PoV
Simon Strong
Por carta
Tokens
Simon Strong
Va en persona.
Señorío de Harrenhal
Incluso no teniendo la grandiosidad de antaño, Harrenhal es una fortaleza única en Poniente y su señorío no es nada desdeñable, proporcionando unas rentas que convierten a los Strong en unos señores poderosos.
Semos peligrosos
Ejércitos
No
Objetivo
Convencer a los Darry de que juren lealtad a Aegon II.
Misión
Simon y Bertha Darry viajan hasta Darry para hablar con el nuevo Señor de Darry, Aleksander Darry Jr. Se le dice que se las Hermanas Silenciosas están preparando el cuerpo de su padre y querían ser ellos en persona los que le comuniquen a su heredero y su viuda la muerte en combate del Señor.
Automáticamente le piden que jure lealtad al rey Aegon II y salve a su Casa. No hay segundas oportunidades, es un ahora o nunca. Los Tully han huido y se han retirado. Lady Bertha Darry está con nosotros. Si la Casa Darry sigue apoyando a Lord Tully y a Rhaenerya los dragones Targaryen junto a las tropas de los Strong, Roote, Butterwell y Bracken irán a Darry y se la arrebatarán; tomaremos de rehénes a los miembros que queden vivos y sus tierras y castillos pasarán a Lady Bertha.
Si se niegan, que los Siete se apieden de la Casa Darry.
Localización
Desde Harrenhal hasta Darry
Un pequeño grupo necesita muy poco tiempo para ir desde Harrenhal hasta Darry
- 3 hexágonos de caminos, a marcha rápida en 7 horas
Roleo
La mañana despuntaba gris y húmeda cuando Simon Strong y Lady Bertha Darry partieron al galope desde Harrenhal. Las tierras de los Ríos estaban cubiertas de un velo de niebla que se enroscaba entre los árboles desnudos y los campos embarrados. Simon apretaba los dientes mientras sujetaba las riendas. A su lado, Bertha Darry cabalgaba con la confianza de quien conoce cada piedra y curva del camino. Sus ojos oscuros estaban fijos en el horizonte, donde esperaba vislumbrar pronto las torres de Darry.
—Recuerda, Simon —le dijo Bertha mientras frenaban un poco sus caballos al pasar por un arroyo desbordado—. Cuando lleguemos al castillo, déjame ser yo quien hable. Esta es mi familia, mis tierras. Ellos me respetan y confían en mí. Si tú llegas imponiendo tu autoridad de Strong, se cerrarán como almejas.
Simon asintió pues para él era un favor que le hacían. Las tierras de Darry estaban en una posición delicada, atrapadas entre lealtades inciertas y los constantes movimientos de los ejércitos rivales. La persuasión de Bertha, una Darry de nacimiento, sería más efectiva que cualquier amenaza o argumento que él pudiera ofrecer.
—De acuerdo, Lady Bertha. Pero espero que entiendas que esto no es solo por tu familia. Harrenhal está en una situación precaria, y cualquier retraso o resistencia podría costarnos caro. No podemos permitirnos ciertas cosas.
Bertha se volvió hacia él, su mirada severa pero comprensiva.
—Lo sé. Créeme, Simon, lo sé. Y por eso, déjame hacer esto a mi manera. Aleksander no cederá a la fuerza, sobre todo si es como el padre y si la madre está cerca, pero puede ser razonable si lo abordamos con cuidado.
Los caballos volvieron al galope, salpicando barro mientras avanzaban. La lluvia comenzaba a caer ligera pero constante, empapando sus capas y haciendo aún más resbaladizos los caminos. Bertha no mostró signo alguno de incomodidad; esta era su tierra, y ella la conocía como la palma de su mano. Cada cruce, cada sendero estrecho que tomaban los guiaba más cerca de su hogar.
Simon, mientras tanto, se esforzaba por mantener el paso. No solo por el terreno, sino porque, en el fondo, admiraba la determinación de Bertha. Si alguien podía convencer a los Darry de unirse al esfuerzo de los Strong y los Bracken, sería ella. Todo lo que él tenía que hacer era callar y confiar, una tarea más fácil de lo que muchos creerían.