Misión 14: el castigo del Norte

PoV: Jon Connington

Tokens: Jon Connington, la Caballería del Grifo, el Caballero del Pueblo, Sed de Gloria, Roland Connington.

Roleo:

Hacia el Norte, de nuevo.

Jon recordaba la última vez que había galopado por ese camino. Había sido rumbo al torneo en el que tantas sonrisas habían muerto. En Harrenhal, donde Rhaegar Targaryen había coronado a Lyanna Stark reina del amor y la belleza. Habían pasado meses, pero parecía una vida.

Ahora, a su lado, cabalgaba Robert Baratheon. Su señor, ante el que había vuelto a inclinar la rodilla. Él era Mano del Rey Aerys, al que odiaba. Tywin Lannister también llevaba corona y Hoster Tully, al que había salvado, podía ser su enemigo en menos de unos días.

¿Era esto la vida más allá del verano sin fin de sus cuentos?

-Anímate, Jon. Últimamente vas siempre con el rostro mustio. -Roland estaba a su lado. Siempre había sido más presto a la ira y a la cólera. A Jon solo le movía la pasión y la justicia. Quería a su primo, pero también le preocupaba. Le preocupaba que algún día decidiera que no merecía la pena luchar por lo que creían. - Esta vez venceremos. Y Nido del Grifo está a salvo.

Eso era un consuelo, algo que había hecho bien. Dorian llevaba aprovisionando con víveres el castillo desde hace meses, y las almenas estaban bien guarnecidas. Con Baratheon del lado de Aerys, aunque fuese en una tregua precaria, el este estaba protegido. Nido de Grifos sobreviviría. Y ahora, comenzarían a infligirle daño a las fuerzas de Lannister. Poniente necesitaba unidad.

-Estoy animado, Roland. Solo pensaba en lo que cambia uno en poco tiempo. ¿Queda algo del Jon que fue a Harrenhal?

-Sigues queriendo follarte a Rhaegar. - Roland se lo susurró al oído y le sonrió. Luego habló más alto, ante la cara de vergüenza de su primo. - Sigues queriendo lanzarte el primero al combate, ¡y no te culpo!, ¡gloria, mujeres, canciones! Pero si te matan, no me vengas llorando. Sentaré el culo en el Nido del Grifo y te enterraré lo más rápido posible.

Los hombres rieron. Era bueno para su moral. Jon hizo un amago de sonreír y dio orden de que flameara el estandarte con el grifo rampante. Los hombres vitorearon y rugieron. Al lado, los pendones de la Casa Baratheon y de los vasallos de las Tormentas, pero también de Arryn, de la Corona, de las islas cercanas a Desembarco del Rey y hasta de los Ríos…un ejército para defender no sabían bien qué, pero que podría suponer el final de las pretensiones de Tully y de Stark.

-¡A la guerra!

Misión: mover al ejército hacia las cercanías de Poza de la Doncella, donde nuestros exploradores nos han informado de que está el enemigo (bueno, Varys, concretamente). Baratheon y yo dividiremos nuestros ejércitos para hacer pinza contra el enemigo, mientras llegan posibles refuerzos de Velaryon…y mi arma sorpresa (La Compañía Dorada). Exploradores al frente para ver si el enemigo está en movimiento y, mal que me pese, marchas forzadas.

Objetivo: acercarnos a Poza de la Doncella y preparar posiciones defensivas a la espera de Manu para lanzar EL ASALTO.

Mapa:

Te he puesto en rojo mi ruta, amarillo Baratheon, violeta las fuerzas de Velaryon que ha prometido Hammer y azul la supuesta llegada de la Compañía Dorada este jueves. Todos juntos en unión les daremos un hostión.

Según Valar Tools, a marchas forzadas, dos días y tres horas (3 hexágonos de camino y dos de llanuras). Me arriesgo a forzar para llegar, mando exploradores por delante y confío en que con cinco tokens se minimicen riesgos.

Nadie va con los exploradores pues, a la próxima si quieres acuérdate de especificarlo. Por cierto, Caballero del Pueblo no es un token susceptible de ser usado en una batalla.

Resolución:

El ejército Stark y Tully había emprendido la retirada gracias a los informes recibidos por losc astillos que controlaban en los Feudos, más no pudieron alcanzar la seguridad de sus tierras antes de que le cortarais la retirada por el Camino Real.

La marcha forzada se dio sin problemas pero habéis pagado la rapidez con falta de informaciín, solo sabéis que hacia vosotros avanzan algo más de 25.000 hombres. El terreno es neutral, sin partes negativas ni positivas.

En la noche, una figura encapuchada. Se había colado por entre las defensas del campamento y había llegado hasta la tienda de mando. ¿Cómo?

Lo habían capturado y lo habían traído hasta su tienda…pero Jon conocía aquel rostro. Lo había visto en el torneo de Harrenhal.

-¿Brynden Tully? - No salía de su asombro - ¿El Pez Negro?, ¿cómo?

-Porque sabía que vos no me arrestaríais nada más verme. - Le sonrió. Jon sintió un pinchazo en los calzones. No era Rhaegar, pero aquel rostro…tras el torneo… - Sois un hombre de honor, Connington. Por eso vengo a advertiros.

-¿Advertirnos?, ¿de qué, mi señor? Estáis rodeado. Iba a enviar parlamento para que os rindierais. - Jon sonrió, acercándole una copa de vino. - No os podéis imaginar el precio que pone el rey a vuestra cabeza. Me podría comprar quince panoplias nuevas.

Brynden asintió y le devolvió la sonrisa. Parecía sincero. Le gustaba el Pez Negro. Odiaba estar en el otro bando en la guerra. Odiaba tener que matar a hombres buenos, a hombres de honor.

-Jon, salvasteis a mi hermano de un destino terrible. Y por eso la Casa Tully os está agradecida. Hoy vengo a devolveros ese favor. -Sacó un pergamino de entre los pliegues de su capa. - De mis exploradores. Capturado a un jinete cerca del campamento que tenéis más al Oeste.

Jon deserrolló el documento. El sello era auténtico. Un venado, el símbolo de la Casa Baratheon. Unas letras garabateadas por un maestre, una firma…

Gotas de sudor corrieron por su frente. Miraba y miraba el documento. Incapaz de pronunciar una palabra. Lo que decía…

-Mentís. Esto no puede ser verdad.

-Lo es, Lord Jon. Mirad el sello. - Brynden le dedicó una sonrisa triste. - Os pedimos que nos dejéis pasar, replegarnos hacia los Ríos. No os atacaremos. No daremos cobijo a esta artimaña. ¿Qué decís?

Jon miraba al Pez Negro, luego al pergamino. Brynden, sello, Baratheon, Ríos, mantenerse, replegarse…

Robert Baratheon iba a traicionarlos.


-Que los hombres se preparen. El objetivo ahora es otro. - La sonrisa había desaparecido del rostro de Jon. Ahora solo estaba la seriedad del guerrero. Roland, a su lado, también mantenía el rostro imperturbable. Habían hablado con los capitanes, habían mostrado el pergamino. Su señor feudal iba a traicionarlos.

-Rata inmunda.

Era hora de que la Tormenta tuviera otro señor.

Eeres consiciente de que contigo van tropecientos señores leales a Aerys que aportan gran cantidad de tropas, y hombres del valle leales a Aerys. Los llevas tu porque eres la mano del rey. Pero si haces esto no estoy seguro de que todos te vayan a seguir.

(Órdenes, las que te he dicho. Tokens Roland Connington, Sed de Gloria, Caballería del Grifo, Jon Connington, Myles Mooton y Oswell Whent -> Tropas de la Corona más al norte, el Grifo en el centro y al sur los Arryn. Misión aguantar y golpear hasta que llegue el enemigo y los cerque. He dejado gente de la Corona al Norte para que el ataque enemigo sea más fuerte ahí y tengan posibilidad de huir algunos y apuntarme unos cuantos puntos con ellos + debilitar a Aerys…y a ver qué pasa con Robert)

ROLEO:


-Mis señores, soy la Mano del Rey y a la Casa Targaryen me debo. - Jon enrolló el pergamino. La votación había concluido. - Si consideráis que hemos de combatir contra Tully y Stark pese a esto - Tocó con un dedo el lacre roto del venado. - Entonces así se hará. Pero Robert Baratheon, de desleal conducta y palabra rota, deberá ser llevado ante la justicia.

-Lo será, Lord Jon. Pero después de que se le aplique la justicia del Rey a los que lo han traicionado desde hace tiempo. - Oswell Whent, capa blanca desplegada y yelmo en mano, asintió. - Hoy es la hora de la guerra. Hoy es hora de infligirle a Tywin Lannister una derrota.

-Así será, ¡así será!. - Jon alzó la voz. Los hombres lo miraban- Señores de la Tormenta, de la Corona y del Nido de Águilas. Un ejército de muchos lugares, todos fieles a…¿Aerys?, ¿a los Targaryen?, ¿a él mismo? Ni siquiera él lo sabía. - Señores, es hora de combatir. El enemigo nos supera, pero su intención no es destruirnos, sino escapar. Atravesar nuestras líneas para huir a la seguridad de sus fortalezas. El nuestro es retenerlos y que los refuerzos a los que llamé…acudan.

Miró a todos.

-Y si Lord Robert no acude, después de vencer aquí, ¡lo traeremos ante la justicia!, ¿estáis conmigo?, ¡¿estáis conmigo?!

Nunca había sido hombre de discursos, de palabras inspiradoras para ejércitos. Eran más bien para sí y para Rhaegar, para su amigo. Para los momentos de duda. Jon, el hombro en que llorar, el apoyo más fiel…del hombre que aún pensaba que lo había traicionado y al que hacía casi un año que no venía. Jon Connington, cuyas entrañas ardían con la rabia de haberse enterado de lo que pretendía hacer la serpiente de Robert Baratheon y que detestaban no haber podido dar lo que quería al Pez Negro.

-¡Hombres del Reino!, ¡de las tormentas, de la Corona, del Nido de Águilas!, ¡escuchadme! - Señaló con la espada hacia donde se acercaba el ejército enemigo. Estandartes norteño y de los Ríos avanzando en formación. - Vienen a seguir saqueando vuestras tierras, a traer destrucción. ¡No lo permitiremos! ¡Acabaremos con ellos!, ¡acabaremos con las extremidads de Tywin Lannister!.

Ondeaban los pendones. Sonaban los cuernos. Tras él, el estandarte del grifo relucía. Roland lo miraba y sonreía.

-Lord Velaryon y mi maestre, el fiel Dorian, acuden con refuerzos. Refuerzos que ayudarán a cambiar el curso de esta guerra. Creed en mí. Creed en nosotros. - Alzó la espada. - Y si Robert Baratheon deshonra su promesa. ¡Si Robert Baratheo nos abandona! Entonces, después de haber acabado con el ejército enemigo, cambiaremos al señor de las Tormentas. Porque somos un ejército que lucha por el reino. ¡Porque luchamos por lo que es justo!, ¡vosotros sois más que un ejército!, ¡sois la justicia de los Siete!, ¡sois el reino!

Los cuernos bramaban, más alto. Formaciones de combate. El caballo de Jon se acercaba, piafando.

-Luchad, ¡luchad!

Roland gritó a su lado.

-¡Por la Mano!, ¡por la Mano!, ¡por el Reino!

“¡CONNINGTON!, ¡CONNINGTON!”


-Los Arryn te tienen cariño. Eran los que más rugían. - Roland estaba a su lado, el yelmo con la visera aún levantada. Habían controlado un pequeño promontorio desde el que lanzar a la caballería.

-Jon Arryn me tiene cariño. Y salvé a parte de su ejército de una trampa. No creo que sea más que puro utilitarismo. - Jon seguía enfurecido, pero había pasado de la excitación y el discurso a las ganas de acabar con enemigos. Con Stark, con Tully…con Baratheon. Con aquella sabandija. ¿Por qué no sería Stannis el señor? - ¿Vendrá Baratheon?

-No lo sé, Jon. No lo sé. Pero sé que sobreviviremos. Los Tully te deben demaiado. - Roland le susurró. - Y sé por qué has colocado a las tropas de la Corona al norte.

-Lucharán con mayor fiereza que nadie. Les odian.

-En efecto, es una buena estrategia. - Le sonrió. - Y, además, son las únicas que son exclusivamente leales a Aerys. Estás progresando.

-Aprendo de ti, primo. - Jon no podía sonreír, pero asintió. Roland, con todos sus defectos y su falta de honorabilidad a veces, era un buen hombre. Y su familia. - Hoy venceremos. Por Rhaegar.

Los 2 k de velaryon te los llevaste con Jon y te los estoy contando, la llegada de la compañía fue en Grajal, no les daba tiempo a bordear la Punta Zarpa, esos 2 colores son los dos el morado.

Estoy hablando con Manu ahora, y, en breve, debería postearme un roleo para que le responda. En cualquier caso, te escribo aquí para decir que pese al parlamento, mis tropas permanecen en guardia, porque con todo lo que ha hecho, no me fío un pelo de él.

PoV: Jon Connington

Tokens: Sed de gloria, Jon Connington, El Caballero del Pueblo.

Misión:

Regresar a Desembarco para reunirnos con Rhaegar. Con nosotros, todo el ejército (corona, Connington, Arryn, Compañía Dorada) junto con los Señores de las Tormentas que se nos unan. Todos salvo los que he mandado con Roland a pasear a recuperar las Astas. Eso hace que lleve, si no he calculado mal: 7 ejércitos de Arryn (no cuento las 2 de galeras y 2 de marineros de Grafton), 8 ejércitos de la Compañía Dorada, 2 de Connington, 2 más de vasalos de Baratheon, 1 del Cántaro (Butterwell) y 6 de la Casa Real. Total = 26 ejércitos, y calculo unos…20.000 hombres/21.000, dejando aparte los 2600 que se han ido con Roland. No he contado a los de las Tormentas, pero espero que se nos unan mínimo 6/7 señores.

Objetivo:

Reunirnos con Rhaegar y movernos de nuevo para acabar con Tywin.

El Tools me dice que 26 ejércitos por 3 hexágonos de camino son 2 días (1 día y 21 horas)

Desembarco%20y%20Las%20Astas

La línea roja :wink:

Estáis todos en Desembarco, macro reunión.

Por favor, necesito saber cómo quedó la cosa con Whent, para saber donde están sus mil hombres, sin en Harrenhall o contigo o qué…esto es PRIORITARIO, Mario ya está avisado de que tiene que solucionarlo, vía whatsapp o como sea.

Te comento lo que recuerdo:

-Nos hacía falta saber cuántos hombres de Robert nos han seguido.

-¿Frey sigue jugando? Mañana texteo a Mario. Yo quería que bajara conmigo, porque creo que Aerys quiere dispensarle, a Whent, algo de “justicia”

-Mi plan era que Jon fuera a llevar a Catelyn a Seto de Piedra, me acaba de informar Pablo, y luego intentara atraer, a través de su palabra y demostrando valor yendo él solo, a los señores de los ríos a la paz del rey por haber sido derrotados y por haber salvado primero a Hoster y luego a su hija. Rhaegar y Roland + los PoV de César + Compañía Dorada comandarían el ejército para ir a buscar a Tywin.

Así que el 3 es resumen de nuestros planes, 1 lo que necesito que me digas y 2 lo que voy a hablar con Mario si me confirmas que Syrio está out. ¿Algo más?

Syrio sigue jugando, yo le comento cosas y me las responde por whats, si ves que no te respondo le aviso de que se meta. Luego resuelvo lo de los Baratheon.