Misión 46: La Caída de Varys

PoV: Lysa Arryn

Tokens:

  • Harrold Hardying
  • Lyn Corbray
  • Red de Hardying

Objetivo: Dar con Varys y hacerse con él para la venganza de Lysa Arryn

Misión: Utilizar todo el control de ambos en la ciudad, más la recompensa que Lysa Arryn ha realizado para tener a Varys entre manos.

Rol:

Harold Hardying, Capitán de la Guardia Dorada de Desembarco del Rey, se ajustó el yelmo mientras contemplaba la bulliciosa ciudad desde lo alto de la Torre de la Mano. A su lado, Lyn Corbray, un caballero de la Guardia Blanca, afilaba su espada con una precisión casi ritual. Ambos hombres compartían un propósito común: dar con el paradero de Varys, el maestro de los susurros, para vengar la muerte de Petyr Baelish y restaurar el honor del Valle.

La recompensa prometida por Lysa Arryn, una suma considerable en oro y tierras, había movilizado a muchos en la ciudad, pero hasta ahora, las pistas eran escasas. Desembarco del Rey, con sus callejones laberínticos y su mezcla de nobles y plebeyos, era un lugar donde la información se escondía en las sombras, y los secretos eran tan comunes como las mentiras.

Harold y Lyn, vestidos con sus armaduras distintivas, descendieron a las calles de la ciudad, sus pasos resonando en los adoquines. Su primera parada fue el mercado, un hervidero de actividad donde los mercaderes gritaban sus ofertas y los ladrones se movían entre la multitud como sombras. Aquí, los dos hombres se dividieron para cubrir más terreno.

Harold se dirigió a un grupo de informantes conocidos, antiguos agentes de Baelish que ahora trabajaban para él. Bajo las sombrías arcadas del mercado, intercambió monedas por información, buscando cualquier rastro de Varys. Mientras tanto, Lyn, con su actitud intimidante y su espada siempre a la vista, interrogaba a los mendigos y rufianes que se arremolinaban en los callejones. Sabía que entre ellos, algunos eran ojos y oídos del reino.

Las horas pasaron sin resultados concretos, pero al caer la noche, un nombre surgió repetidamente: un hombre llamado Rugen, conocido por operar en los bajos fondos y tener conexiones con la red de informantes de Varys. Decididos, Harold y Lyn se reunieron y planearon su siguiente movimiento.

Rugen fue encontrado en una taberna oscura en el Lecho de Pulgas. Al entrar, Harold y Lyn atrajeron todas las miradas, pero su presencia imponente mantuvo a raya cualquier intento de enfrentamiento. Rugen, un hombre escurridizo y nervioso, trató de escabullirse, pero Lyn lo atrapó con una mano firme.

“Tenemos preguntas, y más te vale responder”, dijo Lyn, acercando su rostro al de Rugen. El hombre tragó saliva y asintió rápidamente.

Bajo la atenta mirada de Harold, Rugen confesó saber de un escondite subterráneo donde Varys solía reunirse con sus espías. No era mucho, pero era más de lo que habían tenido hasta ahora. Con la información en mano, Harold y Lyn se dirigieron a los túneles bajo la ciudad, una red de pasajes olvidados y peligrosos.

Con antorchas en mano, avanzaron por los pasadizos húmedos y oscuros. Los ecos de sus pasos resonaban en las paredes de piedra, creando una atmósfera inquietante. Finalmente, llegaron a una cámara oculta, llena de pergaminos y mapas. Pero lo que más llamó su atención fue una serie de cartas sin sellar, firmadas con el símbolo de Varys.

La evidencia era clara, pero el maestro de los susurros aún estaba un paso adelante. Sin embargo, Harold y Lyn sabían que estaban cerca. Con la recompensa de Lysa Arryn como motivación y su determinación inquebrantable, continuaron su búsqueda, sabiendo que la justicia del Valle estaba al alcance de su mano.

Desembarco del Rey seguía siendo un lugar de intriga y peligro, pero con hombres como Harold Hardying y Lyn Corbray, la luz de la justicia brillaba más fuerte, y el fin de Varys se acercaba inexorablemente.

Tras seguir pistas frías y hacer muchas preguntas, soltar dragones de oro y amenazar a quien quisiera seguir siendo leal a Varys, finalmente Lynn Corbray y Harold Hardying dan con el paradero de la Araña.

Solo había una forma de asegurarse de atraparlo, así que viajaron hasta Invernalia y Hardying solo tenía que asegurarse que su familia política le apoyaba.


Si los Stark te apoyan en Diplomacia, Varys es tuyo.