POV:
Tywin Lannister
Tokens:
- Caballería Marbrand: los mejores corceles son formados en diferentes casas vasallas de Occidente, de entre ellos destacan los de Marcaceniza.
- Inteligencia y astucia: Los miembros prominentes de la Casa Lannister, como Tyrion y Tywin, son conocidos por su inteligencia aguda y su astucia política, lo que les permite sobrevivir y prosperar en un mundo lleno de intrigas.
- Bronn: Mercenario al servicio de Tyrion Lannister, nuestra promesa es siempre superar la mejor oferta que le hagan. Hábil guerrero de una sola espada, sus reflejos y una mano libre para usar una daga que ha salvado su vida en contables ocasiones. Hombre pragmático y sin escrúpulos, su especialidad es la de sobrevivir y ganar, a costa de todo lo demás.
Misión:
Hasta en tres ocasiones los Tully se han negado a intercambiar prisioneros. Además, Ser Edmure Tully insiste en que los Lefford ya han sido liberados. Los comandantes de Aguasdulces y su señor se preocupan más por rentas futuras y damas de Occidente que por proteger a sus vasallos.
A Bronn no le costará mucho esfuerzo, con la ayuda de las monedas de Ser Adam Marbrand y los mejores hombres de Tywin, hacer correr estos rumores entre las aldeas de los ríos. Ser Adam se encargaría de difundir la información entre damas, caballeros menores y hombres ricos que vuelvan a estas tierras con la llegada de la paz. Bronn será el encargado de los burdeles, las aldeas de mala muerte y demás tuburios.
Pronto llegará a oídos de todo el mundo, a algunos no les importará pero a los más orgullosos señores ribereños y en particular a los Mallister de Varamar, puede enfurecerlos.
Objetivo:
Sembrar el descontento entre los señores ribereños, que la negativa a rescatar a Ser Patrek Mallister y las afirmaciones de “Los Lefford no son prisioneros” les pase factura a los Tully.
El objetivo original era más complejo y largo, así que voy a dividirlo en varias misiones.
Roleo:
Ser Adam no disfrutaba la compañía del mercenario. Era desagradable, prepotente, todo lo que detestaba de la gente de baja estofa como él. Llevaban días recorriendo las tierras de los Lefford, viendo ir y venir hombres armados, jinetes libres y algún que otro caballero.
– A estas alturas podría recitaros todos los malditos blasones de estas tierras – dijo en un tono aburrido Bronn–.
Los hombres y mujeres al verle llegar temían que por fin la guerra hubiera vuelto a sus hogares. Todos se tranquilizaban al ver llegar el árbol en llamas propio de Marcaceniza. Hacía meses que el ejército de los Tully había pasado por esas tierras y como al paso de todo ejército las violaciones y los robos se habían multiplicado. Solo esperaban no volver a pasar por aquello.