de Princesa Rosada le había marcado por el resto de su vida. En sus sueños aparecía Aegon montando a Balerion, dejando tras de si un enorme muro de llamas. Y de entre éstas, Harry el Sucio avanzaba con lentitud, con mirada amenazante, y a cada paso asesinaba a uno de sus familiares. Primero a su padre, después a su primo y Jeor, y por último a su hermano pequeño. Se despertaba temblando, por suerte, como si de telepatía se tratara, siempre que Ravella se sumergía en las peores de sus pesadillas, cuando despertaba, allí estaba Kath para abrazarla.
— Tranquila Ravella, estás en Harrenhal ¿recuerdas? Estamos a salvo, no tienes porque preocuparte.
— Tía Kath, gracias. Las pesadillas son cada vez peores.
— No podemos olvidar lo ocurrido, ni debemos hacerlo. Ese asesino pagará por sus crímenes, así como la casa Hoare. Tu hermana se encargará de ello, ahora es la Señora de los Ríos.
— Cierto — a Ravella no parecía sorprenderle en absoluto. — ¿Donde estaba cuando asesinaron a nuestra familia?, al parecer tenía cosas más importantes que atender en su nueva corte en Harrenhal.
— Tu hermana nunca imaginó que algo así podía ocurrir.
— Cuando un hombre se enfrenta a otro, ambos pueden morir. Ya no puedo confiar en nadie, ni si quiera mi hermana podrá protegernos cuando llegue el día.
En ese momento, el rugido de Balerion hizo eco entre las murallas de Harrenhal. Ravella y Kath se asomaron a la ventana para ver a la enorme bestia planeando sobre el castillo buscando un lugar en el que aterrizar. A medida que se acercaba al suelo pudieron ver su cuerpo cubierto de lanzas y flechas.
— ¿Acaso esa bestia es inmortal? — preguntó Kath, sorprendida por como el animal continuaba volando a pesar de las miles de heridas que había sufrido.
— Dragones… si tuviera uno, ningún hombre volvería a amenazarme jamás — a Ravella le brillaban los ojos.
— Es una pena, al parecer solo obedecen a Aegon y sus dos hermanas, los tres de sangre Targaryen.
— Quizás solamente sea eso lo que necesite, su sangre.
— ¿Que quieres decir con eso?
PoV: Kath Piper
Tokens
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Ravella Piper : se encuentra en Harrenhal. Es una mujer preciosa y cariñosa, le será fácil engatusar a un Aegon drogado. Además se le da bien manejar a la gente, conseguir que hagan lo que ella desea.
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Kath Piper: se encuentra en Harrenhal. Sus dotes en la manipulación le serán de utilidad para facilitar la entrada de Ravella en los aposentos de Aegon, así como asegurarse de que no haya nadie más dentro. Se encargará sobretodo de distraer al escudero de Aegon, quien seguramente se mantenga vigilando la habitación.
Objetivo
Ravella Piper se queda embarazada de Aegon Targaryen.
Descripción
Ravella le cuenta sus intenciones a su tía Kath para que ésta le ayude: aprovecharse del momento de debilidad en el que se encuentra Aegon para intentar quedarse en cinta y tener un hijo de sangre de dragón. Esperarán a que anochezca, Ravella y Kath se ofrecerán para continuar con las curas de Aegon durante la noche, debido a lo agradecidas que están por la ayuda que les brindó en el rescate de Princesa Rosada. Persuadirán a los demás maestres, así como a los guardias, de que se marchen o esperen fuera. Una vez a solas con el Rey Targaryen, lo drogarán para facilitar la “violación” 
. Bien seguro que en Harrenhal disponen de muchos brebajes o ungüentos que facilitarán la tarea. Si Aegon delira, Ravella puede hacerse pasar por una de sus hermanas por ejemplo. Aunque la idea es drogarlo lo suficiente como para que no se entere de lo que está ocurriendo, pero pueda seguir dispuesto.