Misión 16: Terror Tributario en Desembarco del Rey

PoV

Roose Bolton, Lord Sanguijuela

A Roose Bolton le sobra la astucia que a Robb le falta. Un personaje siniestro y perturbador, el Señor de Fuerte Terror es un hombre de mediana edad con extraños ojos de un gris lechoso, cuyo apodo viene de la gran fe que deposita en el poder terapeútico de los sangrados con sanguijuelas.

Implacable, inmoral y cruel hasta el extremo, Roose es un hombre a quien merece la pena tener como amigo y no como enemigo. Eminentemente pragmático, no dudaría en arrebatarle el Norte a Robb si la situación cambiara significativamente y esa fuera una jugada segura, pero intentar traicionarle a la ligera sería un suicidio político y dinástico, y quizá tenga más que ganar estando de su lado. Al menos por el momento.

Si Roose está encantado de mancharse las manos cuando Robb no lo haría, su hijo bastardo Ramsay Nieve, con quien tiene una relación tirante desde la misteriosa muerte de su heredero pero que parece llamado a heredar Fuerte Terror, es a su vez quien no dudaría en manchárselas cuando ni siquiera Roose se rebajaría a ese nivel.

Tokens

Las Exiguas Arcas de Invernalia

El Norte no es rico. Dista mucho de serlo. Pero Eddard era un hombre frugal y juicioso, y dejó las arcas suficientemente llenas para acometer empresas, al menos, de moderada envergadura.

Wyman Manderly, Lord Lamprea

El burlonamente llamado Lord Lamprea es mucho más que un panzas. Su cerebro es casi tan grande como su estómago, tiene una mente estratégica tan aguda como su cuerpo es obtuso, y los recursos de su casa son tan numerosos como sus papadas (y las papadas de estas). Difícilmente cargará al frente de las tropas, salvo que alguien encuentre para él un caballo inusualmente grande y robusto, pero aporta al bando norteño algo de lo que no va sobrado: inteligencia.

Ejércitos

Objetivo

Roose aumenta la presión tributaria sobre las clases favorecidas para llenar las arcas del reino, de una manera eficaz, despiadada y cruenta.

Misión

A Roose le han nombrado Mano y le han dicho que las arcas del reino están vacías y el trono le debe dinero a todo dios. Oído cocina. Hora de solucionarlo.

Se pone a hablar con Lord Manderly, que es un adminitrador experimentado y capaz, y desarrolla un plan, con una serie de puntos:

-Se decide aumentar significativamente la presión tributaria sobre quienes de verdad pueden pagar: burgueses y terratenientes. Burgueses de Desembarco del Rey, terratenientes de los feudos de la corona en general.

-Esto irá acompañado de dosis elevadas de escarnio público y demostraciones cruentas hacia quienes sean conocidos por evadir impuestos, y demostraciones magnánimas pero baratas de amor al pueblo. O sea, no queremos una rebelión. Aunque nos la van a intentar montar los burgueses. Queremos volver al pueblo contra ellos.

-Con este fin, se nombra un cuerpo de recaudadores bajo bandera Bolton para que vayan a intimidar a los que deben dinero a la Corona o pagan menos impuestos de los que debieran. Nombre teórico: Leal Cuerpo de Recaudadores de Impuestos del Lord Mano. Nombre tras los primeros 5 segundos de contacto con la realidad: Las Sanguijuelas de Lord Bolton.

-Para que quede claro que aquí las cosas han cambiado, Lord Bolton se informa de quién es el defraudador más notable de Desembarco, el que se jacta de su riqueza y luego no paga apenas impuestos. Lo arrestan por sorpresa, lo meten en las Celdas Negras, se convoca al pueblo frente a la Fortaleza Roja prometiéndoles bocatas de chorizo, se le saca y Lord Roose en persona lo desolla según las antiguas tradiciones de Fuerte Terror. Una vez desollado, se echa a los perros. Se servirá cerveza gratis durante el espectáculo.

-Se instauran toda una serie de nuevos tributos, todos destinados a sangrar a las clases favorecidas. El Impuesto por Ventanas se aplica a las propiedades que tengan más de 7 ventanas. El Impuesto por Herraduras deja exento los animales de labranza, pero triplica el precio de cambiar las herraduras de un caballo de carreras o de paseo. El Impuesto por Ruedas hace que desplazarse en Desembarco con vehículos destinados al transporte de personas requiera el pago de una tasa individual por cada rueda que tenga el carro. El Impuesto al Servicio duplica el precio de la servidumbre. Etc, etc, etc.

-Se publica la Real Lista de Individuos con Deudas con la Corona, alias la Lista Negra de Lord Bolton. Se pega en las puertas. Contiene a la gente que todo el mundo sabe que tiene mucho dinero, pero que paga una cantidad sospechosamente baja de impuestos. Se les conmina a acudir inmediatamente al Torreón de la Mano para regularizar su situación. En caso contrario, acudirán igualmente, pero para entonces, ya será demasiado tarde.

-Soflamas incendiarias (bardos, heraldos) contra los ricachones opulentos que están llevando al reino y al pueblo a la ruina.

-Etc, etc, etc.

-Obviamente, una pequeña parte se la queda Roose. Que estamos en la Edad Media y esto funciona como funciona. Pero la mayoría va para el reino.

Localización

Desembarco del Rey y tierras aledañas.

Roleo

-¡Piedad! ¡Piedad! ¡Pagaré todo lo que debo! ¡Lo juro! -gritó aterrorizado Eldon “Terciopelo”, el afamado comerciante de tejidos exóticos, mientras lo arrastraban hacia el cadalso.

Lord Roose, impertérrito, terminaba de afilar el cuchillo mientras sus hombres ataban a Eldon a un poste. Cuando terminó, se dirigió al pueblo reunido. No hablaba alto, pero en cuanto empezó, se extendió un silencio sepulcral que permitió que todos le oyeran.

-Este ladrón os quita el pan de la boca. Y se lo quita al reino. Todo para gastarlo en decadentes banquetes orgiásticos. Lo sabéis bien, aquí todos lo saben. Y como él, hay muchos. Por su culpa, la comida y la bebida que hoy os proporciona, en su infinita generosidad, el Rey Stannis, ha sido pagada directamente por las arcas del Norte. Pero esto se ha acabado. Desde hoy, a los enérgumenos como Eldon se les aplicará la Ley de Fuerte Terror. Y en mis dominios, para todos los crímenes, hay solo un castigo.

Se dio la vuelta y empuñó el cuchillo. Eldon “Terciopelo”, sin dejar de aullar, se meó encima.

Las medidas impuestas por Lord Bolton y su cuerpo de recaudadores empezaron bien: se recaudó dinero extra y se dio un mensaje claro que los más pudientes entendieron.

El problema vino cuando los burgueses y nobles acaudalados vieron a sus pares ser castigados sin miramientos y, encima, sin el apoyo de nadie. Eso derivó que la huida de muchos de los afectados por las medidas y el temor a ser considerado “rico” por parte de algunos comerciantes que solían viajar a Desembarco del Rey.


La misión tiene éxito.