PoV: Lysa Arryn
Tokens:
- Harrold Hardying (Prestigio - Comandante: Ileso
- Lyn Corbray (Comandante - Marcial): Ileso
- Thedros Blackwater (De Tirso)
Objetivo: Saber quien es el culpable de la muerte de Petyr Baelish
Misión:
La Red de Espías: Harrold tenía acceso a una vasta red de espías que operaba en Desembarco del Rey. Muchos de estos informantes habían trabajado para Meñique y podrían tener pistas sobre su muerte. Harrold se encargó de contactar a estos espías, ofreciendo recompensas por cualquier información relevante.
La Guardia Real: Lyn, con su posición en la Guardia Real, se comprometió a investigar dentro de la Fortaleza Roja. Buscaría entre los sirvientes, soldados y nobles cualquier rumor o indicio que pudiera llevarlos al responsable. Además, Lyn tenía acceso a los archivos reales, donde esperaba encontrar registros que pudieran esclarecer los últimos movimientos de Meñique.
Interrogar a los Sospechosos: Ambos acordaron que debían interrogar a los sospechosos clave. Cualquier persona que hubiera tenido motivos para eliminar a Meñique sería investigada. Utilizarían métodos sutiles y directos, según fuera necesario, para obtener la verdad.
Rol:
La luna se había ocultado tras un manto de nubes espesas, sumiendo a Desembarco del Rey en una oscuridad profunda. En el corazón del Lecho de Pulgas, dos figuras encapuchadas avanzaban con cautela entre callejones y vericuetos. Harrold Hardying, el recién nombrado Capitán de la Guardia de Desembarco del Rey, y Lyn Corbray, miembro de la Guardia Real, se movían con la destreza de veteranos que conocían bien los peligros de la ciudad. Ambos estaban comprometidos en una misión secreta: descubrir quién había sido responsable de la muerte de Petyr Baelish, conocido como Meñique.
La taberna “La Sombra del Dragón” era un refugio de perdición, donde mercenarios, contrabandistas y asesinos se reunían para beber y cerrar tratos oscuros. En un rincón apartado, Harrold y Lyn se sentaron frente a frente, sus rostros apenas visibles a la tenue luz de una vela. El ambiente estaba cargado de un humo espeso y el murmullo de conversaciones susurradas.
Harrold rompió el silencio, su voz baja y cargada de determinación. “No podemos dejar que la muerte de Meñique quede sin respuesta. Era un maestro en el juego de tronos y su muerte… bueno, no puede ser un simple accidente.”
Lyn, cuyos ojos brillaban con una mezcla de rabia y resolución, asintió. “Si alguien ha logrado eliminarlo, es alguien con mucho poder o astucia. Necesitamos descubrir quién fue y por qué.”