PoV
Corlys Velaryon
Descripción del PoV
Tokens
Corlys Velaryon
El encargado de comandar la misión y de dirigirse a las tropas mercenarias.
Tesoros de los Nueve Viajes
En el caso de tener que comprar alguna lealtad, se usará parte del tesoro.
Ejércitos
- 1 de Marcaderiva (Alzado/Barcoluengos) grupo ORO [Leva, Hda +2, Arqueros +1, Marinos, ] FUE: 13.5
- 2 de Marcaderiva (Alzado/Barcoluengos) grupo ORO [Leva, Hda +2, Arqueros +1, Marinos, ] FUE: 13.5
- 3 de Marcaderiva (Alzado/Barcoluengos) grupo ORO [Leva, Hda +2, Arqueros +1, Marinos, ] FUE: 13.5
Objetivo
Integrar a los ejércitos de mercenarios como levas propias de los Velaryon.
Misión
Corlys Velaryon enbarcará a las levas Velaryon en los barcoluengos y los llevará hasta ValleOscuro. Allí dará provisiones a la ciudad y por contra tomará la palabra frente a los mercenarios de las galeras que se perdieron en su momento. Corlys querrá integrarlos en sus levas como hombres de pleno derecho Velaryon, pudiendo vivir en sus tierras, formando parte de su pueblo e integrándose en su marina de pleno derecho, dando también oferta a, más adelante, poder tomar tesoros de aquellos enemigos a los que se gane.
Localización
Desde Marcaderiva hasta Valleoscuro
Un ejército de tamaño 3 necesita medio día para ir desde Marcaderiva hasta Valleoscuro
- 3 hexágonos de mar abierto, a marcha normal en 15 horas
Roleo
Corlys Velaryon se abrió paso por las animadas calles de Valleoscuro, la ciudad que, a pesar de la reciente batalla, seguía en pie con su actividad bulliciosa y su puerto en plena alza. Las cicatrices del enfrentamiento eran visibles, pero el espíritu de la ciudad, llena de comerciantes, marineros y guerreros, no había menguado. Las velas ondeaban en el puerto, y el rumor de conversaciones en lenguas extranjeras llenaba el aire, mezclándose con el aroma de las especias y el salitre del mar. Allí, entre los muelles, aguardaban los mercenarios que habían luchado bajo el estandarte de Corlys y perdido sus naves y compañeros a manos de Aemond Targaryen y su temible dragón, Vhagar.
Con paso firme y porte imponente, Corlys avanzó hasta ellos. Los hombres, muchos de los cuales habían perdido sus barcos y riquezas, lo miraban con un respeto marcado por la incertidumbre. Sabían que él no había venido sin motivo.
Alzando la voz para hacerse oír entre los sonidos del puerto, Corlys los llamó a su alrededor.
—Hombres del mar, valientes que lucharon bajo mis banderas —comenzó, con una mirada que parecía contener la profundidad del océano—. Sé lo que habéis perdido. Cada uno de vosotros arriesgó su vida y todo cuanto poseía en esa batalla. Pero el mar siempre guarda una segunda oportunidad, y hoy estoy aquí para ofreceros una nueva senda.
Los mercenarios lo escuchaban en silencio. Aunque acostumbrados a los peligros de la vida en alta mar, perder sus embarcaciones y compañeros a manos de Vhagar les había dejado en una situación de vulnerabilidad.
—La Casa Velaryon os abre sus puertas —continuó Corlys, su voz cargada de convicción—. Venid conmigo a Marcaderiva, y jurad lealtad a mis gentes. No os prometo una vida de calma, pero sí os aseguro que habrá botines y riquezas en las aguas de nuestros enemigos. Mi flota es poderosa, y juntos podemos reconstruir lo que os han arrebatado. Bajo mis estandartes, no seréis mercenarios abandonados a vuestra suerte; seréis parte de algo más grande.
Algunos hombres intercambiaron miradas, sopesando la oferta. Las palabras de Corlys no eran solo promesas; era bien conocido que la fortuna de la Casa Velaryon estaba entre las más poderosas de Poniente, y la posibilidad de hallar un nuevo hogar bajo la protección del Señor de las Mareas resonaba en muchos de ellos.
—A quien decida acompañarme —dijo Corlys, alzando su brazo—, no le faltará el metal de los enemigos que enfrentemos ni la gloria de las victorias que obtengamos. Porque esta batalla solo ha sido el comienzo, y la furia del mar aún tiene mucho que decir.
Uno a uno, los mercenarios dieron un paso adelante, aceptando la oferta del Señor de las Mareas, no solo como un nuevo camino, sino como la oportunidad de unirse a algo más grande que ellos mismos.