Misión 36. La caída de Ser Willem Darry

Ser Willem Darry entró en el gran salón de la Fortaleza Roja cabizbajo y agotado. Había fallado al rey y a su familia, lo tuvo todo a su favor pero la traición de los Whent … y los malditos Frey. Todo se perdió en los campos de los ríos. Su padre había fallecido y sus hermanos estaban cautivos del Pez Negro.

Alteza, acudo raudo a vuestra llamada

Ser Willem— el rey estaba serio, algunos dirían que casi triste —os entregué el mando de las fuerzas reales para que me trajerais la cabeza del rebelde Brynden Tully, en lugar de ello me traéis tan solo derrota y por vuestras acciones la rebelión se extiende por todo Poniente. Vuestra incompetencia no puede quedar sin castigo— el rey se detuvo unos instantes, su congoja era visible —y es por ello os despojo de vuestros honores y rango. Por respeto a vuestra lealtad el Trono de Hierro os perdona la vida, pero ya no hay lugar en Poniente para vos, marchad y no volváis a menos podáis reparar el daño que habéis causado al reino.


Pues eso, exilio a Ser Willem Darry por su fracaso (tras llamarle a Desembarco, por lo que me comenta Tirso tiene que estar cerquita), me borro el token. Como en el fondo me cae bien, y por motivos puramente roleros, Ser Jonothor le proporciona algo de dinero para que rehaga su vida en las ciudades libres. Y, en caso de que lleguemos a jugar una continuación de esta partida, espero Ser Willem reaparezca como el líder de una curtida banda de mercenarios pro-targaryen exiliados, porque en el fondo, es leal.

Queda precioso. Cierro esto y queda constancia.