PoV
Corlys Velaryon
Es quien mandará a realizar la misión y quien sellará todas las cartas/documentos necesarios.
Tokens
Puertos de Essos y Poniente
Token a recuperar el punto de daño.
Marea Alta
Lugar desde donde se darán todas las instrucciones y centro neurálgico de las decisiones.
Objetivo
Recuperar el punto de daño de “Puertos de Essos y Poniente”.
Misión
Desde Marea Alta se hará un esfuerzo para enviar emisarios por los puertos donde antes se tenían contactos para volver a tenerlos o, en caso de ser imposible, crear nuevos.
Roleo
En las torres de Marcaderiva, bajo el cielo plomizo y el incesante rugido de las olas, se reunieron los oficiales y capitanes leales a la Casa Velaryon, llamados por su señor, Corlys Velaryon, la Mano de la Reina Rhaenyra. La sala estaba llena de mercaderes, capitanes de barco y antiguos corsarios, hombres de confianza cuya lealtad estaba templada tanto por el oro como por la devoción al Señor de las Mareas.
Corlys se levantó de su asiento, imponente y sereno, su mirada fija en los presentes.
—Hoy convocamos una nueva alianza en nombre de la Reina —declaró, su voz resonando como un trueno en la sala de piedra—. Las redes de Essos y los puertos de Poniente están llenas de susurros, secretos y oportunidades, y la Casa Velaryon será la mano que los maneje en favor de nuestra causa.
Un murmullo de aprobación recorrió a los hombres presentes. Sabían que Corlys había recorrido esos mares, que conocía los puertos de Braavos, Pentos, Lys, y los astilleros y muelles de Poniente como la palma de su mano.
—Comenzaremos en las Ciudades Libres —continuó Corlys, su voz firme y calculadora—. Quiero informantes en los puertos de Braavos y Pentos. Allí, entre los mercaderes y capitanes, hay quienes llevan noticias de todos los rincones de Essos y el Mar Angosto. Ofreced generosos pagos y protección; que se sepa que los amigos de la Casa Velaryon siempre serán recompensados.
Un capitán de mirada astuta, Jonar de Lys, asintió, confiado. Conocía a muchos en Braavos, donde más de un mercader sería sensible al oro de Marcaderiva.
—Que nuestros emisarios extiendan también su alcance hacia Myr y Tyrosh —prosiguió Corlys, su voz inquebrantable—. Allí la guerra y las traiciones son moneda corriente. Que nuestros contactos sepan que toda información será pagada y que cualquier amenaza contra la Reina y su gobierno será respondida con fuego y acero.
Corlys se giró entonces hacia las costas de Poniente. —Y no olvidéis los puertos de nuestra tierra. En Antigua y en Lannisport, hay hombres que escucharían y observarían en nuestro nombre. Las rutas comerciales que recorren los puertos de Poniente nos ofrecerán noticias sobre los movimientos de nuestros enemigos, sobre los aliados que pretenden arrebatarle a la Reina su legítimo derecho.
Los capitanes y oficiales intercambiaron miradas. Antigua y Lannisport eran terrenos difíciles, pero sabían que allí, también, había quien podía ser comprado o, al menos, convencido de colaborar con los Velaryon.
Corlys continuó, su mirada encendida con la determinación que lo había hecho legendario. —Esta red será invisible, y se extenderá como la marea. No habrá puerto en Poniente o Essos que no escuche los ecos de la Casa Velaryon. Que nuestros contactos se mantengan leales y bien pagados, que cada uno de ellos sepa que cualquier secreto o traición hacia nuestra Reina Rhaenyra será castigado.
Finalmente, Corlys se volvió hacia una de las paredes de la sala, donde colgaba el estandarte de la Casa Velaryon: el caballito de mar plateado sobre campo aguamarina.
—Esto lo hacemos por Marcaderiva, por los nuestros, y por la Reina que nos reclama. Que cada puerto sepa que la Mano de la Reina extiende su alcance y su protección más allá del Mar Angosto.
Con aquellas palabras, los capitanes de Marcaderiva se dispusieron a extender la sombra de la Casa Velaryon por cada muelle, puerto y astillero, sabiendo que de sus acciones dependería no solo el poder de su señor, sino el trono mismo. La campaña de Marcaderiva había comenzado, y sus hombres serían los ojos y oídos que los protegerían de cualquier amenaza.