Misión 28: Se va a vé, se va a vé en un follón que no sabe ni dónde sa metío

PoV:

Oberyn Martell

Tokens:

Oberyn Martell, Aron Santagar

Misión:

Dado que han sido tan amables de abrirnos las puertas, Oberyn con sus diez mil dornienses continúa tan pancho hasta la Fortaleza Roja, y entran en ella. Si a alguien le parece mal que entren diez mil dornienses a la Fortaleza Roja, y en algún punto les indica que quizá deberían pararse, se le mata y se sigue andando tranquilamente hasta la Fortaleza Roja. Una vez dentro, matamos al rey y a todo el que se resista. El plan es simple, esos son los planes más efectivos.

Se cuenta con que la Compañía Dorada, tras lo hablado anteriormente, se muestre como mínimo indiferente y nos deje hacer. Ídem con Rhaegar. Si nuestra pacífica marcha a la Fortaleza Roja degenerara en una batalla campal, entonces se supone que estarían de nuestro lado. Quizás. Espero.

Roleo:

Los vítores llenaban las calles. Toda la ciudad, cuyos habitantes siempre recibían de buen grado los espectáculos inusuales como la marcha de un ejército por su calles, jaleaban a los vencedores.

Oberyn marchaba del lado de Ellaria y Aron Santagar, ataviado con su armadura roja, en la que había depositados algunos pétalos de flores que se habían lanzado a su paso. El pueblo, poco ducho en política, y viendo en él nada más que a un exótico príncipe de armadura reluciente, le aclamaba, aunque Oberyn, con media sonrisa, parecía enfrascado en una conversación íntima con Ellaria.

Cuando se acercaban ya a las puertas de la Fortaleza Roja, Ellaria se despidió de él con un beso en la mejilla y trotó hasta la retaguardia. Quizá alguien sospechara entonces que iba a pasar algo. O quizá no. El ambiente era festivo y todos celebraban, ¿qué podría pasar en un día como hoy?

Cuando los dornienses siguieron avanzando después de que el resto de tropas ya se hubieran detenido, los Capas Doradas que custodiaban la puerta intercambiaron miradas nerviosas. Uno de ellos, finalmente, se adelantó y dijo con voz más dubitativa de lo que habría querido.

-Príncipe, ordenad a vuestras tropas que se detengan, por orden del rey. Podéis continuar solo o acompañado de…

Mientras le explicaba el protocolo Oberyn desmontó, fue hacia él con una sonrisa y le clavó un puñal en el ojo. La marcha de sus hombres se convirtió en una carga. Y sus gritos de “Dorne”, “Doran” y “Aegon” sustituyeron a los vítores de un público enmudecido.

Objetivo:

Entrar en la Fortaleza Roja. Matar al rey. Matar a quien nos impida hacer cualquiera de esas dos cosas.

Ruta + Tiempos de movimiento:

Cieero esto, bueno, el porque es obvio.