PoV: Jon Nieve
Tokens: Jon Nieve, Antiguos Dioses, Warg
Misión: Jon Nieve viaja con el grupo de Casaca de Matraca. Ygritte lo pone a prueba para ver si es un “hombre de verdad” y lo manipula para que se enfrenten.
Objetivo: Conseguir el token Ygritte.
Habían pasado varias semanas desde que Jon se había unido al grupo que les había estado dando caza. Ygritte había estado junto a él desde el primer momento y casi desde ese primer día, habían compartido las noches. Desde hace poco la mujer le estaba metiendo ideas en su cabeza, algunas ideas que él jamás habría pensado pero lo cierto era que no sonaban tan mal… Sí, quería ser alguien dentro de su nueva gente. Él era mejor que ese hombrecillo al que seguían ahora, esperaría el momento oportuno y lo demostraría.
En los últimos días la tensión se palpaba, Jon estaba más seguro de sí mismo y eso lo hacía más desafiante hacia El Señor de los Huesos, que tonto tampoco era.
— Hoy harás la última guardia, Cuervo— dijo cuando al poco de sentarse en la hoguera.
— Jon— respondió este.— Mi nombre es Jon, no Cuervo.
— ¿A quién le importa quién sea tu nombre, Cuervo?
Jon se esforzaba por parecer tranquilo
— A mi me importa. Igual que a ti te importa el tuyo, no “Señor de los Huesos”?— Escupió las últimas palabras buscando provocar.
Casaca de Matraca se puso en pie y echó mano a la espada.
— Voy a cortarte la lengua, Cuervo!— gritó. — Después herviré tus huesos y los añadiré a mi armadura.
— Quieres que dar aún más la… matraca?— Jon se había puesto en pie. Fantasma, a su lado, mostraba los dientes, agazapado a punto de saltar.
— Matadlo! — Ordeno a los guerreros más cercanos. — Traedme su cabeza!
Las manos de Ygritte se movieron más rápidas que la vista. Al momento el arco estaba cargado y apuntando.
— El que de un paso más, estará muerto antes de tocar el suelo.
— Vamos, Señor de los Cuervos— dijo Jon ahora sí desenvainando a Garra,— ven a cortármela tú. Veamos si eres tan hábil con las armas como dando órdenes.
Sin más dilación, Jon se lanzó al combate. Dispuesto a demostrarse a si mismo y, a Ygritte, sobre todo a Ygritte, que los tenía bien puestos.