Misión 13.2: En Princesa Rosada

Los ejércitos de Aegon alcanzaron Princesa Rosada al poco de la vuelta de Harry el sucio al castillo. El príncipe maldijo sus nombres cuando vio los estandartes que ondeaban bajo el dragón tricéfalo —hombres de los ríos, los mismos que envió para intentar cazar a los Piper— apenas tres millares.

Sus hombres se afanaron a preparar las defensas, las puertas estaban apuntaladas, flechas y arqueros listos y agua, barriles y barriles de agua repartidos por las murallas, Harry había visto los estragos que Balerion causó en Harrenhal y estaba listo para enfrentarse a la bestia. Pronto Balerion apareció cortando el horizonte y sin detenerse se lanzó sobre las murallas del castillo. Sus llamaradas golpearon las murallas una y otra vez mientras los defensores contraatacaban como podían, mas los hombres de Aegon se mantenían en sus posiciones, sin presentar batalla. Harry se preguntaba a qué jugaba el Targaryen, ¿querría provocar que sus hombres le abandonaran? Eran inexpertos y no gustaban de los Hoare, pero en su mayoría hombres de los feudos que detestaban a los dragones incluso más, las llamas del dragón los hacía incluso más leales. Pero entonces ¿porqué no atacaban?

Pronto lo entendió, la bestia los mantenía entretenidos, lejos de la torre del homenaje que no era atacada, el isleño corrió con sus mejores hombres hacia las mazmorras donde los miembros de los Piper deberían estar encerrados solo para encontrar a los guardias muertos.

[…]

Kath conocía el castillo como la palma de su mano, y los Hoare no, solo eso le había permitido esquivar a los guardias y alcanzar las mazmorras sin ser descubierta. Pronto todos marchaban tras ella: Ravella, Jonos, Shella, Hugo, Willas, Peter, Petra y, por supuesto, Lady Anael y Lady Barbara, la viuda madre mientras Lord Halmon y Jeor Ríos cerraban el grupo asegurándose de que ninguno de los chicos quedaban atrás.

Los ruidos de la batalla retumbaban por todo el castillo, pero no tenían tiempo para pensar en Princesa Rosada, la fortaleza era lo de menos, lo importante eran los niños. La comitiva recorrió pasadizos por los subterráneos del castillo hasta un lugar recóndito del patio de armas donde debían esperar los agentes de la hermandad tras asegurar uno de los más pequeños portillos. Mas lo que encontraron fue más parecido al infierno, las llamas de Balerion habían llegado hasta allí y carbonizado a todo aquél que protegía el lugar, Kath pronunció una pequeña oración por sus camaradas caídos andes de comenzar a asegurar el paso de los niños y entonces escuchó la poderosa voz de Harry el sucio.

Parece ser que las ratas escapan guiadas por una zorra— el isleño desenvainó la espada mientras echaba a correr —¡Matadlos a todos!

Lord Halmon, su sobrino Peter y Jeor Ríos no lo dudaron un segundo y tomaron posiciones defensivas en el pasadizo, cortando el avance de los hombres de Hoare, sus escudos repelieron la carga acabando con varios de los isleños que golpearon una y otra vez tratando de atravesar sus escudos mientras Kath lideraba a los muchachos por el portillo. Mas los atacantes eran más numerosos, mejor equipados y más avezados, pronto Jeor Ríos fue alcanzado por un hacha en el pecho y, con un hueco en la línea el joven Peter poco pudo hacer para evitar la espada de un isleño.

Para cuando Harry alcanzó el portillo los muchachos huían guiados por Kath hacia las líneas de los Targaryen, los arqueros de las murallas estaban demasiado ocupados lidiando con Balerion como para ver a un puñado de niños corriendo por la planicie mas Harry el sucio no era quien se diera por vencido.

¡Dame ese arco, inútil!— gritó mientras tomaba el arco y comenzaba a tensar, la primera flecha voló rauda sin encontrar obejtivo, había disparado demasiado rápido, Harry maldijo mientras se tomaba su tiempo para apuntar. La segunda pasó rozando a Lady Barbara a quien le costaba seguir el ritmo de la comitiva. Harry volvió insultó a todos los dioses y hombres mientras volvía a preparar la saeta que cruzó las más de doscientas varas de planicie como guiada por el mismo diablo hasta la espalda del joven Hugo.


El castillo sufre el ataque de Balerion, una y otra vez atacas las murallas pero nunca parece que los hombres de los Piper consigan su cometido. Aegon controla a Balerion sin dificultad que una y otra vez sufre la lluvia de flechas sin retirarse pese a las obvias heridas que cubren sus escamas. Tras muchas horas ves a los Piper huir del castillo y te retiras tratando de evitar que lo peor llegara a pasar.

Kath Piper junto con la mayoría de los hijos alcanzan las líneas Targaryen.
Balerion está cubierto de flechas, sangrando por docenas de heridas, una de ellas clavada justo por debajo del ojo derecho, un poco de mala suerte y tendrías un dragón tuerto.
Has causado numerosas bajas, pero no sabes cuantas exactamente.

Balerion queda retrasado hasta el día 18, está arisco y difícil de tratar, puedes moverlo pero tampoco mucho. Cualquier uso del token hasta que descanse arriesga que pase algo peor.