PoV
Ser Tyland Lannister
Criado para servir a su hermano, sin la arrogancia de este aunque su aspecto sea idéntico. Meticuloso, frío, calculador, cínico, pausado y parco en palabras. No habla si no está seguro de que lo que va a decir es mejor que guardar silencio. No es un guerrero aunque pueda luchar, pero como administrador, consejero o diplomático, es casi tan válido como Lord Jason cree ser.
Tokens
Ser Tyland Lannister
Nacido para ocupar puestos de responsabilidad. Entre bambalinas y sin llamar demasiado la atención, pero es certero de pensamiento y palabra, eficaz en la acción y pragmático.
Consejero de las naves
Ser Tyland se sienta en el consejo privado del Rey y ese poder no es desperdiciado. Como consejero tienen mando directo sobre la flota real y su palabra abre muchas puertas en desembarco.
Los deudores
Ser Tyland lleva años en Desembarco, estableciendo alianzas personales y haciendo amigos. Caballeros y hombres de armas sin fortuna que se cobijan bajo su sombra, juglares que buscan hacerse un nombre, comerciantes que desean estar a bien con el consejero de las naves, capas doradas con ánimo de medrar, artesanos que desean llegar hasta Lord Lannister, lavanderas y doncellas, damas menores que ven al viudo con buenos ojos. Ser Tyland conoce a mucha gente, le deben muchos favores. Ser Gareth Turnberry, mayordomo, mensajero, guardaespaldas, Gareth hace lo que Tyland necesita hecho. No es el único caballero al servicio de Tyland, no es el más listo, ni el mejor guerrero, pero si es el que mejor se adapta a las circunstancias que van surgiendo. El que más recursos pone sobre la mesa. Segundón, caballero errante en su juventud, guardia en barcos mercantes, conoce a Tyland mientras sirve con los capas rojas. Buscavidas y aventurero, anodino de rasgos, leal y pragmático. Candidato perfecto para ser mano derecha e izquierda de un consejero del rey. Tyland tiene los medios y marca el camino, sus deudores son las herramientas y Gareth las empuña. Hoy aprieta, mañana unta, pasado saja.
Ríos de oro bajo las colinas DAÑADO
El oro fluye bajo las colinas cual doradas venas en la tierra, los Lannister son los más ricos, pero muchas son las minas de oro que salpican las tierras vasallas a la Roca. Los impuestos engrandecen aún más la riqueza de los Lannister.
Ejércitos
- Flota Real 1 (Alzado) , en Lannisport [Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 14.4
- Flota Real 2 (Alzado) , en Lannisport [Séquito, Hda +2, Lanceros +8, Veterano +2, Marinos] FUE: 14.4
2 Flotas de galeras; Unas cuarenta galeras
Objetivo
Un token para la batalla contra los hijos del hierro.
Misión
Reuniré a los capitanes de galera de la flota real. Les pediré que escojan a su mejor guerrero cuerpo a cuerpo y lo manden con Tyland. Teniendo en cuenta que la flota real debe ser capaz de transportar unos 2000 hombres en unas 40 galeras, doy por hecho que el número normal de hombres embarcados por galera, rondará los 50.
La galera almirante lleva los estandartes reales y es muy probable que el enemigo se sienta tentado a ir a por ella. Para prepararnos para ese escenario, vamos a asegurarnos de que los 40 mejores guerreros de la armada estén en el mismo barco. Los 10 mejores de la galera de Tyland se quedarán como núcleo estructural de su tripulación. Así tendré la dotación completa.
Pintaremos el barco para diferenciarlo del resto, que llame bien la atención. A los hombres se los medirá y se les confeccionarán ropas a juego con el barco. Camisola y calzas negras, salvo por las mangas que serán rojas para que no se note la sangre. Todos recibirán armaduras a su estilo de combate pero ennegrecidas con aceite, los yelmos igual, aunque llevarán un penacho de plumas rojas en transversal, nada ostentoso, pero que les de cierta elegancia.
El barco almirante, llamado la Dulce Gael, servirá para atraer a los enemigos más formidables que busquen gloria. Estará preparado para recibirlos.
Localización
Lannisport
Roleo
Ser Tyland había reunido a sus capitanes, Gareth Turnberry con su habitual aspecto de calma se cubría el rostro con un sombrero de tela de ala ancha y fumaba en pipa, Joseph Dogget con su sempiterna mueca de disgusto acariciaba su hacha, un poco más atrás, con la cabeza rapada y su cara granujienta, el chico de lechos de pulgas al que la tripulación había adoptado como mascota, Otis “El Pajillero”.
-Señores, se acerca el día para el que el rey nos ha estado pagando. Ante nosotros, los hijos del hierro. Una horda vociferante de ladrones, violadores y mala gente en general. A nuestra espalda, los súbditos leales del Buen rey Aegon. Puede que no hayáis elegido estar aquí, puede que no queramos morir mañana a manos de esas sabandijas.
Claro que no. ¿Quien quiere morir? Aunque también tengo que decir, si he de morir, que sea por algo. De haber estado en Desembarco, hubiéramos sido enviados contra Velaryon y probablemente hubiéramos sido atacados por dragones. Pensadlo bien, aquí tenemos más posibilidades de victoria y supervivencia.
Os contaré para que os he hecho llamar. Veréis, la flota real conmigo a su mando, se tendrá que enfrentar a un enemigo deseoso de cobrarse nuestras vidas. Querrán ganar honores y entre ellos, dar muerte al comandante enemigo suele ser el honor mayor. Al margen de mi aprecio por mi mismo, tengo cierta preocupación. Me he estado preparando para lo que viene, he leído crónicas y he analizado mapas. Venceremos, pero hemos de hacerlo bien, se han dado batallas en que con todo en contra, un hombre solitario con un golpe concreto consiguió tornar el curso de la batalla.
Cuando estemos en el mar y vayamos por ellos, querremos ver al navío que nos guie peleando en primera linea. Así debe ser. Pero si hago esto y caigo o cae mi barco, la moral de la flota sufrirá. Por ello he decidido que cada uno de vosotros elija a unos de sus mejores guerreros, alguien que desee el honor de servir en mi barco. Pagaré de mi bolsillo toda su impedimenta, ropas nuevas, armas y armaduras nuevas, a su gusto.
Cuando todo esto termine y volvamos a Desembarco, se hablará de los hombres de “La Dulce Gael” se como los más temibles hijos de puta que surcan los mares de Poniente. Se vestirán con el negro del estandarte real y llevarán las mangas rojas para que la sangre de sus enemigos no se note. El rey los verá y su orgullo no tendrá limites. Los nombres de la tripulación de su navío almirante resonarán en su salón del trono.
Id capitanes, conseguidme guerreros dignos de lo que se espera de ellos. De todos nosotros en realidad.