PoV
Lord Unwin Peake
Lord Unwin Peake es un líder ambicioso, astuto y severo, decidido a restaurar el poder de su casa en Poniente. Desconfiado y calculador, maneja las intrigas con maestría y no duda en tomar medidas drásticas para asegurar sus objetivos. Su carácter rígido y autoritario le hace temido y respetado, siendo un hombre que siempre está un paso por delante de sus rivales.
Da las órdenes a los Vigilantes del Sendero para que estos hagan llegar la misión a Mervyn y las Sombras de Peake.
Tokens
Las Sombras de Peake (banda)
Banda de espías y agentes encargada de realizar misiones encubiertas, incluyendo la obtención de información, el secuestro, la infiltración, asesinatos… Operan en las sombras para cumplir tareas delicadas y estratégicas para la Casa Peake
Propagan el rumor para convencer a los campesinos de abandonar la ciudad, o como mínimo refugiarse en sus casas.
Mervyn Flores
Es un soldado experimentado y hábil con la espada larga. Destaca por su capacidad para conseguir información valiosa y manipular a aquellos que trabajan en el entorno de la corte y los señores. Su atractivo y su condición de hijo bastardo le permiten establecer conexiones efectivas con sirvientas, mercenarios y otros individuos que pueden ser útiles para la Casa Peake. Aunque su temperamento puede ser volátil, su habilidad en combate cuerpo a cuerpo lo convierte en un adversario temible y un activo valioso en situaciones de conflicto.
Hace de enlace entre los Vigilantes del Sendero y las Sombras de Peake.
Vigilantes del Sendero (exploradores)
Son exploradores ágiles y discretos, expertos en moverse rápidamente y sin ser detectados. Conocen bien el terreno y están equipados con caballos veloces y cuervos para transmitir información de manera rápida. Se encargan de vigilar caminos y fronteras, preparar emboscadas y obtener datos sobre movimientos enemigos y fortalezas, asegurando que no se pierda ningún detalle relevante en su área de vigilancia.
Hacen llegar las órdenes de Lord Unwin Peake a los agentes infiltrados en la ciudad de Antigua.
Objetivo
Lograr que los campesinos llamados a defender las murallas abandonen sus posiciones defensivas y busquen refugio en sus casas, o huyan de la ciudad por el puerto o la muralla oeste.
Misión
Las Sombras de Peake tendrán la tarea de sembrar el rumor. Apoyándose en el movimiento visible del ejército del Dominio, propagarán la idea de que el asalto a la ciudad es inminente y que Lord Unwin, mostrando piedad hacia los inocentes, permitirá que los campesinos depongan las armas y abandonen la ciudad sin enfrentarse a las fuerzas del Dominio.
El rumor enfatiza que los campesinos no tienen ninguna obligación de sacrificar sus vidas defendiendo a Lord Hightower, a quien se presenta como el único responsable de esta situación. Se les anima a proteger a sus familias y aprovechar las rutas de escape disponibles: el puerto no bloqueado o la muralla oeste, mientras aún hay tiempo.
Las Sombras de Peake se moverán por las tabernas, mercados y zonas concurridas de la ciudad para difundir esta información, aprovechando las tensiones existentes y provocando confusión y deserción entre las filas de las levas campesinas.
Localización
Antigua
Roleo
En una de las tabernas más bulliciosas de Antigua, Gorik “El Borracho” hacía su magia. Sentado junto a un grupo de campesinos en una mesa llena de jarras medio vacías, levantaba su propia jarra con una carcajada ronca, tambaleándose de forma exagerada mientras hablaba.
— ¡Venga, muchachos, que sois más valientes que yo! —gritó, chocando su jarra con la de un joven flacucho que apenas había rozado su bebida—. Pero os lo digo yo, que he visto de todo… ¡El Dominio no juega! No les importa si sois hombres de campo o guerreros. Si estáis en las murallas, sois el enemigo. Y los enemigos… —Gorik bajó la voz, inclinándose hacia ellos con una mirada supuestamente lúcida a pesar del alcohol—. No viven para contarlo.
Los hombres alrededor de la mesa se miraron con incertidumbre. Uno de ellos, un canoso con manos encallecidas, levantó una ceja.
— ¿Y qué sugieres? ¿Que dejemos las murallas y esos perros entren?
Gorik rió de nuevo, una carcajada que llamó la atención de toda la taberna.
— ¡Dejarles entrar! —exclamó, golpeando la mesa como si acabara de escuchar un chiste excelente—. No, buen hombre, ¡dejarles ganar desde ya! Mirad, os lo digo porque os respeto: Lord Unwin no quiere masacrar a los suyos. Dice que cualquiera que deje las armas y vuelva a casa, o salga de la ciudad por el puerto, será libre. Pero si os quedáis ahí, en esas murallas… —hizo un gesto dramático, cruzando dos dedos como si fueran espadas—. Bueno, espero que vuestras familias no os extrañen demasiado.
El flacucho tragó saliva.
— ¿Y cómo sabemos que no es un truco?
Gorik apoyó su jarra en la mesa con fuerza, inclinándose hacia el joven con una expresión grave.
— Porque lo he oído de hombres que han peleado bajo la bandera de Peake. No os miento, chico. Si queréis proteger a los vuestros, salid de esta locura. Id al puerto, id a la muralla oeste. Proteged a vuestra familia desde casa.
La conversación se desvió hacia murmullos entre los campesinos, mientras Gorik pedía otra ronda con un grito jovial, como si la idea de una ciudad en llamas no le importara ni lo más mínimo.