PoV:
Lord Walder Whent.
Tokens:
Ser Aegon Whent (Estrategia) y Lord Walder Whent (Diplomacia).
Misión:
Cuando tenga lugar la batalla, las tropas de la Casa Whent intentarán colocarse cerca de las del rey Aerys, a poder ser en una posición más bien exterior. Intentarán evitar la confrontación con las tropas de Lannister. A una señal acordada con la Casa Lannister, las tropas se distanciarán ligeramente del ejército del Rey y cargarán contra ellas, intentando sacar la mayor ventaja táctica posible de la sorpresa. Especialmente la caballería (que el ejército 1 tiene como característica), que podrá hacer más daño cargando. (No sé qué ejércitos, de los tres que tengo, has supuesto que van, y cuales se quedan en Harrenhal, podemos decir, por ejemplo, que van 1 y 2 y se queda el 3 en Harrenhal. Ahora actualizo la posición de tropas, si me dices que van/se quedan otros, por supuesto, lo cambio.)
Ser Aegon comandará las tropas, mientras su padre (menos habilidoso en materia de guerra), a su lado, menos intentará evitar el conflicto directo y se dedicar a arengar a los soldados, mantener el orden y observar cómo va marcha la contienda. Si llegara el caso de alcanzar una mayoría, podemos también utilizarlo para, con su habilidad diplomática, conseguir la rendición de alguna Casa temerosa del león.
La idea es atacar a las tropas bajo vasallazgo de Aerys, porque con Arryn tengo una unión matrimonial. Una vez dado el golpe, si se diera el caso de que mis tropas se enfrentaran con las de Arryn, Lord Whent le ofrecería deponer las armas, dejar de apoyar al rey loco y la Casa Whent intercedería para que fuera respetado por la Casa Lannister. Si aún así quisieran luchar, pues na, a luchar, pero yo les he ofrecido un pacto en nombre de nuestro matrimonio, así que puedo considerar que me he guiado por el honor xD.
Roleo:
Ser Aegon entró en la tienda de su padre. El viento soplaba fuerte en dirección norte, y se introducía por los resquicios de la tienda, silbando, casi aullando. Aegon sonrió, se sentía como en casa. La faz de su padre era oscura y seria. Rara vez había visto su rostro ancho y redondo desprovisto de esa sonrisa que tanto odiaba Aegon, pero no le extrañó. Era la última noche antes de la batalla contra Lannister.
-Ven aquí, hijo.
Lo hizo sentarse a su lado. Aegon siempre había odiado el contacto físico, y soportó a duras penas aquel gesto tan familiar de su padre de rodear sus hombros con su grueso brazo. Lo soportó porque Lord Walder estaba serio, y era una ocasión para celebrar. Éste empezó a hablar en susurros:
-Hijo mío, mañana va a ser un día difícil. Hemos soportado durante muchos días la presencia impuesta de las huestes del rey loco, muy en contra de nuestra voluntad, pues están los valores del rey Aerys bien lejos de aquellos de la honradez y la sensatez que siempre ha defendido la Casa Whent, que siempre he defendido yo - hizo una pausa antes de proseguir - . No estoy orgulloso de lo que va a ocurrir mañana, pero no me ha quedado otra opción - Ser Aegon observaba divertido la mueca retorcida de sufrimiento verdadero de su padre - . Mañana… Mañana abandonaremos el lado equivocado en esta guerra, y pasaremos a aquél que me parece… que nos parece más justo y mejor para los hombres de Poniente. A la señal del ejército Lannister, nos separaremos del ejército de Aerys y cargaremos contra ellos. Sé que es una táctica deshonrosa, y me duele en lo más profundo del alma, como se puede comprobar en mi semblante, mas no queda otra opción. En ocasiones, uno debe actuar por el bien de su familia y dejar de lado, siempre que no fuere en gran medida, su propio orgullo y su propio honor.
-No os preocupéis, Padre - respondió Aegon divertido. Él no tendría problemas de conciencia.
-Mírame a los ojos, hijo - y había en ellos un brillo especial, anticipador de la salada lágrima - . Todo quedará entonces en tus manos. Sabes bien que yo no soy ducho en los asuntos de la guerrá. Así que mi futuro, tu futuro y el de la Casa Whent estarán en tus manos. No puedo darte consejos, pues conoces los entresijos de la contienda militar mucho mejor que yo. Te pido sólo que seas fuerte y determinado - tomó su rostro entre las manos. Aegon había empezado a temblar ligeramente - . Has luchado con valentía previamente, pero era al lado de un gran ejército. En esta ocasión, estaremos solos, quién sabe cuán lejanos de los hombres Lannister, y nuestro plan podría salir mal. Mas no desfallezca tu ánimo, no asome la duda en tus ojos, y nuestros hombres te seguirán hasta el final. Confían en ti, hijo, pues han visto lo que vales. Y yo confío también en ti - una lágrima asomaba en sus ojos. Un escalofrío recorrió la espalda de Aegon, cuya voluntad había cedido a la elocuencia y el cariño de su padre - . Puede… puede que no siempre te haya valorado como a los demás. Pero si te he traído aquí es por algo. Si te he traído aquí, a ti y no a tu bravísimo hermano Duncan, es por algo. Puede que no seas el hijo perfecto, ni el guerrero más talentoso, pero eres el mejor de todos en ingenio y encuentro una valentía en tus ojos que no he encontrado siquiera en los de tu hermano. Por eso te he traído, y por eso confío en ti. Alza la mirada, hijo. No temas la muerte, pues mañana cabalgará a nuestro lado.
Y Lord Walder empezó a cantar en voz baja una canción *:
Las tierras, las tierras, las tierras de los Ríos,
las grandes, las verdes, fluviales llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete de Harrenhal,
al sol y a la luna.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras del Tridente, en las herraduras.
Galopa, jinete del río,
caballo cuatralbo,
canto del río que ruedas
por las calzadas y por las veredas.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete de Harrenhal,
que la tierra es tuya.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
*(Adaptación de ‘A galopar’ de Rafael Alberti)
Objetivo:
Dar un golpe por sorpresa al ejército Aerys-Arryn durante la contienda contra Lannister.