Misión 26: Arrax

PoV

Rhaenys Targaryen

Se encargará de mandar las órdenes a los Guardianes de los Dragones

Tokens

Lucerys Velaryon y Arrax

Son los que van a recibir los cuidados

Ejércitos

  • Arrax (Alzado) , en en Marcaderiva [Numeroso –3, Dragón] FUE: 20.0

Objetivo

Curar los puntos de daño de Arrax y Lucerys.

Misión

Los Guardines de los dragones se encargarán de curar a Arrax, alimentarle y hacerle quedar pleno nuevamente. Para Lucerys, obviamente los Maestres le cuidarán para mejorar su salud.

Localización

Rocadragón

Roleo

Lucerys Velaryon descendía pesadamente sobre Rocadragón a lomos de Arrax, herido y agotado tras la batalla en defensa de Valleoscuro. Pero no venía solo. Atrás, a una distancia prudente, otra silueta oscura cruzaba los cielos tormentosos: Addam de Marcaderiva, el jinete bastardo de la Casa Velaryon, cabalgando sobre su dragón, Bruma. Ambos, jinete y dragón, estaban tan maltrechos como Lucerys y Arrax.

Mientras Arrax, gimiendo, tocaba tierra con dificultad, Bruma aterrizó poco después, tambaleándose, con una pata herida y varias de sus enormes escamas arrancadas. Addam, cubierto de cortes y sangre seca, descendió torpemente de su montura, jadeando de agotamiento. Sus ojos, habitualmente brillantes con la vivacidad de la juventud, estaban ahora oscuros por el dolor y la fatiga.

Rhaenys y Rhaenyra, que ya habían salido a recibir a Lucerys, se volvieron hacia Addam, su preocupación evidente al ver el estado en que ambos hombres habían regresado. Rhaenyra, con el rostro endurecido por la angustia, tomó la mano de Lucerys mientras observaba a Addam.

—Bruma ha luchado con fiereza —dijo Addam, con la voz rota—. Pero Aemond, Aegon y Daeron…

Rhaenys se acercó a Addam, su mirada siempre implacable pero ahora suavizada por una comprensión profunda. Ella había visto muchas batallas y conocía bien el peso que cargaba el joven bastardo. Aunque Addam había sido aceptado por la Casa Velaryon, sabía que siempre sería visto como un extraño para muchos, pero había demostrado su lealtad en esta batalla como pocos.

—Lo habéis hecho bien, Addam. Bruma también. Ambos habéis sobrevivido y eso es lo más importante. El Valleoscuro sigue en pie —dijo Rhaenys. La pesada carga de la bastardía del joven era una losa pesada de llevar, pero por hoy la dejaría ir.

Rhaenyra, mientras tanto, no soltaba a Lucerys, su mente dividida entre el alivio de tener a su hijo de vuelta y el horror de saber que esta guerra no hacía más que empezar. Sus ojos se desviaron hacia Bruma, cuyas alas destrozadas mostraban signos claros de la brutal lucha. Los rugidos débiles del dragón llenaban el aire mientras los guardianes se apresuraban a atender a Arrax y Bruma.

—Aemond y Aegon no se detendrán, madre —dijo Lucerys, con voz temblorosa—. Quieren destruirnos, destruir lo que somos.

Addam, que escuchaba la conversación, apretó los puños. Aunque compartía la sangre de los Velaryon, nunca había sentido tan fuerte su sentido de pertenencia como en ese momento. Había luchado codo a codo con Lucerys, defendiendo la causa de Rhaenyra, su reina. Sabía que esta guerra no sería fácil, pero mientras Bruma y él pudieran volar, lucharían.

—Los enfrentaremos de nuevo, si es necesario —dijo Addam, mirando a Rhaenyra directamente—. No huiremos.

Rhaenyra lo observó durante un momento, notando la lealtad y determinación en sus ojos. Addam era un bastardo, pero también era un hombre valiente, alguien que había ganado su lugar no solo por su sangre, sino por su coraje.

—No dudo de ti, Addam —respondió Rhaenyra, asintiendo con la cabeza—. Pero esta guerra nos va a costar más de lo que imaginamos. Debemos prepararnos para lo que viene.

Rhaenys, siempre la voz de la razón y la experiencia, intervino.

—La lealtad de los dragones y sus jinetes es nuestra mayor fortaleza. Pero los dragones también pueden caer. No podemos subestimar a nuestros enemigos ni confiar solo en nuestro fuego. Estrategia y paciencia serán nuestras armas tanto como lo es el acero y el fuego.

Lucerys, aunque débil, asintió. El peso de lo que se avecinaba estaba sobre sus hombros, pero ahora sentía la presencia de aquellos que lucharían a su lado. Addam, quien había llegado como un bastardo de Marcaderiva, ahora era su hermano de armas. Juntos habían sobrevivido a la furia de Vhagar, Fuegosol y Tessarion, pero sabía que la próxima batalla sería aún más feroz.

—Tienes razón, abuela —murmuró Lucerys, mientras un sirviente lo ayudaba a mantenerse en pie—. Esta es solo una de muchas batallas por venir.

Addam se volvió hacia Bruma, acariciando suavemente su enorme cabeza mientras el dragón gimoteaba de dolor. Bruma había luchado con todo su poder, y Addam estaba dispuesto a seguir enfrentándose a cualquier desafío que la guerra trajera. Los enemigos podían ser fuertes, pero el vínculo entre un dragón y su jinete, entre una familia y sus leales, era aún más poderoso.

Rhaenyra, aún con la mano en el brazo de Lucerys, miró a ambos jóvenes con el corazón lleno de orgullo y tristeza. Sabía que les pediría que volvieran a luchar, que volvieran a poner sus vidas en peligro, porque el destino de los Targaryen y de su reclamo al trono lo exigía.

—Descansad ahora —ordenó Rhaenyra suavemente—. Nos prepararemos para lo que viene, juntos.

Los dos jóvenes, heridos pero no derrotados, se inclinaron levemente ante su reina. Mientras las llamas de Rocadragón ardían en el crepúsculo, el eco de las batallas futuras resonaba en el aire. La guerra apenas comenzaba, y Lucerys y Addam sabían que sus dragones, aunque heridos, volverían a volar en defensa de su familia.

No sé si ya habrán llegado, pero pongo la misión porque tengo un ratito para ello.

Lucerys pasa día y noche con Arrax, que si bien no empeora, tampoco mejora. Las heridas son profundas, y requerirán mucho más que simplemente descansar.

Arrax queda retrasado hasta el miércoles 30/10

Holaa Hammer, perdona, que se me pasó preguntar. Entiendo que sigue con dos puntos de daño, aún habiendo estado retrasado, verdad?

Gracias.

Si, la misión falló