PoV: Tytos Blackwood.
Token: Profecías fantasmas
Objetivo: Internarse en la Isla de los Rostros. Pocos han estado ahí desde hace muchísimos años. Es el mejor lugar para conectar con los Antiguos Dioses.
Misión: Tytos se dirigirá hacia la Isla de los Rostros, y tratará de encontrar un lugar sagrado donde llevar a cabo una “meditación”. La finalidad de esta meditación es poder saber que es lo que ocurre en dos lugares especialmente, en Los Gemelos y en Harrenhall. En el interés de tomar ambas fortalezas, quizás sirva para ver algo en ellas que le haga saber como llevar a cabo un ataque o hacerse con ellas.
Rol:
Rogert Shawney suspiró mientras observaba el agua del Lago arremolinarse alrededor de la barca. El hombre que había aceptado llevarles había sido reacio, pero Tytos se había impuesto a sus deseos más básicos de no acercarse a la Isla. Estaba obcecado en que tenía que ir allí, al lugar más sagrado al Sur del Muro con respecto a los Antiguos Dioses. Él no creía en esos Dioses, sino en los Siete, y por eso aquel viaje le parecía extraño, incluso peligroso. Harrenhall se alzaba a lo lejos, al Norte. Y era allí donde ellos debían de estar. O eso creía.
Pero todo cambió para él en aquel viaje. Apenas estaban a unas horas del resto de las Tierras del Tridente, pero desde que la bruma se hizo dueña de todo lo que veía, Rogert creía haber entrado en otro mundo. No fue hasta que vio tierra que se tranquilizó. Mientras que estaba indefenso en aquel bote creía haber escuchado algo en el agua, y se sintió observado por muchos ojos, aunque nunca vio nada. Cuando tocaron tierra, el cielo pareció volver a abrirse ante ellos. El sol se derramaba sobre los árboles de hojas roja de los arcianos, los cuales estaban posicionados por toda la Isla. Aún así Tytos creyó que no era el mejor lugar, sino que debían adentrarse más. Y lo hicieron, hasta el mismo centro.
Allí encontraron dos altares de piedra mohosa. Allí se debió hacer el pacto entre los Niños del Bosque y los Primeros Hombres. Aquel lugar desprendía antigüedad y silencio. Y fue allí donde Tytos Blackwood se acercó, despacio. Con su capa de color granate cayendo, sin viento, se posicionó entre ambos. Siete arcianos le miraban, formando una circunferencia. Blackwood alzó ambas manos y, de una vez, posicionó ambas en los dos altares, notando como algo muy antiguo se transmitía a él, notando como las raíces de los arcianos llegaban hasta la piedra, haciéndola suya.
Mapa:
Tiempo: 10 horas.