PoV: Lysa Arryn
Tokens: Harrold Hardying (Marcial - Prestigio) - Lyn Corbray (Marcial - Comandante) - Tan Alto Como el Honor (Fidelidad - Prestigio)
Objetivo: Llegar a Desembarco del Rey
Misión: Junto a Harrold y Lyn, Robert Arryn, junto a sus compañeros, viajarán a Desembarco del Rey.
Tiempo: 7 * 4 = 42 horas
Rol:
El sol despuntaba en el horizonte cuando Robert Arryn, Señor del Valle, se asomó por la ventana de su aposento en el Nido de Águilas. Las cumbres nevadas de las Montañas de la Luna se perfilaban majestuosas a lo lejos, pero su mente estaba en el mar, en el viaje que lo llevaría a Desembarco del Rey. Era la primera vez que dejaba su hogar para aventurarse tan lejos, y la emoción y el nerviosismo se mezclaban en su joven corazón.
La comitiva estaba lista. Lyn Corbray, de rostro severo y mirada penetrante, se encontraba en la entrada, ajustando la empuñadura de su espada, Dama Desesperada. A su lado, Harrold Hardying, el Caballero del Valle, se aseguraba de que todo estuviera en orden. Los dos caballeros comandarían el viaje, velando por la seguridad del joven Robert y de sus compañeros.
Los hijos de las casas nobles del Valle, inseparables amigos de Robert, estaban ya reunidos en el patio: Gyles Grafton, con su carácter audaz y su risa contagiosa; Albar Royce, serio y leal como siempre; y Symond Templeton, cuya sagacidad y rapidez de pensamiento lo hacían invaluable en cualquier situación. La comitiva era un reflejo de la nobleza y el poder del Valle, y cada uno de ellos tenía un papel crucial en la protección y guía del joven Señor.
Descendieron por el camino de la montaña hacia Puerto Gaviota, donde el “Fénix del Valle” los esperaba anclado en el puerto. Era un navío imponente, de velas blancas y casco robusto, construido para resistir las traicioneras aguas del mar Angosto. Los marineros, experimentados y leales, preparaban el barco para el viaje mientras los nobles abordaban con dignidad y expectación.
El viento hinchó las velas y el “Fénix del Valle” zarpó, alejándose del puerto bajo el atenta mirada de Lyn Corbray y Harrold Hardying. La brisa marina era fresca y revitalizante, y Robert se sintió pequeño ante la inmensidad del océano. Pero también se sentía libre, lejos de las estrechas paredes del Nido de Águilas y de la sombra de su madre.
Los días en el mar transcurrieron entre charlas, juegos y entrenamiento. Lyn Corbray y Harrold Hardying se turnaban para instruir a los jóvenes en el arte de la guerra, enseñándoles tácticas y estrategias, y también la importancia del honor y la lealtad. Robert, aunque delicado de salud, se esforzaba por demostrar su valía, inspirado por la valentía de sus compañeros. Y además aquello le estaba transformando, poco a poco.
Las noches eran momentos de camaradería. Se reunían en la cubierta bajo el manto estrellado, contando historias y compartiendo risas. Gyles solía animar la velada con sus bromas y cuentos, mientras que Albar y Symond discutían sobre política y las complejidades de las alianzas nobles.
Una tarde, avistaron las torres de Desembarco del Rey en el horizonte. La visión de la capital los llenó de asombro y una mezcla de ansiedad y anticipación. Robert sabía que el viaje no solo era una aventura, sino también un paso crucial en su desarrollo como líder y señor del Valle. Desembarco del Rey era un lugar de intrigas y peligros, y necesitaba estar preparado.
El “Fénix del Valle” atracó en el puerto, y la comitiva descendió con la elegancia propia de su noble cuna. Lyn Corbray y Harrold Hardying se adelantaron para asegurar el camino, mientras los jóvenes avanzaban tras ellos, con Robert a la cabeza. El viaje había fortalecido sus lazos y su determinación, y ahora estaban listos para enfrentar los desafíos que les esperaban en la ciudad más peligrosa de Poniente.
Desembarco del Rey, con sus intrigas y peligros, los esperaba. Robert Arryn, acompañado por sus fieles amigos y bajo la protección de sus caballeros, avanzó con paso firme, dispuesto a demostrar que el Valle no solo tenía poder, sino también dignidad y coraje.