PoV
Kermit Tully
Hijo de Elmo Tully y bisnieto de Grover. Kermit es escudero en Princesa Dorada, sirviendo a Lord Marcus Piper y siendo íntimo amigo de su primogénito y heredero. Aún es joven pero ansia ganarse el respeto de los demás como caballero al igual que su padre. El maestre dice de él que es astuto y sagaz como pocos jóvenes, de mente viva, ambicioso y con un ingenio indomable pero se distrae con facilidad y empieza a estar más interesado en las faldas de las siervas que en los pergaminos. Quizás un compromiso logré centrar de nuevo al joven en asuntos menos mundanos.
Realiza la misión directamente
Tokens
Kermit Tully
Primogénito de Elmo Tully es un muchacho prometedor, apreciado por la mayoría y con buenas dotes para la justa y el combate. Su mayor defecto podría ser su ambición. A diferencia de su padre, que se conforma con gobernar Aguasdulces quiere más. Ansía ganar fama entre los señores de Poniente y ampliar y enriquecer su casa y su herencia a limites inimaginables.
Realiza la misión directamente
Ejércitos
Un puñado de hombres seleccionados del ejercito
Objetivo
Avisar a Caraxes y/o Vermithor del ataque de dragones a las tropas de los ríos
Misión
En caso de que se vea a Vhagar, Fuegosol o cualquier otro dragón, varios pequeños grupos dirigidos por Kermit saldrán al galope para avisar de los norteños y los dragones enviados con ellos para que vuelvan a enfrentar a los que estén atacando a las tropas de los ríos. Se les hará una señal previamente convenida con ellos para que no se tenga que perder tiempo y acudan de inmediato.
Localización
Harrenhall y alrededores
Roleo
Kermit estaba afilando su espada con una piedra de mano, con esmero y mimo. Iba a ser su primera batalla de verdad, lo sabía, y lo llevaba esperando toda la guerra. Allí comenzaría su gloria y su ascenso como caballero. Cuando todo acabase lo armarían caballero y se casaría con Lady Lannister como todo un héroe para su gente.
Sin embargo cuando su padre llegó y le informo de su papel en el plan, el joven apretó los dientes, decepcionado y malhumorado. Lanzó la espada contra una esquina de la tienda y la piedra de afilar contra otra. Solo su deber y su educación lo hacían no maldecir, todo dependería de él, pero de nuevo lo alejaban del combate. ¿Cómo ganaría sus espuelas así