Misión 35: El Oro de Moscú

PoV: Lady Lysa Arryn

Objetivo: Descubrir donde está el Oro de Moscú.

Misión: Saber si el Oro ha pasado por el Camino Alto. Hacer investigaciones sobre ello.

Tokens:

  • Lady Lysa Arryn (Diplomacia - Prestigio): Ileso. En el Nido de Águilas
  • El Caballero de la Puerta (Prestigio - Comandante): Ileso. Lo porta Ser Donnel Waynwood.

Rol:

En las altas torres del Nido de Águilas, los ecos de los pasos resonaban con una gravedad que solo los muros antiguos podían contener. Lysa Arryn, señora del Valle de Arryn, estaba sentada en su trono de piedra, mirando hacia la puerta principal con una expresión de inquietud velada por la nobleza. Ante ella, Donnel Waynwood, el Caballero de la Puerta, aguardaba con una mezcla de respeto y curiosidad.

—Donnel —comenzó Lysa, con una voz que parecía venir de las cumbres más frías—, he recibido noticias preocupantes sobre un cargamento de oro que Ser Goodbrook debía llevar hacia Puerto Gaviota desde el Tridente. No ha llegado a su destino y temo que algo nefasto haya ocurrido en el camino.

Donnel, un hombre de mediana edad con una armadura gastada pero impecable, asintió lentamente.

—¿Qué se espera de mí, mi señora?

—Necesito que investigues. Descubre si alguien ha pasado por el Camino Alto y por nuestra Puerta con información sobre ese oro. Los rumores son como el viento en estas tierras; si algo ha sucedido, alguien debe saberlo.

El Caballero de la Puerta inclinó la cabeza en señal de asentimiento y se dispuso a salir para cumplir con su deber. No era la primera vez que le confiaban una tarea de tal importancia, pero la mención del oro y la implicación de posibles traiciones en el Valle añadían un peso adicional a su misión.

Donnel descendió las escaleras del Nido de Águilas y se dirigió a la Puerta de la Sangre, el único acceso directo al imponente castillo. Desde allí, su primera parada sería en los pequeños asentamientos y posadas que salpicaban el Camino Alto. Sabía que los viajeros que pasaban por la Puerta eran observados con atención, y aquellos que bebían y charlaban en las posadas podían soltar información valiosa sin darse cuenta.

Recuerdo, ya que no hay días asignados para recordar.

Bien hacido, se me había pasado con todo el lío del nudo de Occidente.

El oro desapareció antes de dejar los Ríos. Han habido tantos movimientos que es difícil precisar qué pasó, pero sabes que había mercenarios por la zona y no todos eran trigo limpio. De hecho, la Compañía Audaz bien podría estar al tanto de este cargamento.